Teatro

El sepulturero que se negaba a abandonar los fusilados republicanos en fosas comunes

Pepe Zapata recupera la historia de Leoncio Badía Navarro en el monólogo 'El enterrador', en La Villarroel

BarcelonaUna tarde, mientras escuchaba la radio, el actor y gestor cultural Pepe Zapata escuchó un reportaje que le conmovió profundamente. La periodista contaba la historia de Leoncio Badía Navarro, un joven republicano que, una vez terminada la Guerra Civil Española, se vio obligado a trabajar de sepultureros en Paterna, su ciudad natal, a poco más de diez kilómetros del centro de Valencia. "Se acababa de librar de una condena de muerte, no sabemos muy bien por qué, y ese trabajo fue la única forma que encontró de sobrevivir", explica Zapata. Lo que Badía Navarro no podía imaginar era que Paterna sería uno de los municipios más afectados por la violencia del régimen franquista: de 1939 a 1956, más de 2.300 personas fueron asesinadas y enterradas en el cementerio en un centenar de fosas comunes.

El joven republicano, aún con la resaca de la guerra, encontró la manera de ir en contra del régimen desde dentro. "Quizá desde un punto de vista naif, estableció un sistema para ordenar a los muertos –dice Zapata–. En vez de lanzarlos todos directamente a las fosas comunes, se entretenía en lavar los cuerpos y colocarlos ordenadamente, guardaba los objetos de valor en cajas… Y apuntaba el nombre de los muertos en un papelito que ponía dentro de una botella de cristal, escondida detrás de la nuca de los cadáveres;

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"Nuestro Primo Levi"

A Zapata le emocionó tanto esta historia que decidió convertirla en un monólogo protagonizado por él mismo, El enterrador, que en 2023 pudo verse en la Sala Fénix de Barcelona y, después de dar la vuelta por casi todo el estado español, aterriza en La Villarroel del 14 de julio al 4 de agosto. "El enterrador de Paterna es nuestro Primo Levi, uno de esos héroes anónimos que no aparece en los libros de historia pero que cambia la sociedad", dice el actor. El monólogo, que cuenta con la dirección y dramaturgia de Gerard Vázquez, toma como punto de partida la biografía de Badía Navarro, pero también contiene "historias familiares, de otras muchas personas" con las que Zapata y Vázquez hablaron para documentarse. "Quien más, quien menos, todo el mundo tiene una historia familiar relacionada con la guerra", añade.

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Zapata, que ya ha realizado más de 80 funciones de El enterrador, reconoce que este proyecto le ha cambiado la vida: "Un día, antes de una función en Valencia, visitamos el cementerio de Paterna y allí conocí a la hija del enterrador, Maruja, que tiene 81 años. Invité -la aquella tarde en la función y nunca había tenido la sensación de estar actuando sólo para una persona. Todo el rato pensaba: «¿Qué pensará Maruja?». Por otro lado, el espectáculo le ha servido para conocer a Paco Roca y Rodrigo Terrasa, que en el cómic El abismo del olvido también abordaron la vida de Leoncio Badía.

"Por desgracia, todo lo que decimos es cierto", dice Zapata, que aclara que El enterrador "no es un espectáculo panfletario, porque, en el fondo, el mensaje es que todos la cagaron". Según Zapata, tiene más sentido que nunca porque los adolescentes desconocen "todo lo que pasó": "La memoria histórica tiene un plazo de tres generaciones. A partir de la tercera generación, entienden la guerra sólo como un hecho histórico, sin tenerlo ninguna conexión emocional".

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En este sentido, el historiador Jordi Barra ha elaborado un dossier pedagógico para complementar el espectáculo y, además, conducirá un coloquio posfunción el lunes 22 de julio. "Los jóvenes se pasan el día viendo vídeos de TikTok sobre la guerra de Ucrania, pero alucinan que esto pudiera ocurrir aquí, entre familiares y vecinos, entre gente del mismo pueblo, porque no lo tienen nada interiorizado", explica Zapata, que recuerda que, "después de Camboya, somos el segundo país con más desaparecidos en fosas comunes".