Desmontando la tragedia de Hamlet

Las propuestas de la directora brasileña Christiane Jatahy, que hasta ahora sólo habíamos conocido gracias al festival Temporada Alta de Girona, se levantan desde la hibridación de lenguajes artísticos y van en busca de las resonancias contemporáneas de los textos clásicos (La señorita Julia de Strindberg, Las tres hermanas de Chéjov, Macbeth de Shakespeare) o de creaciones sobre temas actuales con fuerte contenido sociopolítico (como el racismo en Brasil actual en Depois do silencio o la odisea tanto de los inmigrantes en el Mediterráneo como de los pueblos indígenas en Brasil en O agora que demora, inspirada en la de Homer).

Nada de eso está, en este Hamlet. En los pliegos del tiempo, una versión muy libre que conserva los rasgos fundamentales del argumento dentro de un texto de cosecha propia y salpicado de fragmentos de otros autores (Heiner Müller, Virginia Woolf). La mirada de la directora quiere ser profundamente femenina: Hamlet es mujer. ¿Cómo cambian las relaciones con el resto de personajes y sobre todo con Ofelia y Gertrudis? Pues la verdad es que poco, más allá de prolongar las conversaciones del príncipe con su madre y que ésta le prepare la cena.

Lo que sí cambia la versión de Jatahy es el género de la obra. Desaparece la tragedia y la trama se convierte en una sucesión de momentos vistosos sin tensión dramática con una omnipresente Hamlet (magnífica Clotilde Hesme) rodeada de unos personajes que deambulan por el maravilloso loft de diseño. Un deliberado juego anticlimático repleto de acciones que por momentos derivan hacia la comedia.

Pero además de la palabra -muy bien dicha por todos- está la imagen fílmica. Soberbio inicio, con una proyección de la fiesta de las bodas de Claudi y Gertrudis y la aparición del fantasma de Hamlet en primer plano en un tul que cubre toda la boca del escenario. Una propuesta estéticamente brillante y con interpretaciones sólidas pero vacía de contenido.

Este Hamlet que filma con un móvil cuestiona su duda vital (no es tan difícil matar) mientras en el televisor unos tanques disparan sobre los edificios y Fortinbras ya ha matado a 20.000 enemigos.