Reconstrucción del enigmático suicidio de una familia
Repasando las últimas horas de una familia francesa de clase media que termina con su vida, Milo Rau habla del suicidio colectivo de nuestra civilización
'Familie'
- Teatro Municipal de Girona (Temporada Alta)
- 24 de noviembre 2023
"Nos hemos equivocado mucho. Lo sentimos". Una breve nota de despedida sin firma y cuatro cadáveres colgados en el porche de una casa de Coulogne, cerca de Calais. Eran los Demeester, una familia francesa de clase media sin preocupaciones financieras ni problemas de salud que puso fin a su vida el 27 de septiembre de 2007. ¿Por qué? No existe ninguna respuesta definitiva a este hecho real.
Tampoco la busca Milo Rau, el director belga que en Familia realiza una reconstrucción inquietantemente realista de las últimas horas de la familia. Lo hace además con una familia de verdad, los Peeters. El padre, la madre (actores profesionales) y dos hijas adolescentes entregadas a reproducir el camino hacia la muerte. Un camino de natural normalidad con tiempo para cenar un plato de mejillones y marisco cocinado por el padre, para practicar inglés, para mirar vídeos familiares antiguos, para asear la casa y preparar el cadalso. Y para romper el gran silencio que antepone la muerte con conversaciones cotidianas de lo que hablan los periódicos. ¡Qué bien lo hacen los cuatro!
Ellos y nosotros sabemos el final. Unas horas imaginadas sin cuestionamiento, sin explicaciones, sin ningún miedo, sin especulación alguna sobre el motivo de una decisión tan terrible en la que Rau quiere ver el desdichado camino de nuestra civilización que nos aboca a la única salida posible, la desaparición . Y los espectadores seguimos el paso del tiempo mirando en una pantalla el interior de las estancias de la casa, escuchando (leyendo, claro) los banales diálogos hasta que llega la hora. "Hagámoslo ya!" Dice una de sus hijas.
Una nihilista invitación con la que Rau abrió hace tres años una trilogía sobre la vida íntima (la segunda entrega, Dolor y belleza, se estrenó recientemente en Gante) alejada de su activismo en otros espectáculos (recordemos lo excepcional Hate radio sobre el genocidio en Ruanda que visitó el Grec 2013) pero con la misma carga política de un creador que mira la realidad para cuestionarla y cuestionarnos.
Familia resulta angustioso y más de uno se preguntará si no resulta gratuito mostrar el suicidio y dejar colgados los cuatro cuerpos (la joven movía las piernas) mientras suena una canción de Leonard Cohen. Rae no lo cree. Dice que es un acto de amor y solidaridad.