Un Espanyol somnoliento no pasa del empate ante el Huesca (0-0)

BarcelonaEl Espanyol protagonizó un partido sin emoción, goles ni ideas ante un Huesca tranquilo y sólido (0-0). Tras la épica remontada en Eibar, con dos goles en el descuento, tanto la afición como los jugadores llegaban con los ánimos reforzados. El equipo debía demostrar que la victoria de la última jornada sería, al fin, el ansiado punto de inflexión y que no se quedaría en una bonita anécdota. Pero no. Una vez más, la gente se pregunta cómo puede este equipo ser el segundo clasificado de la Liga.

La gran novedad en el once inicial de Luis Miguel Ramis fue el joven portero Joan García, que sustituía a Pacheco y se estrenaba en Liga. Salvi Sánchez también fue recompensado con la titularidad tras marcar uno de los goles de la remontada ante el Eibar. El andaluz fue uno de los más destacados, con velocidad y verticalidad en el lado izquierdo.

Una semana después de las intensas emociones de Eibar, la afición blanquiazul presenció un duelo descafeinado en el Stage Front Stadium. Durante la primera parte no se registró ningún disparo entre los tres palos. Ambas áreas estuvieron bastante desérticas, y los porteros observaban cómo el juego se desarrollaba mayoritariamente en medio del campo. El Huesca, pese a luchar por la permanencia, es el segundo equipo menos goleado de la categoría, gracias a la mejora que ha hecho una vez ha llegado al banquillo el técnico catalán Antonio Hidalgo. Su defensa estaba siendo ordenada, bien coordinada y con capacidad de anticipación en los ataques rivales, que poco a poco llegaban con mayor frecuencia pero sin peligro. El partido necesitaba con urgencia que alguien le sacudiera. Parecía que al conjunto aragonés ya le estaba bien esta nada, pero el Espanyol no podía permitirse desperdiciar la oportunidad de dormir líder de Segunda.

La receta de Ramis para buscar algo de acción en la segunda mitad fue el cambio de Pere Milla por Lazo, también autor de uno de los goles de la remontada. Protagonizó un doble remate a la salida de un saque de esquina, pero no tuvo suerte. La primera ocasión clara llegó, como de costumbre, con Braithwaite. Tras recibir un centro de Aguado, pudo superar al portero visitante y solo tenía que acabar de empujar el balón unos centímetros, pero se tropezó y el guardameta llegó justo a tiempo para frustrar el intento. Aparte de eso, poco más, salvo unos minutos finales de peligro para ambos conjuntos pero que llegaron demasiado tarde. El empate demuestra que los pericos no acaban de imponer su voluntad de regresar a Primera. El Espanyol sigue siendo demasiado lento, poco combinativo, y hace tiempo que el juego de Ramis no innova.