Al Barça le crecen alas y ya ni ve al Madrid por el retrovisor (3-0)
El equipo de Xavi, con goles de Jordi Alba, Gavi y Raphinha, consiguen derribar el muro del Sevilla y ya le saca ocho puntos a los madridistas
BarcelonaEl Barça marca camino, con paso firme y seguro, hacia su destino. Decía Josep Maria Espinàs, el hombre que puso letra al Cant del Barça y que fue despedido en el Camp Nou, que en la vida los placeres son una mezcla de ingredientes. Y así anda el Barça de Xavi, mezclando actuaciones bonitas con otras sufridas, ahora disfrutando, ahora sufriendo. Contra un Sevilla muy defensivo, fueron tres héroes poco esperados, Kessié, Jordi Alba y Raphinha, los que permitieron que el equipo de Xavi ya saque ocho puntos al Real Madrid. Si el primer tiempo fue una tortura, el segundo fue una fiesta.
El barcelonismo llegaba feliz al partido, después de ver al Madrid perder los papeles en Mallorca. Poco se esperaba la parroquia azulgrana que tocaría sufrir de lo lindo para seguir encadenando triunfos. El partido ya no empezó bien, de hecho. La misma afición que ya conoce de memoria el equipo titular de los cuatro centrocampistas despidió a uno al cabo de cinco minutos, cuando Sergio Busquets se lesionó. Justo ahora que se había deshecho de las críticas y conseguía generar consenso de nuevo, una lesión corta la progresión del del Vallès. Xavi, sin Dembélé, priorizó la idea a los nombres. En lugar de introducir un extremo, confió en Kessié, porque le gusta ver a Gavi haciendo sus travesuras en ataque. Fue una jugada ganadora, al final.
Sin Balde, con fiebre, y con un Jordi Alba por la banda destinado a ser clave en la segunda parte, el Barça inició el lento ejercicio de picar piedra contra un Sevilla pragmático. Jorge Sampaoli tiene fama de ser un idealista, pero cuando luchas para huir de la zona de descenso, escondes las ideas en un cajón. Y los andaluces salieron con dos líneas defensivas muy cerradas para intentar ahogar a Lewandowski. El polaco tendría la primera ocasión al cuarto de hora, en un despiste defensivo de un Sevilla que, no hace tanto, daba miedo. Ahora, ni araña. Llegaba dispuesto a firmar con sangre un solo punto, aunque diera muy poco trabajo a Ter Stegen. Para derribar el muro, Lewandowski fue alejándose del área y poniendo a prueba a Bono con chuts lejanos. Pero Xavi ya había entendido que sería uno de aquellos partidos en los que hace falta paciencia, frustrantes por instantes, porque uno quiere jugar y el otro sobrevivir. Un partido de los que pasan lentos, como los paseos para ver mundo de Espinàs. Con la diferencia de que el escritor no luchaba a contrarreloj y el Barça sí. El buen momento del equipo de Xavi también ha conseguido cambiar la manera de jugar de los rivales. No hace mucho, muchos creían que podían hacer sangre de la herida del Barça. Ahora priorizan no recibir ellos el daño.
El ritmo bajo del Sevilla, no obstante, fue extendiéndose como una inundación cuando un río se desborda. Y el Barça quedó adormecido, como hipnotizado, y perdió la velocidad y la garra. El estadio también se fue congelando, frustrado con las pérdidas de tiempo del equipo de Sampaoli. Era el triunfo de la nada, del vacío. Pedri rebuscaba en el fondo de su sombrero mágico, pero no encontraba más trucos. Y Raphinha ni aparecía, entonces. Ya lo acabaría haciendo.
Si el Sevilla había decidido asesinar el espectáculo, al Barça le tocaba crear. Lo que mantenía el partido entretenido era el alma de un Barça que, ahora que vuelve a ganar, no quiere dejar de hacerlo. Un equipo consciente de que al Madrid siempre es mejor dejarlo fuera de combate cuando tienes la oportunidad, porque es un equipo que siempre se acaba levantando, volviendo a la vida de entre los muertos. Después del descanso, el equipo se esforzó más. Se enchufó. Y por las alas hizo daño con las carreras de Alba y los ataques de Raphinha.
El Barça necesitaba héroes que dieran un paso adelante para derribar el muro andaluz. Y fueron héroes inesperados. Primero, Kessié. El marfileño entró al área para pisar la pelota y, con un toque delicioso, asistir a un Jordi Alba que, como en los viejos tiempos, entró por la banda para marcar el gol que dejaba al Madrid a ocho puntos. Cargando el área de jugadores, el Barça consiguió que el lateral se quedara solo para batir Bono. La parte más difícil del trabajo ya estaba hecha. El gol de Alba le recordó al Sevilla su realidad, inestable. Y con espacios, Raphinha pudo asistir a Gavi para que hiciera el segundo gol. Unos minutos después, Alba continuó hurgando en la herida visitante y regaló a Raphinha el 3-0. El brasileño cierra así su mejor semana azulgrana, con Dembélé de espectador lesionado en la banda. Pequeños detalles, estos del brasileño, para que su autoestima siga creciendo. Gavi, en cambio, va sobrado de autoestima. Y el Barça sueña. Cree que este año, sí. Es difícil poner palabras a una emoción sin rebajarla, pero las estadísticas ayudan. Este Barça empezó a correr hace unos meses y ya no se ha parado más.
Barça 3-0 Sevilla
- FC Barcelona: Ter Stegen, Koundé, Araujo (Marcos Alonso, 79'), Christensen, Alba (Balde, 83'), Pedri, Sergio Busquets (Kessié, 7'), De Jong, Raphinha (Ferran Torres, 83'), Lewandowski y Gavi (Ansu Fati, 79').
- Sevilla FC: Bono, Montiel, Loic Bade, Gudelj, Rekik, Acuña (Ocampos, 65'), Oliver Torres (Bryan Gil, 46'), Jordán, Rakitic, Gueye (Fernando, 83'), En-Nesyri (Lamela, 46').
- Gols: 1-0 Jordi Alba (58'), 2-0 Gavi (71') y 3-0 (79') Raphinha.
- Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité Murciano).
- Tarjetas amarillas: Rakitic (46') y Jordán (75').
- Tarjetas rojas: Ninguna.
- Estadio: Spotify Camp Nou. 77.987 espectadores.