La Sala Muntaner reabrirá como "la casa de la comedia"
La productora del espectáculo 'Corta el cable rojo' gestionará el espacio, cerrado desde 2018
BarcelonaBarcelona recupera un teatro La Sala Muntaner volverá a abrir en octubre, después de seis años cerrada, y lo hará convertida en el Teatre Muntaner, un espacio que se dedicará exclusivamente a la comedia. Será la sede del espectáculo Corta el cable rojo, que hasta ahora podía verse en el Teatro Apolo, pero también programará otros espectáculos y monólogos que tengan el humor en el centro.
Detrás de la reapertura se encuentran el xoman catalán Toni Cano y los responsables de la productora Corta el Cable Rojo y la Escuela de Comedia de Madrid, Carlos Ramos, Sandra Reyes, José Andrés López de la Rica y José Ramon Salgado Salomón, artífices de uno de los grandes logros teatrales de los últimos años: el espectáculo de improvisación Corta el cable rojo nació hace trece temporadas en Madrid y ha tenido tanto éxito que desde entonces se mantienen en cartel ininterrumpidamente en la Gran Vía de Madrid. También tienen otras dos compañías, una itinerante por el Estado y una segunda que desde el 2022 tiene sede estable en el Teatro Apolo de Barcelona. El éxito también en la ciudad es lo que les ha motivado a buscar una casa propia a través de la sociedad La Muntaner Teatre SL.
"Queríamos un teatro para ser primera compañía y no depender de los horarios que nos marcan los musicales y otras obras. Salió la oportunidad de reabrir la Muntaner y lo estudiamos un poco, pero no mucho, porque tener el oportunidad de reabrir una sala en Barcelona es brutal", dice Cano, que será su director artístico. La sala, que vivió una reforma importante en 2005, necesitará una intervención para adecuarla sobre todo a nivel técnico y estético.
La temporada empezará en octubre con siete funciones semanales de Corta el cable rojo y una multiprogramación de comedia de medio formato y espectáculos unipersonales. "Seremos la casa de la comedia. Creemos que hay salida y son espectáculos que funcionan muy bien. Además, cuando tienes un teatro temático, la gente puede venir sin saber qué hay en cartel. Si tienen ganas de reír sabrán que en el Teatro Muntaner encontrarán comedia de calidad", confía Cano, que también es monologuista y espera poder ofrecer el show a su ciudad. "A Barcelona le faltan salas medias; en el Paral·lel no hay, por ejemplo. En Madrid estamos en el Pequeño Gran Via, que es la sala pequeña, de 300 localidades, del Teatro EDP, y buscábamos una sala similar". La Muntaner tiene unas 200 localidades.
Un final abrupto
La Sala Muntaner cerró el verano del 2018 sin anuncio alguno por parte de la propiedad o la dirección, que tenía Javier Urbasos de gerente y Josep Maria Coll de director, entonces también gestores de la discoteca Sala Metro. El final se achacó a problemas de viabilidad económica, debido al incremento del IVA, la crisis y la situación política. Desde 1996 la Muntaner se había situado como uno de los espacios imprescindibles de la escena alternativa: la cerró el espectáculo Vania, de Àlex Rigola, y habían pasado nombres como Jordi Casanovas, Xavier Albertí, Josep Maria Mestres, Ramon Simó y Cristina Clemente, entre otros muchos. Después de un litigio legal, el local de Muntaner 4 es propiedad de Pau Solé, que también es propietario de la sala de baile La Paloma.
Antes de ser un teatro, este espacio era una sala de baile. En 1927 abrió la Sala Emporium y en los años 30 fue una academia de baile. Después de la guerra, fue un espacio de variedades con el servicio de señoritas. En los años 50 consta que actuaron Charles Aznavour, Tete Montoliu, Carlos Ramírez, las vedetes Linda White y Raquel Raina y la orquesta de Xavier Cugat. En los años 70 actuó Pedro Ruiz. Y a finales de esa década cambiaría el nombre de Emporium por Muntaner 4, después Shadows y más tarde Metrópolis. Tras ser Sala Muntaner, ahora será Teatre Muntaner.