Natación

El abuelo catalán capaz de ir de Europa a África nadando

El nadador del CN ​​Sant Andreu remarca la importancia de tener libertad a la hora de escoger sus retos y no atarse a ninguna marca

BarcelonaJosep Farré (Barcelona, ​​1946) volverá a ser este sábado el nadador más veterano al participar en un Campeonato de Aguas Abiertas. Ya lo fue el pasado mes de abril en Eivissa en el torneo estatal. Ahora repetirá la meta en Tarragona con el objetivo de hacer los tres kilómetros en un tiempo cercano a la hora. "Hace ya muchos años que no tengo como objetivo mejorar las marcas, al inicio los hacía en unos 50 minutos, pero con los años es normal ir perdiendo velocidad y fuerza", explica en una conversación con el ARA. En los Campeonatos de España de abril hizo la travesía en una hora y dos minutos.

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A sus 79 años todavía tiene las ganas de seguir compitiendo. La natación, aunque nunca se le ha dedicado profesionalmente, siempre ha sido su forma de vida. Empezó a los doce años con una travesía por el Port de Barcelona y desde entonces nunca se ha detenido. El 2023 fue muy especial para Farré. En pocas semanas se proclamó campeón del mundo de Aigües Obertes en la categoría máster en Fukuoka (Japón) y se convirtió en la persona más veterana al atravesar el estrecho de Gibraltar (una aventura que ha repetido en tres ocasiones). El barcelonés recuerda que el calor le echó una mano a tierras japonesas. "Aquel día estábamos a unos 34° y el agua estaría alrededor de los 30 grados con mucha humedad. Mis competidores estaban acostumbrados a nadar en temperaturas más suaves, mientras que yo en Lleida había estado entrenando con mucho calor", recuerda.

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A pesar de los éxitos, Farré nunca se ha querido ligar a ninguna marca para tener más libertad y poder hacer los retos que a él le apetecía en cada momento. Precisamente, afirma que ésta es la clave para seguir nadando con casi 80 años. "Para poder competir durante mucho tiempo es importante no marcarse objetivos que no puedes llegar a conseguir. Si buscas una meta que no podrás alcanzar te lesionarás y acabarás defraudado por no llegar a donde querías. Es mejor ir haciendo sobre la marcha". Aparte de esta libertad, para el nadador también hay tres patas clave en estos años: la salud, la economía y la familia. La primera es imprescindible para poder competir. El dinero también es clave porque al ser amateurs los gastos corren a cargo del participante. Por último, también destaca la importancia del entorno: "Si la mujer o el hijo tienen algún problema, ya no puedes ir a los torneos".

Ahora bien, nunca se ha planteado dedicarse exclusivamente a la natación. "Es un deporte que no te dará para vivir y yo he visto buenos nadadores que se dedicaron a hacer de entrenador y pasaban ocho o diez horas en la piscina entrenando con los cursillos, organizando cosas en el club. Se cansaron de estar dentro de la piscina y no entrenaron ni fueron nadadores nunca más. Una cosa es el trabajo dentro del deporte y lo. momento que son incompatibles". "Yo tenía muy claro que lo primero era el trabajo, porque al final los céntimos que podía cobrar a fin de mes era lo que me permitía ir a las travesías oa los campeonatos", confiesa.

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Farré agradece también la generosidad del CN ​​Lleida. Pese a no ser socio, el club del Segrià le abrió sus puertas para que pudiera entrenar. "Ahora ya no entreno con ellos porque soy más lento y estoy en el CN ​​Sícoris por mi cuenta. Yo mismo me diseño la rutina y la voy cambiando en función de la prueba en la que competiré", explica un Farré que entrena unos cuatro o cinco días a la semana en el que recorre entre 1.800 y 2.400 metros en una hora y media. Pese a estar jubilado, el trabajo sigue muy presente. "Al cabo de un tiempo de dejar el puesto de trabajo, tuvieron que hacer algunas modificaciones técnicas y me pidieron ayuda. Puntualmente, les echo una mano", explica. También ha salido del agua. Cuando se mudó a Lleida entró con su esposa Regina, nadadora del CN ​​Lleida, en el centro excursionista de la ciudad. Esto les ha permitido realizar rutas de espeleología, y unos ochenta descensos de barrancos. Incluso ha atravesado el Pirineo en varios años. "Son objetivos que te vas trazando durante la vida y que te van llenando", afirma.

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De la Fabra y Coats en Lleida

Ligado siempre al CN Sant Andreu, en 1978 se mudó de la capital catalana a Lleida para montar una fábrica. Los inicios fueron en una piscina descubierta en la Fabra i Coats, una antigua empresa de textil en el barrio de Sant Andreu donde trabajaba su padre, Jaume, que se encargaba de cuidar la parte deportiva por los empleados. Fue su padre quien introdujo a Josep Farré en el mundo de la natación. Con la fundación del CN ​​Sant Andreu en 1971, la empresa permitió a los trabajadores marcharse al club barcelonés, donde había una piscina cubierta y podían entrenar durante todo el año y no los tres o cuatro meses que tenían en la Fabra i Coats.

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67 años después de completar la primera travesía en el puerto de Barcelona y con miles de experiencias en su historial, Farré sigue reivindicando aquellas cosas que hay que mejorar. El nadador barcelonés reclama que las travesías de Aigües Obertes también incluyan categorías separadas para los veteranos. "Hay muchas que terminan a los 60 años, donde se agrupan todo el resto de competidores. A la hora de las clasificaciones una persona de 79 años compite contra una de 61", denuncia. Algo que en los campeonatos nacionales, estatales o internacionales sí está bien reglamentado. "Si somos pocos, somos pocos. Cuando yo tenía 60 años no éramos muchos y ahora ya son veinte o treinta", concluye Farré.