Fútbol

Keita Baldé, el chico del Montseny que reina en África

Nacido en Arbúcies, se ha coronado campeón de África con Senegal, la tierra de sus padres

BarcelonaDurante años, Keita Baldé (Arbúcies, 1995) tenía fama de ser un futbolista brillante pero con una personalidad complicada. Le tocaba cargar la cruz de una broma que había hecho cuando tenía 15 años y era uno de los jugadores con más futuro en el Barça. Una noche fuera de casa puso cubitos de hielo dentro de la cama de un compañero. La broma acabó con Keita marchando al Cornellà, donde siguió jugando tan bien que volvería al club azulgrana. Aquel joven con ganas de gresca se ha convertido en un hombre que mantiene los pies en el suelo. Y para hacerlo, ha conectado con sus raíces. En 2016, el actual jugador del Cagliari de la liga italiana aceptó la propuesta de ser internacional con Senegal, la tierra de sus padres. Acertó. Este fin de semana Baldé se ha proclamado campeón de la Copa de África después de derrotar en los penaltis a la selección con más títulos del continente, Egipto. Hasta ahora, Senegal no había ganado nunca y la selección fue recibida por miles de personas en Dakar, unos seguidores que querían ver a sus héroes. Muchos de ellos, jóvenes nacidos en Europa hijos de emigrantes, como Keita Baldé. El gran protagonista, sin embargo, era Aliou Cissé, el seleccionador, un hombre que jugó el Mundial del 2002 y que ha ido llamando a jugadores como Keita Baldé para reclutarlos.

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Nacido en Arbúcies hace ahora 26 años, Keita Baldé vivió en diferentes municipios de la zona del Montseny, como Santa Maria de Palautordera o Sant Celoni. Su padre había llegado a Catalunya sin papeles para trabajar de temporero, y una vez hubo hecho un colchón pudo pagar el viaje de su mujer. Los cinco hijos crecieron “en la calle” como explica el mismo jugador, y en el deporte encontraron un refugio. De hecho, el mismo Keita Baldé jugaría muchos años al balonmano, con mucha tradición en el Montseny, pero destacaría en el fútbol y conseguiría la primera ficha federativa en el Palautordera con 7 años, cuando ningún miembro de su familia tenía pasaporte español. La Damm lo fichó, y después el Barça tardó poco en descubrirlo, pero la Federación Española no lo convocó para las selecciones inferiores por una cuestión administrativa. La competencia en el Barça, eso sí, era dura, y Baldé acabaría marchando a la liga italiana para jugar en la Lazio. Después de pasar por el Mónaco de la liga francesa, en 2021 ficharía por el Cagliari sardo.

Ayudando a los temporeros

Jugar con Senegal ha conectado a Baldé con sus raíces. En verano del 2020, cuando centenares de temporeros africanos no tenían donde dormir en Lleida, el futbolista decidió tomar partido y se ofreció a alquilar un edificio entero para evitar que durmieran en la calle. Después de contactar con una ONG, dio charlas en las redes con temporeros, a los cuales apoyó. “Todos venimos de la calle. Recuerdo que cuando era pequeño muchos temporeros tenían que dormir en el suelo del locutorio del pueblo; lo vi con mi padre”, explicó el jugador, cuyo padre, que ha trabajado en la construcción hasta hace poco, es uno de sus referentes. “Los temporeros se matan a trabajar de forma honesta, para ganarse la vida. He intentado informarme sobre este tema”, dijo el jugador, que cree que detrás la negativa de muchos propietarios de no alojar a temporeros se esconde el racismo. “Si ahora voy con mis amigos negros, vestido con ropa cara, a alquilar los mismos locales donde no querían a los temporeros ni siquiera verían que soy negro, me dirían que sí”, dijo durante una conversación por Instagram con un temporero de origen senegalés como él. 

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“Si ganamos, haremos historia. Yo, mis hijos, toda mi familia... Todos seremos recordados por siempre jamás. En África el fútbol se vive como una religión, que la gente ni come, cuando juega la selección”, explicaba a Catalunya Ràdio sobre la final. Con el título en el bolsillo, Keita Baldé ya ha hecho historia en la tierra que su padre dejó para tratar de ganarse la vida.