Olimpismo

Núria Pau, la esquiadora que se ha dejado los ahorros para poder ser olímpica

La deportista de Ribes de Freser debutará en unos Juegos a pesar de haber quedado fuera del equipo español y haber sufrido lesiones

BarcelonaFaltaba medio año para los Juegos Olímpicos de Pekín y Núria Pau (Ribes de Freser, 1994) estaba sola. Sin equipo con el que poder competir, sin saber cómo saldría adelante. Y sin ningún tipo de intención de rendirse. "Uno de mis objetivos era participar en unos Juegos Olímpicos, no estaba dispuesta a desfallecer", explica. Dicho y hecho. La noche del domingo al lunes, a las 3.15 h, la catalana debutará en los Juegos en la prueba de slalom gigante. Su objetivo es clasificarse para la segunda manga, seguir disfrutando de una aventura para la que ha hecho un montón de sacrificios. "Me he dejado los ahorros", explica medio risueña, recordando el esfuerzo hecho para llegar a China a pesar de no tener casi apoyo de la federación española.

Nacida en el Pirineu, Núria empezó a esquiar con tres años en el Vall de Núria. El destino lo llevaba escrito en cada caída, en cada descenso. Con doce años entró en La Molina Club d'Esports, donde empezó a competir y a dejar claro su carácter. Cuando la dejaron fuera del equipo español de esquí absoluto en 2017, decidió viajar sola a Sudamérica durante tres meses para intentar conseguir la puntuación necesaria para ir a los Juegos Olímpicos de Pyongyang 2018. No lo consiguió, pero sí obtuvo los resultados necesarios para ser admitida de nuevo en el equipo español absoluto.

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El reto, pues, pasaba a ser la cita de China de este año, pero no ha sido nada fácil. Justo cuando mejor estaba y consiguió entrar en el top 30 de pruebas mundiales, llegó la pandemia. Además, sin una estructura profesional en casa, se pasaba la vida sola en el coche, arriba y abajo, viajando a las pruebas de los circuitos europeos o el norte de Italia, donde estaba federada con un equipo. "El esquí se puede practicar en muchos países, así que para competir hay que ir arriba y abajo. El año pasado, como no estaba dentro del equipo nacional, tenía dos opciones: entrar en un equipo privado o ir yo sola. E hice esto. Salí de Ribes con el coche para instalarme en Italia. Y me iba moviendo arriba y abajo, conduciendo hasta Eslovenia, Chequia, Austria... Me acompañaba Laura Jardí –esquiadora y entrenadora catalana que reside en Italia–, que me ayudaba en los entrenamientos. Fueron meses duros, muchas horas de carretera. Fue cuando pensé que nos ayudaría mucho, tanto a mí como a otras esquiadoras en una situación similar, tener un equipo profesional en casa". Dicho y hecho. Núria ha sido la base del nacimiento de FastHolaluz, el primer equipo profesional femenino de Catalunya. Cuando habla de Núria, Cristian Masdeu, director deportivo del equipo, solo tiene buenas palabras: "Siempre piensa en positivo. La idea del equipo no era solo ayudar a Núria en su camino hacia los Juegos, sino también crear un equipo que perdure, que ayude a esquiadoras a dar el salto a la élite. Núria es un ejemplo de ello, por cómo ha luchado para superar todas las trabas que ha encontrado en su carrera".

Para llegar a los Juegos, Núria ha tenido que picar piedra, puesto que volvió a quedar fuera del equipo español por una cuestión de edad. Se apostaba por esquiadoras más jóvenes. "A veces pienso que todo ha costado demasiado", admite la deportista, condenada a conseguir la marca mínima a solas, sin el apoyo federativo. Además, sufrió lesiones. "Me rompí el hombro y me operaron en junio del año pasado, después de una caída, y en ningún momento me ha supuesto un problema. En noviembre tuve un problema en el pie y me hizo mucho daño al principio pero cuando volví a esquiar también respondió muy bien. En este sentido estoy contenta", explica. El objetivo, sin embargo, la animaba a no abandonar. "Todo ha ido enfocado a ser olímpica. De hecho, cuando me he lesionado, cuando me he quedado fuera de la estructura del equipo nacional o cuando me he buscado la vida para tener un equipo, siempre he tomado las decisiones pensando en conseguir la clasificación para unos Juegos", dice. Años de sacrificios que la han liberado, ahora que ya está en China. "Estoy contenta, ahora toca disfrutar", dice Pau, que será la única representante española en las pruebas de esquí alpino. Disfrutar, pero compitiendo, puesto que ella siempre quiere más: "Mi dorsal estará fuera de los treinta primeros, y el objetivo es ponerme entre los treinta primeros en la primera manga. Así, en la segunda manga, cuando se invierta el orden de salida, podré salir más adelante y aprovecharlo para hacer una buena bajada para intentar entrar entre las quince o veinte primeras", explica.

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Una mujer que llegó a tener el apoyo de los vecinos de Ribes de Freser, que hicieron una campaña en los locales del pueblo y en las redes para recolectar dinero para ayudarla a pagar los largos viajes. Y el viaje más largo es este, hasta China, donde por fin debutará como olímpica. “Estoy entrenando muy bien y adaptándome a las condiciones de las pistas de aquí, que son diferentes de las que estoy acostumbrada. La nieve está muy dura, parece que puede aguantar bien para todas las esquiadoras. Si la nieve aguanta bien me veo capaz de hacer un muy buen papel en las dos mangas. Tengo muchas ganas de que llegue el lunes y poder dar mi mejor versión”, explica.

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Esta madrugada, cuando baje por primera vez la pista china, Núria no estará sola. En el Cine Catalunya de Ribes, sus vecinos la estarán animando. “La suya es una auténtica historia de superación y reto personal como mujer y como esquiadora y, por lo tanto, siempre tendrá a Ribes a su lado apoyándola en su carrera deportiva", dice Mònica Sanjaume i Colomer, alcaldesa de Ribes de Freser.