Barça

El Barça sabe hacerse fuerte ante las adversidades en Vitoria (1-3)

Triunfo de oro en un partido en el que Vitor Roque ha marcado un gol y ha terminado expulsado de forma injusta en apenas 10 minutos

BarcelonaQué días tan extraños en el Barça. Sea un efecto del adiós anunciado de Xavi Hernández o no, el equipo encadena dos victorias consecutivas uniendo momentos de buen juego con otros de frustración, consiguiendo que los aficionados por momentos se rindan y que después se ilusionen con ese futuro mejor que no acaba de llegar nunca. Seguir al Barça es así, es una montaña rusa emocional en la que se salta del odio al amor fácilmente, en la que tienes muchos nombres por alabar y muchos por criticar. Empezando por los árbitros, claro, responsables de una expulsión de Vitor Roque ideal para quienes creen en teorías conspiranoicas.

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En Vitoria, triunfo por 1 a 3 con corazón y con el joven brasileño convertido en uno de los protagonistas inesperados. Vitor Roque entró en el terreno de juego, marcó su segundo gol en dos partidos y, a continuación, vio dos tarjetas en 10 minutos. De la gloria al purgatorio en un santiamén, con una expulsión imposible de entender. Ahora Vitor Roque ya conoce cómo es la Liga. Es un lugar donde puedes soñar pero donde también te llevas varios palos. Sus goles se han convertido en algo de luz en esta época de dudas y de oscuridad donde cuesta saber hacia dónde irá el equipo ahora que el técnico tiene fecha de caducidad. Vitor Roque ya había marcado el gol salvador ante Osasuna y dejó el rastro de sus garras de nuevo en Vitoria. Ninguno de los dos triunfos pasará a la historia, pero se trata de triunfos que valen su peso en oro, para mantener lejos al quinto clasificado y para mirar de reojo qué ocurre en lo alto de la clasificación, por si acaso. Joan Laporta decía que en caso de ganar en Vitoria quizás todavía se ganaría la Liga. Es un optimista por naturaleza, el presidente, pero el Alavés acabó derrotado y las aguas parecen algo más calmadas.

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Y todo gracias a una curiosa combinación de juventud y experiencia, de jóvenes que apenas escriben las primeras páginas de su biografía deportiva y otras que ya tienen canas. Si Lewandowski y Gündogan abrieron la puerta, entre Lamine Yamal y Vitor Roque pusieron el lazo al regalo en la segunda parte. Ilusionan más a los jóvenes, claro. Pero para ganar es necesaria la participación de la vieja guardia. Éste podría ser el gran legado de Xavi, cuando llegue el momento de despedirle. Ver una nueva generación de jóvenes que habrá ido aprendiendo, sufriendo en carne propia, que en el Barça todo cuesta. Si Xavi jugador sufrió en la época en que él le salvaba la cabeza a Van Gaal, ahora él ve como jugadores como Pau Cubarsí o Lamine Yamal dan la cara. Lo hacen por sí mismos, pero también por el técnico. Lo hacen por el Barça, vamos. Ver cómo el central gerundense sale a campo abierto con el balón en los pies, sin miedo, como busca el contacto con delanteros rivales, impresiona. Tanto como las carreras y los giros de Lamine Yamal, que juega con alegría, que se mueve con la pelota como tantos jóvenes se mueven bailando nuevos ritmos que los veteranos no entienden en los barrios del extrarradio. Nuevos estilos y nuevos ritmos para el Barça de siempre, aquel en el que los jóvenes, si tienen carácter, siempre tienen una oportunidad.

Para intentar no sufrir tanto contra los vitorianos como había pasado en Montjuïc, el Barça se protegió con un nuevo centrocampista: Christensen, jugando de pívot defensivo. El escandinavo sufrió un poco hasta que, por fin, apareció Lewandowski. El polaco encontró un agujero en medio de la defensa rival después de un buen pase de Gündogan y se sacudió miedos y dudas con el gol. Ahora bien, el Alavés pudo hacer daño, especialmente con los centros laterales. Si bien el equipo local no tuvo puntería, el Barça sí, especialmente en una segunda parte en la que Gündogan supo aprovechar los espacios para hacer de las suyas y marcar el 0-2. La apuesta de Xavi no sirvió para jugar un partido espectacular pero sí lo suficientemente efectivo. El Barça sabía llegar, especialmente gracias a la calidad de Lamine Yamal, que no necesita marcar goles para ser el mejor. Va sobrado de talento y ahora tiene un escenario para demostrarlo a todo el mundo.

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Saber ganar, saber sufrir

El Alavés evitó que el partido quedara visto para sentencia marcando su gol apenas segundos después del 0-2 en un centro mal defendido que acabó con un buen cabezazo de Samu, pero el Barça, por un día, parecía destinado a no sufrir, porque Vitor Roque hizo el tercero en una jugada en la que, de nuevo, jugadores como Pedri, De Jong o Gündogan pudieron llegar frescos al área rival sabiendo que detrás de Christensen les protegía.

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Hubiera sido un triunfo plácido si no fuera por Martínez Munuera, que borró la carcajada de Vitor Roque con la tarjeta roja. Condenado a jugar 25 minutos en inferioridad numérica, el Barça supo hacerse fuerte y proteger a Iñaki Peña. Para ganar, es necesario saber sufrir. Después de unos días alocados llega una cierta calma, que hacía falta. Los optimistas miran hacia arriba de la clasificación y se animan con los jóvenes. Los pesimistas miran todavía la quinta posición y piensan en las decisiones arbitrales. Y muchos barcelonistas, de hecho, son las dos mismas personas a la vez.

Alavés 1-3 Barça

  • Alavés: Sivera, Tenaglia (Hagi, 77'), Rafa Marín, Duarte, Javi López, Blanco (Benavídez, 77'), Guevara, Álex Sola, Guridi (Abde Rebbach, 64') , Luis Rioja (Giuliano Simeone, 64' ) y Samu Omorodion (Panichelli, 88').
  • FC Barcelona: Peña, Kounde, Araujo, Cubarsí (Iñigo Martínez, 83'), Cancelo (Héctor Fort, 46'), De Jong, Christensen (Romeo, 82'), Gündogan (Vitor Roque, 59'), Yamal, Lewandowski y Pedri (Fermín López, 74').
  • Goles: 0-1 Lewandowski (22'), 0-2 Gündogan (49'), 1-2 Samu Omorodion (51') y 1-3 Vitor Roque (63').
  • Árbitro: Juan Martínez Munuera (Valenciano)
  • Tarjetas amarillas: Samu Omorodion (12'), Vitor Roque (67') y Alex Sola (94').
  • Tarjetas rojas: Vitor Roque (72').
  • Estadio: Mendizorrotza (19.480 espectadores).