Joan Carreras: "Aún soy de los tontos que creen en el poder transformador del amor"
El actor protagoniza con Marta Marco 'Corazón de los amantes', de Tiago Rodrigues, que les ha dirigido en una nueva producción en el Teatre Lliure
BarcelonaEntre la primera frase y la última de Corazón de los amantes, del dramaturgo y director portugués Tiago Rodrigues (Lisboa, 1977), pasaron trece años. En 2007 escribió la obra, que es su debut, y en 2020 decidió reanudarla para terminarla. "No reescribí nada, simplemente añadí cosas. Al igual que pasa con la vida, que nada puedes cambiar, solo sumar experiencias", explica Rodrigues, que es el actual director del prestigioso Festival de Aviñón. El artista portugués se ha instalado en Barcelona para dirigir una nueva producción, Corazón de los amantes, protagonizada por Marta Marco y Joan Carreras y que se estrena este viernes en el Teatre Lliure de Gràcia, donde puede verse hasta el 25 de mayo.
Con este espectáculo, Rodrigues quería explorar la idea del amor y el paso del tiempo. Por eso imaginó la vida de una pareja a lo largo de los años contada a través de los dos protagonistas. La obra arranca en una situación de emergencia: uno de los dos miembros de la pareja puede morir, necesita acudir al hospital y cada minuto es una eternidad. "En ese momento se dicen que, si sobreviven, vivirán de otra forma. El riesgo de muerte les lleva a pensar que habrían podido utilizar el tiempo mejor", señala Rodrigues. Pero para cambiar "se necesita tiempo", añade, y la obra les acompaña en ese viaje transformador hasta el final de la vida y más allá, que tiene una hora de duración en el escenario.
"Es una obra preciosa en todos los aspectos, en su simplicidad y en la profundidad. Todavía soy de los tontos que creen en el poder transformador del amor y en su poder curativo. Lo es todo, en la vida", destaca Joan Carreras. "Me pasaría horas diciendo el texto, hablando sobre la vida, amando. De este espectáculo me recordaré toda la vida", dice Marta Marco. Con Corazón de los amantes se han reencontrado después de 22 años sin trabajar juntos; la última vez que lo hicieron fue en el 2002, con La hija del mar en el Teatro Nacional de Cataluña.
Una partitura musical
Corazón de los amantes destaca sobre todo por la forma en que ha sido pensada. El texto está concebido como una partitura musical: a veces toma forma de monólogo, otras es un corazón en el que los intérpretes lo dicen a la vez o se convierte en un canon. Esto añade dificultades a los actores, que deben coordinarse al milímetro y no perder el ritmo en ningún momento. "Nos coloca en un lugar donde está el máximo compromiso y la aceptación del error. Hemos asumido que la perfección es imposible: pase lo que pase, tenemos que cogernos de la mano e ir juntos", dice Marco. "La partitura va de la polifonía a la cacofonía, y pasa por registros y géneros muy diferentes. Es una de las piezas que más me ha costado estudiar en mi vida", añade Carreras.
Para dar todo el peso a los actores, la puesta en escena es minimalista. "Tengo una confianza ciega en el poder y en la presencia de Joan y Marta. El escenario estará casi vacío, con una cortina y dos sillas. Aparecerán algunos objetos que dialogan con algunos momentos mencionados en la pieza, basta", explica Rodrigues. Esta decisión formal responde a su idea de hacer un teatro "de evocación", centrado sobre todo en la palabra y en los intérpretes. Además, la lengua juega un papel fundamental. "La pareja protagonista es un corazón que habla al unísono. Por eso no tiene sentido llevar el espectáculo en la versión portuguesa, porque si el público no entiende el idioma es un problema", dice Rodrigues. Hacerlo en catalán, para él, ha sido una experiencia muy gratificante: "Noto que no hay una distancia cultural entre vosotros y nosotros. Después de hacer la pieza en francés y griego, en catalán me siento como en casa".