Estreno teatral

Pau Miró: "Me he sentido expulsado por los precios de Barcelona"

El dramaturgo barcelonés estrena 'Expulsió' en la Sala Beckett, un espectáculo sobre cómo Barcelona echa a sus vecinos

BarcelonaHace dos décadas, el dramaturgo y director Pau Miró (Barcelona, ​​1974) estrenó Llueve en Barcelona (2004) en la antigua Sala Beckett. En ese momento, la obra de Miró hablaba "de cuidar a la gente que viene de fuera y de abrir la ciudad con orgullo al mundo", explica. Ahora, su mirada sobre la capital catalana se ha vuelto como un calcetín. "Me he sentido expulsado por los precios, por una ciudad cada vez más pensada para la gente que sólo viene a consumir y que está exprimiendo a Barcelona con criterios económicos", explica Miró. Este sentimiento atraviesa los personajes de la obra Expulsión, protagonizada por tres hermanos que se reencuentran después de la muerte de los padres. El espectáculo, dirigido por Toni Casares, podrá verse del 5 de marzo al 6 de abril en la Sala Beckett.

Para Casares, que también dirigió Llueve en Barcelona hace veinte años, este reencuentro escénico actúa como un toque de alerta. "Estamos regalando nuestra ciudad y nuestras vidas a los grandes fondos de inversión. Son empresas y personas con nombres y apellidos; ellos son los culpables de dejar la ciudad y la vida de la gente en manos del dinero y del capital", subraya Casares. Expulsión explora esta sensación "de pérdida absoluta de un sitio en el mundo" desde tres miradas. Una de las hermanas (Montse Germán) es una urbanista que intenta construir un relato esperanzador, aunque fracasa. El hermano (Xavi Sáez) tiene una visión más práctica de la realidad, mientras que la otra hermana (Anna Alarcón) se pasa al otro lado. "Ella lo que más valora es el dinero. Me ha tocado encarnar a alguien que representa la otra cara de la moneda", destaca Alarcón.

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Mientras los tres protagonistas discuten sobre qué hacer con la casa de veraneo de sus padres, la hija adolescente de uno de ellos (Mia Sala-Patau) les contrapone con la realidad y se rebela contra el mundo que le dejarán. "Está enfadada con la vida, y eso es cosa de la edad, pero también defiende que no debemos creernos el discurso de que no hay alternativa, que el mundo será el que los grandes fondos quieran. Sí que se pueden cambiar las cosas", afirma Sala-Patau. Su personaje tiene, según Miró, "la intuición de dónde está la esperanza".

Una barricada contra Trump

Expulsión nace también como una respuesta a las narrativas que realizan una apología del individualismo extremo y que, según Miró, están ganando terreno. "Contrarrestar los discursos de Trump y de Musk es cada vez más difícil. Si te quejas, te ridiculizan. Estoy preocupado", dice Miró, quien cree que las izquierdas deben reconstruir el discurso para hacerle frente. Para la compañía, el teatro es el sitio donde dar vida a la esperanza. "No es solo una vía de escape de la realidad, sino también una barricada", añade Xavi Sáez.

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Más allá del componente político e ideológico, Expulsión también explora este sentimiento desde otras vertientes, como no sentirse parte de una familia o sentirse expulsado emocionalmente. "La individualidad está muy de moda hoy en día, pero el sentimiento de expulsión puede hacernos mucho daño como seres humanos —subraya Alarcón—. En este contexto, es muy importante saber quién es nuestra tribu".