Duplantis, la estrella del pop dispuesta a salvar el atletismo
El saltador sueco ya ha superado 12 veces su récord mundial, dominando la escena dentro y fuera de las pistas
BarcelonaCentímetro a centímetro, Armand Mondo Duplantis se va haciendo mayor. Este año el saltador de pértiga sueco ya ha superado dos veces su propio récord mundial, dejando siempre la sensación de que no será el último. Hace un año Duplantis protagonizó uno de los grandes momentos de los Juegos Olímpicos de París cuando batió el récord mundial una vez ya se había asegurado la medalla de oro, convirtiéndose en el primer hombre en revalidar el título olímpico desde Bob Richards (Estados Unidos) en 1956.
Duplantis parece practicar un deporte diferente. Los adversarios saltan y vuela. Los rivales parecen pesados al levantar el vuelo y él parece elevarse con facilidad. La sola presencia del sueco en un gran mitin de atletismo asegura vender todas las entradas con la promesa de verle volar más arriba que nunca. El último récord mundial lo batió la pasada a semana en Estocolmo, en el viejo estadio sede de los Juegos de 1912, donde alcanzó los 6,28 m. "Necesitaba batir el récord en Suecia, en Estocolmo, frente a mis suecos", dijo tras correr por la pista sin camiseta.
Y pensar que cuando debutó los suecos no se fiaban de él. Lo veían poco sueco. No acababa de hablar bien la lengua de su madre y se expresaba mejor en inglés, puesto que era nacido y criado en Estados Unidos. En concreto en Luisiana, la tierra de Greg, el padre, un saltador casado con Helena, una heptatleta y jugadora de voleibol sueca. Duplantis pasa medio año en Estados Unidos y medio en Europa, pero la familia sigue en Luisiana, donde un hermano juega al béisbol. Pero Duplantis había decidido ser olímpico con Suecia y ahora ya es más popular que los miembros de la familia real sueca, que quieren conocerle. Todo el mundo quiere una foto con en Mondo, sean admiradores, muchachos o el rey Carlos Gustau. En 2020 comenzó una relación con la modelo y influencer sueca Desiré Inglander, a quien siempre dedica cada récord que bate. Cuando hacen vacaciones, les paparazis les siguen.
En Avesta, el pueblo en el norte de Estocolmo donde nació la madre, han instalado una réplica de un foso de salto con pértiga, con un listón que van elevando cada vez que el Mondo bate un nuevo récord. Cuando llegas al pueblo te encuentras con un gigantesco caballo de madera y el listón esperando ser elevado de nuevo. Bop, junto con sus amigos Emil Berg y Rasmus Wahlberg. En Suecia la canción se hizo lugar entre las 25 canciones más escuchadas del país, aunque Duplantis no destaca como cantante.
Es el atleta del momento, un hombre que ha roto su propio récord mundial 12 veces. La primera vez fue en 2020 en Polonia, cuando alcanzó los 6,17 metros. Sería el primero de los 12 récords al aire libre, a los que hay que sumar los seis indoor, bajo techo, donde ha elevado el listón de los 6,17 a los 6,27 actuales. En total ya ha superado 18 marcas mundiales, todavía lejos de las 35 veces que lo hizo el legendario Serguei Bubka, que hizo 17 al aire libre y 18 bajo techo de 1984 a 1994. Bubka elevó el listón de los 5,85 hasta los 6,14 y puso de moda. Empezó la carrera como soviético y la terminó como ucraniano, marcando toda una época. Entonces nadie pensaba que el salto con pértiga encontraría a alguien como él. Hasta que llegó el Mondo.
"Es muy fuerte. Tiene mucha personalidad, creo que no se detendrá. Lo celebro por su familia, les conozco", dijo Bubka en el 2024 cuando le entregó la medalla de oro a París. Lo hizo sin euforia, sin transmitir emociones, con respeto pero con cierta frialdad. Como si maldijera ser grande y no poder competir contra el Mondo, el hijo de Greg, ese saltador estadounidense que siempre perdía contra Bubka. A diferencia del ucraniano, Duplantis es una estrella mediática. Bubka creció bajo una hoz y un martillo, hijo de una tierra dura como es el Donbás. Duplantis es hijo de estadounidense y sueca, ha crecido en un campus universitario de Luisiana y se deja querer.
Duplantis ha entendido cómo funciona el deporte moderno. Domina la escena. Dado que los atletas que rompen el récord mundial cobran 100.000 dólares, el sueco no quiere superar su marca dos veces el mismo día. O superarlo por más de un centímetro, puesto que sería perder dinero y un día para ser noticia. Bubka no hizo lo mismo hasta la caída de la URSS, cuando empezó a recibir premios por cada récord. Su época era distinta. Duplantis utiliza las redes sociales, donde acumula a millones de seguidores, para acercarse al público. Sabe que el salto con pértiga no es el deporte más popular, así que se apunta a aventuras como una carrera a los 100 metros libres frente al noruego Karsten Warholm, propietario del récord mundial de los 400 metros vallas. Ganó Duplantis, por supuesto. De hecho, su velocidad en carrera es clave para entender sus saltos: él da más pasos y más rápidos que los demás saltadores antes de saltar. Cuando entrena, pasa más horas haciendo carreras que practicando el salto.
En un atletismo un poco huérfano sin personalidades como Usain Bolt, Duplantis se ha convertido en el gran reclamo. De hecho, el jamaicano estuvo en Estocolmo viendo el último hito del sueco en directo. viajes, publicidad y hace de DJ. "Me gusta su carácter, confía en él mismo, creo que puede llegar a una tercera medalla de oro olímpica" añadiría el caribeño, que logró este hito en los 100 metros: tres oros olímpicos seguidos. decir. De momento, parece que sólo tendría un rival: él mismo. Mondo debe protagonizado los 10 saltos más altos de la historia de este deporte él solo, dejando lejos los 6,16 m del francés Renaud Lavillenie del 2014. Lleva dos años sin conocer la derrota. Y su reto es llegar a Los Ángeles igual, pero con más récords mundiales por el camino. Siempre centímetro a centímetro. Paso a paso. Haciéndose rico y aún más famoso.