'Che grande simpatía!': ¡pasad Navidad en casa Cupiello!

Volver a Eduardo. Volver al Natale. Como las muñecas de Famosa cuando se acerca Navidad, la Biblioteca de Catalunya acoge la divertida comedia en tres actos de Eduardo De Filippo Natale en casa Cupiello. Cuarta temporada de una propuesta estrenada en 2010, repuesta en 2011 y 2012 y que podría convertirse en un clásico navideño. "Hacerla cada año mientras el cuerpo aguante", nos decía Pep Cruz después de la función. Quizás sí, porque la comedia funciona de maravilla. Incluso mejor que nunca, ahora que Luca de Pep Cruz –como los buenos vinos reserva– ha ganado con humanidad y socarronería. El actor es de los que la estrenaron, junto a Marissa Josa, Joan Arqué –los dos únicos actores que han estado en las cuatro reposiciones–, Màrcia Cisteró, Ramon Vila, Navidad Olivé y Jordi Coromina. Se añaden ahora Lluís Marquès y Eduard Paredes, en un reparto muy bien compactado por la inteligente dirección de Oriol Broggi, que dosifica el histrionismo, marca los gags e incluso consigue un aplauso insólito por una cama en la transición del primero al segundo acto. Una transición, como la del segundo al tercer acto, que deja impronta por la originalidad de caos organizado de aires muchos napolitanos.

Éste es, sin duda, uno de los aciertos de la propuesta a la que hay que añadir, claro, el vibrante texto de Eduardo De Filippo, que abraza igual la comedia que el drama sin que paremos de reír incluso ante una agonía; la comedia de costumbres y el drama enterrado de unos personajes que, sin embargo, se hacen querer y aman. De Filippo sabe retratar a los personajes con un solo disparo, más que suficiente para animar el funcionamiento del espectáculo. El patriarca Luca (Pep Cruz), ya mayor y con una desmedida afición para el pesebrismo; su mujer Concetta (Marissa Josa), mater amantísima de Tomasino (Lluís Marqués), un hijo cleptómano y malcriado que no acaba de crecer, y de Ninuccia (Marcia Cisteró), casada con Nicola Percuoco (Joan Arqué), un industrial rico de Nápoles al que no se quiere; el maniático hermano soltero de Luca, Pasquale (Ramon Vila), que convive con ellos, y el servicial criado gran amante del café Rafaelle (Jordi Coromina), que busca elaguinaldo. Muy recomendable.