La negociación frustrada entre Messi y Bartomeu para renovar en plena pandemia
'El Mundo' publica la letra pequeña de unas conversaciones que se rompieron por la negativa del Barça a pagar 10 millones de 'signing bonus' al jugador
BarcelonaJosep Maria Bartomeu estuvo a punto de conseguir que Leo Messi renovara con el Barça el verano de 2020, cuando faltaban solo doce meses para que acabara su contrato. El expresidente azulgrana y Jorge Messi, con los representantes legales Jorge Pecourt y Alfonso Nebot por el medio, mantuvieron una negociación al más alto nivel justo antes de que el club saltara hecho añicos a raíz del 2-8 en Lisboa contra el Bayern Múnich, paso previo del célebre burofax que el delantero argentino usó para intentar romper su compromiso ese mismo verano. El diario El Mundo desvela este miércoles correos electrónicos con las condiciones que Messi pedía para continuar su carrera en el Camp Nou hasta el 30 de junio de 2023. El rotativo madrileño avisa de que esta publicación es la primera de una serie llamada Barçaleaks que mostrará el contenido de más conversaciones del Barça con jugadores como Gerard Piqué o Neymar Júnior.
El caso concreto de Messi enseña una negociación formal que empieza el 11 de junio del 2020, en pleno desconfinamiento, con una propuesta escrita de Pecourt a Bartomeu; el antiguo CEO azulgrana , Òscar Grau, y el exjefe de los servicios jurídicos, Román Gómez-Ponti. En la propuesta se estipula un contrato laboral hasta el 2023 y un salario fijo creciente. El entorno del argentino acepta una rebaja del 20% durante la primera temporada, en la que se intuía una crisis económica debido a la pandemia; de solo el 10% durante la segunda, y de un 0% durante la tercera, con un interés del 3% a favor de Messi en cada restablecimiento de condiciones. Es decir, al final del contrato el delantero habría recuperado los ingresos previos al covid con un pequeño recargo. Entre las peticiones de esta primera aproximación formal, Messi también pide un palco privado en el estadio para su familia y la de Luis Suárez; la continuidad de su asistente personal, Pepe Costa, o la corrección al alza de todos los emolumentos en caso de cambio impositivo. El expresidente azulgrana aceptó todas estas condiciones, si bien consiguió que la rebaja inicial fuera del 30% y no del 20%.
Lo que Bartomeu no aceptó, de acuerdo con el contenido de las conversaciones, fue poner una cláusula de rescisión de solo 10.000 euros, hecho que habría significado que Messi se hubiera marchado de facto libre de traspaso en caso de que otro equipo se hubiera interesado por sus servicios, y el pago inmediato de una prima de renovación de 10 millones de euros. "Sería de difícil interpretación una nueva cifra y no quiere que nadie diga que hemos acordado dejarle la puerta abierta a Leo [...]. En cuanto al bonus, tal como está la situación del covid y con la reducción de ingresos, no podemos pactar más. Todos los grandes clubes tendrán dificultades para mantener los niveles salariales de sus plantillas. Por eso os planteé que cualquier incremento fuera posible siempre que el club volviera a los niveles de ingresos de 1.100 millones [anuales]", dijo el expresidente del Barça en la última comunicación que hubo entre las partes, puesto que Messi y su gente nunca retomaron el contacto hasta el envío del burofax.
Jorge Messi, un negociador implacable
Meses más tarde, con la gestora al frente del Barça, Messi sí aceptó un diferimiento durante cuatro años en el marco de una negociación colectiva en la que no participó Piqué. Después de las elecciones de marzo del 2021, su padre retomó el contacto con el nuevo presidente, Joan Laporta, que en campaña había asegurado que arreglaría la renovación del 10 "en un asado". Finalmente, sin embargo, el actual mandatario renunció a la continuidad del mejor jugador de la historia azulgrana por la presión de los avaladores de su junta, la posición contraria del antiguo CEO Ferran Reverter y el no-acuerdo respecto a la solución que Javier Tebas le planteó para obtener fair play financiero para meter el nuevo contrato de Messi en el precario marco económico de la entidad: el célebre crédito blando con el fondo CVC. Tampoco ayudaron los últimos movimientos negociadores de su padre, hecho que provocó que Laporta desistiese definitivamente.
Ahora Messi juega en el PSG y vive enfocado en el Mundial de Catar, probablemente el último que jugará como futbolista profesional. Acaba contrato en París en 2023 y no decidirá hasta enero si lo renueva o no. La alternativa sería ir a la Mayor League Soccer. Volver al Barça parece, a estas alturas, bastante complicado.