La testosterona ya cansa

El candidato favorito a presidir el Barça no sabe quién es Leila Ouahabi, de Mataró. Senyor Laporta, ya se lo explico: es una de las mejores futbolistas catalanas de la última década, la lateral izquierda del primer equipo femenino azulgrana. Sí, hombre, le tiene que sonar: finalista de la Champions en 2019. Haría bien de no reírse de este apellido, porque es una falta de respeto y deja a cuerpo descubierto sus carencias. Ni que sea por sentido de la responsabilidad, tendría que interesarse de verdad por una sección que está dando pasos de gigante y se merece un compromiso serio de quien dirija la entidad. Para los que no lo hayáis visto, hablo del test que el programa de Tv3 Està passant ha hecho esta semana al ignorante Laporta, Font –hay vida más allá de Megan Rapinoe– y el avispado Freixa.

Esta carrera electoral no engañaba: ya empezó con nueve hombres postulándose para ser presidente. Confirmaba así que el Barça sigue anclado en una manera de hacer y entender el poder más propia del pasado que del que tendría que ser el futuro más inmediato. La masculinidad –la del tipo más frágil– ha ido ganando terreno hasta impregnarlo todo: de la lona inmensa en La Castellana de Laporta dirigiéndose al enemigo eterno, ahora hemos pasado a los dardos dialécticos casi obsesivos de Font contra el favorito y a los pósters humorísticos de Freixa atacando el ismo barcelonista que no es el suyo. La marca del territorio atribuible a los mamíferos más peludos y al quién-la-tiene-más-larga llevan la batuta de la campaña. Tampoco hay ninguna alternativa posible ni nadie la reclama: en un marco mental en el que las mujeres tenemos una presencia testimonial, la discusión es inexistente.

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La competición de machos alfa está a punto de entrar en su recta final con los debates que tanto reclama Font –que en cada jugada pierde a un Puyol– y que tanto ha rehuido Laporta –porque, en principio, no le hacen falta–. ¿A quién le importa que no sepa quién es Leila Ouahabi? Total, ¡no es un hombre! Mientras tanto, hay quien consigue captar un poco de atención con titulares jugosos: la tentación de flirtear con Haalands ya ha salido a escena gracias a Freixa, obviando 1.173 millones de deuda (730 a corto plazo), cifras millonarias de pérdidas que aumentan con el estadio cerrado, salarios por renegociar y un presupuesto para rehacer a la baja. Un insulto a quien sabe usar la calculadora del móvil, pero es más goloso soñar con fichajes imposibles que afrontar una realidad dolorosa. Afortunadamente, quedan pocos días para ver quién la hace o la dice más gorda. La testosterona ya cansa.