Fútbol

El descenso en el infierno de Ilaix Moriba antes de reencontrarse con el Barça

Tras no jugar ni un solo minuto este curso con el Leipzig, el sábado se enfrentará a su ex equipo: "Cometí errores"

BarcelonaEn verano de 2021 el ARA publicaba un reportaje sobre un gran desconocido para el aficionado del Barça: Max Meyer. Se trata de un centrocampista que, representado por la agencia alemana Rogon, tensó la cuerda con el Schalke 04 hasta partir peras con el club. Meyer rompió las relaciones con la entidad que le había visto crecer porque quería mucho más dinero que renovar. Con 22 años, hacía su primera gran temporada y era una perla cotizada, pero sus pretensiones económicas eran tan elevadas que, pese al interés por ficharle de clubs como el Bayern, el Arsenal y el Liverpool, acabó en el Crystal Palace. Fue el inicio de su declive.

Meyer tiene ahora 28 años y juega en el FC Lucerna, el sexto clasificado de la liga suiza. Su precedente espinoso recuerda al de otro futbolista que, por el ansia de cobrar más dinero, quiso correr demasiado: Ilaix Moriba. Tras ser el primer juvenil del Barça en firmar un contrato con cifras de profesional (superaba el millón de euros), Moriba –asesorado, como Meyer, por Rogon– prefirió hacer las maletas en el verano del 2021. Después de debutar con 18 años, el Barça le ofrecía una plaza en el primer equipo y minutos, pero no llenarle los bolsillos. Tres años después, el centrocampista juega cedido por el Leipzig en el Getafe, rival de los azulgranas este sábado (16.15 h, Movistar).

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Moriba, formado en La Masia desde los 7 años hasta los 18, sabe que no hizo las cosas bien. "Cometí errores, pero de eso trata la vida: de aprender de lo que uno ha hecho mal. Le tengo un gran amor en el club de mi vida, el Barça", dijo en la presentación con el Getafe, hace uno par de semanas. De momento, ha jugado tres minutos residuales en su estreno ante el Celta y media hora ante el Villarreal.

Su salida del Barça con 18 años

Culpar solo al Ilaix de su salida del Barça para preferir cobrar más dinero sería injusto. Recapitulemos. Cuando debutó de la mano de Koeman, tenía 18 años y sólo le quedaba un año de contrato como azulgrana. Era un caramelo para las agencias de representación: había irrumpido por la puerta grande en el primer equipo y tocaba gestionar un futuro que parecía prometedor. Para tenerlo en cartera, Rogon hizo una gran apuesta por el jugador y fue la elegida por Moriba y por su padre, Mamady, que tiene una gran influencia en su hijo.

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Con ellos tocó negociar la renovación frustrada de Ilaix en el verano del 2021. Rogon esperaba recuperar el crédito invertido en el jugador. Hacer negocio, vamos. Un traspaso significa comisiones para los agentes. Una prima de renovación también, pero el Barça no estaba dispuesto a estirar más el brazo que la manga. O renovaba o no iba a jugar más con el primer equipo. Era la forma de presionarle porque pudo quedarse y marcharse libre al año siguiente sin dejar ni un real en la caja. El asunto se desarrolló con el Leipzig, club muy vinculado a Rogon, fichándolo por 16 millones.

El declive de Ilaix Moriba en el Leipzig

Su paso por Alemania ha sido un fracaso. Su bagaje con el Leipzig se resume en cero titularidades y sólo 100 minutos jugados repartidos en seis partidos (30 minutos en la Bundesliga, 60 en la Champions y 10 en la Copa de Alemania). Estos ratos corresponden a la primera media temporada (21-22) que jugó en Alemania. Fue solo medio curso porque en enero ya salió cedido al Valencia. Allí conoció a José Bordalás, el técnico que ahora le ha repescado en el Getafe.

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Si Moriba solo jugó media temporada con el Leipzig se debe a que pronto agotó la paciencia del entrenador Domenico Tedesco. Fue sobre todo por actitudes extradeportivas. El diario Bild publicó que uno de sus caprichos era exigir a los fisioterapeutas que le trajeran uva mientras le trataban. El carácter de Ilaix era bien conocido en el Barça. Durante su etapa formativa se le tuvo que llamar la atención en numerosas ocasiones. Incluso se le picó la cresta por su comportamiento en las categorías inferiores de la selección catalana.

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Ilaix Moriba también chocó en el Valencia

Su etapa en el Valencia también fue de altibajos. Va a jugar cedido dos etapas. "Moriba llegó de rebote. Nunca acabó de convencer. Su mejor momento fue una asistencia en la final de la Copa del 2022, pero nunca se hizo un hueco en el equipo", explica Manolo Montalt, periodista que cubre el día a día del Valencia. "En la segunda etapa, en un Valencia que se jugaba la categoría, tanto el vestuario como el entrenador Rubén Baraja le recriminaron su falta de implicación hasta el punto de que dejó de contar", añade Montalt.

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Tras estas dos cesiones consecutivas con más pena que gloria en el Valencia, el actual técnico del Leipzig, Marco Rose, tampoco ha querido saber nada de Ilaix. Esta temporada no ha jugado ni un solo minuto con los alemanes. Solo se ha vestido de corto en la Copa de África. Ahora el Getafe de Bordalás le brinda una nueva oportunidad. "Estoy en un momento en el que quiero que todo el mundo observe al jugador que ya vio", dice un futbolista que ya no está representado por Rogon y que busca reconducir su carrera. Ilaix Moriba no quiere ser Max Meyer.