Crítica de teatro

'Casa Calores': Una comedia juvenil de las de antes

La Sala Beckett recupera una de las primeras obras de Pere Riera, tan bien hecha como previsible

Casa Calores

  • Autor y director: Pere Riera
  • Intérpretes: Emma Arquillué, Jordi Boixaderas, Julia Bonjoch, Arnau Comas, Eudald Fonts y Rosa Renom.
  • Sala Beckett
  • Hasta el 19 de mayo

El costumbrismo en un pueblo del Maresme de finales del siglo pasado se ha instalado en la Sala Beckett con la recuperación de una obra de Pere Riera (Canet de Mar, 1974) escrita en 2008 en la que, según el autor, laten elementos biográficos. Casa Calores es una comedia juvenil sobre cómo influye el paso del tiempo en la vida de cuatro amigos. La azotea de una casa de pueblo colgada sobre la playa es el testimonio de los juegos, las verbenas, las aspiraciones, el coqueteo, las ilusiones y los conflictos de Clara (Emma Arquillué), Lidia (Júlia Bonjoch), en Ramon (Eudald Font) y Santi (Arnau Comas) entre la primera adolescencia y la madurez; del verano de 1989, cuando tienen quince años, pasando por el verano de 1996, para terminar el verano de 2003, cuando llegan a los treinta. Una azotea donde la madre de Ramón cuelga la ropa y cuida unas cuantas macetas de plantas mientras el manitas del pueblo le arregla la lavadora o coloca una antena de televisión.

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Es una comedia que hasta ahora sólo había tenido una lectura dramatizada y que no puede esconder el carácter novel de quien después triunfaría con obras mucho más complejas y poderosas como Desclasificados, Barcelonao Infamia. Tanto el lenguaje como las situaciones tienen un no sé qué de lugar conocido, de palabras desgastadas, de conversación vacía que difícilmente pueden nutrir de carne y hueso a los personajes ni de tensión dramática la historia. Y todo ello nos remite a un teatro al que algunos pueden llamar clásico y otros pensamos que es anticuado.

Esto no quita, obviamente, que las circunstancias de los cuatro jóvenes protagonistas puedan sintonizar más o menos con las de los jóvenes actuales, que puede ser uno de los argumentos para justificar haber rescatado esta obra. Un teatro realista en el que incluso olfateamos el olor a humedad, notablemente bien dirigido y bien interpretado y con la aportación de dos guest star en papeles secundarios como Rosa Renom (mamá) y Jordi Boixaderas (Pipa, en un tono bastante diferente al que nos tiene acostumbrados a ver). Todo un lujo.