El dilema de un matrimonio de ancianos que no saben a quién regalar una colección muy valiosa
José Sacristán y Ana Marzoa protagonizan 'La colección', de Juan Mayorga, en el Teatre Romea
Barcelona"Nadie muere tan pobre para no dejar nada detrás de él", decía Blaise Pascal. "Eso también vale para los recuerdos, aunque éstos no siempre encuentren a alguien que quiera heredarlos", añadía Walter Benjamin. Dando voz a estos dos pensadores, el dramaturgo madrileño Juan Mayorga sintetiza la temática principal del espectáculo La colección, que se estrenó en el Teatro de La Abadía de Madrid y que del 3 al 29 de septiembre se podrá ver en el Teatro Romea de Barcelona. Los actores José Sacristán y Ana Marzoa encarnan a una pareja que, ya al final de la vida, se plantean a quien legarán la colección que han creado conjuntamente durante más de cinco décadas de matrimonio. "Empezaron la colección hace muchos años, cuando vieron un objeto en el escaparate de una galería de Tokio y quisieron comprarlo porque pensaron que sería el recuerdo de una tarde feliz", explica Mayorga.
Según el dramaturgo, el dilema de la obra no tiene tanto que ver con los objetos que ha ido acumulando la pareja de ancianos, como sobre todo con la transmisión de unos valores culturales. "Para los protagonistas no es una colección cualquiera, sino que a través de estos objetos han intentado recoger toda la escalera de la experiencia humana", dice el dramaturgo. "No guardan sólo cosas físicas, sino momentos, formas de vida y sentimientos", añade Sacristán, quien cree que "todos somos depositarios de lo vivido antes de nosotros y, al mismo tiempo, transmisores de nuestras vivencias" a las generaciones futuras.
Más allá de la ficción, Marzoa reconoce que ha conectado con el texto en un sentido muy personal. "Mayorga me llamó en el momento más difícil de mi vida, porque acababa de perder a la persona que más amaba del mundo, que era un musicólogo que había acumulado miles de libros e instrumentos", explica la actriz, que describe este proyecto escénico como "un salvavidas". Sacristán, que este septiembre cumplirá 87 años, también se ha sentido cómodo con ese papel. "Es un gran coleccionista de programas de cine y teatro, fotografías y cartas que dan fe de una vida muy rica", explica Mayorga.
"Pasar el testigo"
El reparto cuenta también con Zaira Montes e Ignacio Jiménez, dos grandes nombres del panorama teatral que interpretan, respectivamente, una coleccionista que se propone como heredera potencial y "un personaje enigmático que enseña más por lo que calla que por lo que dice", explica Mayorga, que precisamente dedicó su discurso de entrada a la Real Academia Española a la importancia del silencio en el teatro, una cuestión presente de forma latente en muchos de sus montajes, como Hamelin, La tortuga de Darwin y El chico de la última fila.
Según Montes, el texto de Mayorga le ha llevado a reflexionar sobre "la necesidad de pasar el testigo" en el mundo de las artes escénicas. "Estamos trabajando con Sacristán y Marzoa, recogiendo su sabiduría, y espero llegar algún día a su edad y ser yo quien pueda transmitir el legado a unos actores más jóvenes", explica la actriz. En este sentido, Mayorga, pese a ser consciente de que su oficio trabaja con material efímero, cree que "el sitio del teatro es la memoria de los espectadores".