La "joya de la corona" del Camp Nou será un quebradero de cabeza

BarcelonaDe repente, un socio se levanta, coge el micrófono y pregunta sin tapujos. "¡Yo sólo quiero saber qué día volveremos al Camp Nou!" La brevedad y la contundencia de la intervención hizo sonreír a Elena Fort y Joan Sentelles, mientras muchos de los asistentes que estuvieron en la sesión informativa sobre el Espai Barça aplaudían a los gritos de "bravo" y "eso, eso". Pero ni la vicepresidenta ni el jefe de operaciones del Barça dieron una clara respuesta. Después de meses y meses hablando de la fecha de la vuelta, el club decidía cambiar de estrategia. De puertas adentro se sigue hablando del clásico ante el Real Madrid. Pero de puertas afuera nadie prefiere mojarse, por mucho que las obras avancen a buen ritmo, que haya más de 3.000 operarios trabajando, se instalen 1.500 toneladas de hierro cada semana y algunos piensen que en mayo sea posible la reapertura.

Con la duda principal por resolver, la sesión sirvió para evidenciar el malestar de buena parte de los abonados de la tercera gradería. El proyecto de remodelación incluye la construcción del ya famoso anillo vip, por lo que la primera fila de asientos estará más lejos del terreno de juego del que lo estaba actualmente. Unos diez metros, calcula el club. Pueden parecer pocos, pero sumados a la altura de la gradería respecto al césped, a muchos se les hace una montaña. "Supongo que con el abono te regalarán unos prismáticos", decía irónicamente uno de los socios afectados. Algunos se han unido en una plataforma de afectados que tratará de presionar para conseguir, dentro del agravio, las mejores localidades posibles en el nuevo estadio. Saben que será difícil, pero no por eso dejarán de insistir.

No era un tema nuevo. Ya había habido polémica por la decisión de echar al suelo la tercera gradería y hacerla nueva de trinca. Fort y Sentelles insistían en los problemas estructurales que arrastraba la obra de Núñez de 1982 y por las múltiples posibilidades que ofrece la que se está construyendo. "Será la joya de la corona", aseguraban, en referencia a los múltiples servicios que ofrecerá, tanto por la comodidad en los accesos como por el balcón de 360 ​​grados que se incluirá en los tours y que permitirá gozar de unas vistas privilegiadas de la ciudad de Barcelona. "Todas estas promesas nos hacen temblar. Nosotros venimos a ver fútbol. Y el fútbol lo veremos peor", protestaba otro socio.

Para tratar este y otros casos individuales, el Barça ha decidido poner en marcha una oficina especializada en la vuelta al Camp Nou. Tendrá una docena de trabajadores. Los abonados podrán solicitar un reagrupamiento familiar o un cambio de zona. Es probable que algunos de los perjudicados en la tercera gradería se les ofrezca ir a otras zonas del estadio. Por otra parte, los 3.500 nuevos abonados de la lista de espera –las aproximadamente 3.000 plazas ya reservadas más las 621 que no renovaron el censo– pasarán mayoritariamente en lo alto del campo, que tendrá 104.600 asientos una vez terminado por completo.

Ahora bien, la vuelta, sea en mayo o septiembre, se hará sin disfrutar de la tercera gradería. Solo habrá la estructura, que acabará de construirse este mes de julio. El big lift, el anglicismo para describir la instalación de la cubierta, se llevará a cabo en el verano del 2026. Tendrá su dosis de polémica, ya que se necesitan cuatro meses y medio para completar la operación y el Barça pedirá jugar los últimos partidos del próximo curso fuera del Camp Nou, para tener más margen. Una vez montada y levantada la rueda de bicicleta, durante la temporada 26/27 se cubrirá para cobijar a los espectadores.

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El Barça insiste en volver de forma inminente al estadio

Entre los imponderables y los cambios en los plazos de construcción, el retraso también afecta al doble eslabón de lonjas vip situada entre la segunda y la tercera gradería. Unos espacios que ya estaban vendidos y pagados, pero que no podrán utilizarse, como mínimo, hasta enero del 2026. Esta semana el club, a través de la empresa Legends, que es quien las comercializa, informaba a los compradores de este retraso. Como compensación se les ofrecerá "una alternativa" que por el momento no ha trascendido.

Al inicio de la temporada 25/26 el Camp Nou tendrá un 90% de capacidad en la primera y segunda gradas –unos 60.000 asientos– y únicamente 200 plazas de aparcamiento subterráneo destinadas a los compromisos del club. La oferta vip de esa parte baja del estadio estará a pleno rendimiento. Pero no estarán operativos todavía ni el Museu ni la Tienda. La tercera gradería estará disponible, si todo va bien, en enero del 2026, con un 90% de capacidad. Aun así, ya pesar de las recomendaciones de las empresas constructoras, que proponen alargar su estancia en Montjuïc y esperar en el 2026 para volver, el Barça insiste en volver de forma inminente. "Compaginar obras y fútbol es complejo, pero volver es más beneficioso para todos. Hay un plan de negocio que cumplir y cualquier retraso es imposible de recuperar", argumentaba Sentelles. No se podrá hacer tanto dinero, pero se facturará más de lo que se está haciendo ahora en Montjuïc. Unos ingresos imprescindibles para pagar los intereses del crédito de Goldman Sachs y para cumplir con el presupuesto del próximo curso.

El club asegura que los múltiples imponderables que retrasarán al menos medio año la reapertura del Camp Nou no suponen un sobrecoste, ya que existe "un precio máximo garantizado" por parte de Limak. Pero también confirma que no podrá aplicarse ninguna cláusula de penalización porque el proyecto se ha ido retocando sobre la marcha. Por último, quedará el Palau Blaugrana, del que debe hacerse público el proyecto en marzo. Las obras no tienen fecha de inicio, aunque el calendario decía que iba a ser este verano. El hermano menor del Espai Barça tendrá que esperar pacientemente su turno.

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