Barça

La recuperación en tres tramos del Barça de Flick

El equipo azulgrana, casi imbatible desde el clásico, deja atrás otra lacra

BarcelonaEl Barça viajó a Villarreal, una plaza siempre complicada, con el corazón encogido por culpa de una mala noticia. Andreas Christensen, el héroe inesperado del empinado partido de Copa del Rey del martes en Guadalajara, volvía a bajar a los infiernos. Esta vez, el defensa danés, a quien los técnicos consideran el central más completo de la plantilla cuando está en plenitud, deberá estar unos cuatro meses de baja por culpa de una rotura parcial en el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Driblará el quirófano, pero muy probablemente se perderá el tramo decisivo del curso, en el que además debía aportar méritos para renovar su contrato, que expira el 30 de junio. Aparte de la de Christensen, Hansi Flick también tuvo en La Cerámica la ausencia de Pedri González, en este caso por sobrecarga muscular, el mismo motivo que adujo a Jules Kounde para ser sustituido al final del duelo contra los amarillos.

El calendario de partidos es intenso, la plantilla azulgrana es bastante corta de efectivos y es muy normal que los músculos se resientan. Sin embargo, aparte de una clara mejora en cuanto a los resultados, el Barça puede celebrar que desde el clásico de finales de octubre en el Bernabéu, del que salió a cinco puntos de distancia del Real Madrid en la clasificación de la Liga, ha gestionado mejor las cargas y ha prevenido de forma más eficiente las lesiones musculares, que en el primer tercio de la campaña se ha ido.

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Los datos son palmarios. En las últimas semanas, el equipo ha pasado de lamentar roturas fibrilares de hombres importantes como Raphinha, Alejandro Balde, Fermín López, Robert Lewandowski o el propio Pedri a contar principalmente lesiones traumáticas como las de Dani Olmo, afectado por una luxación en el hombro, o la citada de Christensen. Ronald Araujo, de baja por problemas de salud mental, va aparte. En este tiempo, es verdad que las molestias musculares no han remitido, pero elstaff las ha podido detectar a tiempo para que no derivaran en desgarros más graves. En este contexto se recogen ausencias puntuales como las de Pedri en Villarreal, la de Lewandowski contra Osasuna o la de Raphinha ante el Betis. La prevención evita quebraderos de cabeza, si bien no es infalible, como demuestra el hecho de que Fermín se perdiera tres partidos entre finales de noviembre y principios de diciembre por una rotura en el sóleo.

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Es necesario enmarcar este cambio de dinámica en la reestructuración de roles que ha habido en el cuerpo técnico de Flick a partir del paro internacional del mes de octubre. El detonante fue la recaída de Raphinha antes del clásico en el Bernabéu. El brasileño forzó para reaparecer ante el Madrid, volvió a romperse y eso, sumado a otras malas experiencias, provocó que el vestuario pidiera volver a viejos consejos. En otras palabras, el movimiento interno provocó que Julio Tous dejara de coordinar las readaptaciones, responsabilidad que había cogido en verano en connivencia con la comisión deportiva. Tous ha vuelto a centrarse sólo en su especialidad, la preparación física, y la readaptación ha vuelto a manos del veterano doctor Ricard Pruna y algunos de los profesionales que sobreviven alstaff desde los tiempos de Xavi Hernández.

Cuando no correr más de la cuenta es un buen remedio

Con el cambio de roles consolidado, las primeras lesiones recuperadas con el nuevo (o antiguo) método han sido las de Pedri y Raphinha. El ARA puede explicar algún detalle de cómo se han hecho estas readaptaciones a la alta competición. Dejando a un lado que las vueltas a los entrenamientos deben realizarse de forma progresiva y con entre cinco y siete días de antelación a la firma del alta, es importante que los jugadores sepan controlar impulsos y no subestimen el riesgo de recaída. En este sentido, reciben una indicación orientativa de cómo comportarse cuando empiezan a someterse a cargas más exigentes. La readaptación es tres tramos que se miden en kilómetros por hora de velocidad punta. En el primer paso, los futbolistas saben que lo indicado es que sus sprints se muevan entre los 25 y 28 km/h; en el segundo, pueden moverse en una horquilla de entre 28 y 32 km/h, y en el tercero, cuando se considera que el rendimiento ya puede ser máximo, los esfuerzos pueden superar los 32 km/h. Cabe decir que los jugadores más rápidos de la Liga, el madridista Vinícius, el catalán Víctor Muñoz (Osasuna) o Javi Rueda (Celta), pueden llegar hasta los 35 km/h en un sprint puntual.

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Esta recuperación en tres tramos del Barça de Flick es otro de los aspectos que el alemán y su cuerpo técnico han sabido corregir a tiempo. Habrá más lesiones antes de terminar la temporada, pero probablemente habrá menos recaídas causadas por una mala selección de las cargas.