Un palmo de nariz para los dos Simeone: los apuntes en caliente del Atlético de Madrid - Barça

BarcelonaParecía que el Barça perdería en el campo del Atlético de Madrid, pero cuatro goles en 20 minutos permitieron ganar en el Metropolitano, un estadio en el que siempre debe sufrirse, seas el equipo visitante o los aficionados locales, que no han vivido la mejor semana, entre la derrota en los penaltis ante el Real Madrid y la remontada del Barça. El Atlético queda muy tocado en la lucha por la Liga. ¿Será cosa de dos?

La revancha de Flick. El técnico alemán por fin ganó a Simeone. Si los madrileños empataron el partido de Copa en Barcelona que perdían 4-2, ahora fue el Barça quien acabó ganando por 2 a 4. Flick parece tener estrella. Pocos equipos pueden levantar así un partido. Y quien tiene estrella es un Lamine Yamal del que decían que hace pocos goles. Qué tontería. Su gol tuvo la fortuna de ser desviado pero era quien más lo había intentado. Siempre que hay un partido grande, aparece.

Simeone en el cuadrado. ¿Hay algo más pesado que Simeone? Pues dos Simeones. El hijo del técnico, Giuliano, ha nacido para jugar a las órdenes de su padre. Un hecho es innegable: no juega enchufado y se lo ha ganado. Pero puedes reconocer con un segundo de quien es hijo, ya que también tiende a las sobreactuaciones y exageraciones. Al ver que Kounde tenía una amarilla, se quiso inventar una agresión del francés, rodando por el suelo como si le hubiesen sacado un ojo. Era un golpe de nada, realmente. Si jugar contra un equipo con un Simeone cansa, hacerlo contra dos cuesta más. Pero ni así pudieron con el Barça.

Robert, no nos falles. Lewandowski no giraba redondo. El polaco salía a jugar consciente de que Kylian Mbappé se había acercado a la clasificación de máximo goleador de la Liga con los dos goles marcados en Villarreal. Más allá de premios individuales, el Barça necesitaba al delantero polaco. Pero en la primera parte tuvo una opción clara que falló. Y unos segundos más tarde era el Atlético de Madrid quien no perdonaba, con la jugada en la que rompieron el fuera de juego azulgrana. Lewandowski, sin embargo, ha nacido para marcar goles. Y se inventó uno magnífico que le dio vida al Barça. Sigue siendo uno killer. Ahora, Ferran también hizo dos. La competencia es feroz.

Enamorados de una araña. Antes del gol del Lewandowski, sin embargo, más de un azulgrana ya quería cambiarlo por Julian Álvarez. El argentino hace pocas cosas, ya que en un equipo defensivo le toca ir arriba y abajo sin tocar muchas veces el balón, pero lo que hace con acierto. La araña, como le conocen, es un jugador listo y con talento. Supo brillar con Guardiola y sabe brillar con Simeone, dos técnicos opuestos. Tiene gol y sabe dar asistencias. No se pone nervioso y las que tiene las aprovecha. Y, viendo lo joven, más de un aficionado del Barça sueña con que sea el relevo de Lewandowski. Ficharlo no sería fácil.