Crítica de teatro

Un nuevo triunfo de Las Impuxibles

Las hermanas Clara y Ariadna Peya reflexionan sobre las drogas en el Teatre Lliure

Caramelo

  • Textos de Pablo Messiez
  • Coreografía: Ariadna Peya
  • Dirección: Ariadna Peya y Clara Peya
  • Intérpretes: Yasser de Oquendo, Helena Gispert, Polo Guimerá, Mabel Olea, Clara Peya, Joan Solé
  • Teatro Libre de Gracia. Hasta el 1 de diciembre

El activismo y la reflexión sobre cuestiones sociales son el sello de la compañía de Clara y Ariadna Peya. Las Impuxibles han tocado el tema de la salud mental (Suite TOC núm. 6), del suicidio (Harakiri) y de los trastornos alimentarios (Hambre) y en la nueva propuesta nos hablan de las adicciones en general y de las drogas en particular con el acertado título de Caramelo.

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Fieles a su estilo de hibridar música, danza y textos, en este caso del dramaturgo argentino Pablo Messiez (autor deEl tiempo que estemos juntos y Las canciones, ambas vistas al Lliure), Las Impuxibles han logrado de nuevo un magnífico espectáculo. Los primeros cuarenta minutos son de gran excelencia en la cohesión de los diferentes lenguajes, con Clara Peya al piano y la percusión, con la trepidante coreografía de grupo de Ariadna Peya y el texto de Messiez (en la voz de Joan Solé ) sobre la angustia y el miedo por la muerte de un yonquio. Un texto que me recordaba la letra del Tango de la cocaína de Joan Viladomat: “¡Cocaína...! Sé que al fin debe matarme. / Me asesina, pero calma mi pesar". Cuarenta minutos que valen por todo un espectáculo, con una escenografía funcional que evoca un bar musical de copas y una iluminación climática de Judit Colomer.

Lástima que acto seguido esta cohesión se diluya un poco y la calidad de unos movimientos coreográficos exuberantes, como el dúo de Mabel Olea y Yasser D'Oquendo, los sentimentales efluvios musicales de la siempre inspirada Clara Peya y otros textos de Messiez acaben funcionando aisladamente, pero sin suficiente encaje en Caramelo.

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Las Impuxibles analizan sin manierismos como las drogas, y en especial la cocaína, afectan a los individuos y sus relaciones familiares y sentimentales, cómo conviven placer y dolor en un mismo instante. Las adicciones, del tipo que sean, tienen esa dualidad. Una propuesta muy recomendable.