Barça

El Barça sabía desde 2012 que el Camp Nou estaba en mal estado

La directiva no hizo ninguna actuación a pesar de recibir otro informe, en 2014, hablando de "medidas urgentes"

BarcelonaLa anterior directiva del Barça jugó con fuego con el Camp Nou. Un estadio que está pendiente de ser remodelado pero que, mientras tanto, continúa siendo el lugar donde el conjunto azulgrana disputa sus partidos como local. Después de estar cerrado durante un año y medio por la pandemia, el Camp Nou volvía a abrir las puertas a mediados de agosto. Eso sí, una vez hecha la reparación de 127 patologías, 44 de las cuales eran de carácter grave y urgente. El informe que alertaba de las patologías, como avanzaba La Vanguardia, lo recibió el presidente Josep Maria Bartomeu en 2019, pero no actuó por falta de presupuesto y se disputaron hasta 21 partidos con aficionados durante ese periodo, incluyendo un clásico. Ahora bien, los problemas venían de mucho antes. Según ha podido saber el ARA, los primeros informes que alertan del "mal estado" de las instalaciones se remontan a 2012. Y en 2014 se recibió otro que hablaba de "medidas urgentes". En ninguno de los casos se corrigieron las deficiencias.

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Los informes llegaron a las manos de los anteriores gestores a partir del estudio para remodelar el Camp Nou. Un proyecto que la directiva de Sandro Rosell impulsó y que se conocería, posteriormente, con el nombre de Espai Barça –que también incluía un nuevo Palau Blaugrana y un nuevo Miniestadi–. Ese 2012, un primer informe ya ponía en conocimiento de la directiva algunos puntos oscuros de la principal instalación del club. En 2014, el año en el que los socios aprobaron en referéndum sacar adelante el Espai Barça, y con Josep Maria Bartomeu en la presidencia, un segundo informe iba más allá y mencionaba que se tenían que hacer reparaciones urgentes en el Camp Nou. Unas mejoras que tampoco se produjeron. La gota que hacía colmar el vaso llegaba en 2019, cuando un último informe alertaba a la directiva de que había riesgo para los espectadores que iban al estadio. "Empezaron a hacer propuestas, cuestiones internas... y después lo pararon por la pandemia al considerar que no tenían dinero. Pero el caso es que jugaron con la seguridad de las personas", explica Elena Fort, vicepresidenta del club, consultada por el ARA sobre esta cuestión. "Podemos hablar de números, pero esto del estadio es lo que más indigna", asegura.

Unos dos millones de coste

La directiva actual, presidida por Joan Laporta, tuvo conocimiento de estas deficiencias a raíz de unas declaraciones de Carles Tusquets en las que ya hablaba de "patologías" en el Camp Nou. Una vez se hicieron cargo de la entidad, a mediados de marzo, el equipo de trabajo del Espai Barça solicitó este informe, pero la junta saliente se opuso a entregarlo. Unas semanas después, en abril, el texto llegaba a manos de los actuales gestores del Barça. "Es la situación que más me ha impactado desde que entré en el club. Tuve un shock cuando lo leí. Enseguida ordenamos que se arreglara. Si había que dejar de pagar sueldos, que se dejaran de pagar. Pero el Camp Nou no podía tener patologías que incluso ponían en peligro a los trabajadores del club que están en el estadio", dice la vicepresidenta.

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Elena Fort asegura que el club "habría hecho el ridículo" si la Liga hubiera autorizado a abrir el Camp Nou antes, y también añade que la directiva tenía claro que "no abriría el estadio al público" hasta que se hubieran arreglado estos problemas. Al final se invirtieron casi dos millones de euros. "No se entiende cómo se gastaron 119 millones en el Espai Barça y no hicieron nada para arreglar esto", cierra la vicepresidenta.

Desde el Barça explican que después de que la directiva de Bartomeu hubiera tenido acceso al informe estaba obligada a sacar adelante las reparaciones. "Si cae un trozo del estadio y hace daño a alguien, o lo mata, además de las responsabilidades económicas también hay responsabilidades penales", comentan. Se celebraron 21 partidos y no pasó nada, pero la junta de Bartomeu jugó con fuego.