El IMPACTO DE LA PANDEMIA

El covid arrastra el Mandarin y el Juan Carlos I a la venta

Las operaciones se suceden en España ante la dificultad de aguantar con los establecimientos cerrados

BarcelonaPasseig de Gràcia, 38-40, en medio de la vía más lujosa de Barcelona. Pocas cosas como su dirección explican la fuerza icónica del Hotel Mandarin Oriental de la capital catalana. De aquí el impacto simbólico que tiene en el sector inmobiliario y turístico la noticia de que el establecimiento de cinco estrellas, propiedad del grupo andorrano Reig Capital, atraviesa dificultades. Varias fuentes consultadas por el ARA apuntan a que el establecimiento está en venta. Tiene un precio de mercado de unos 220 millones, pero en el contexto actual se vendería por 180.

Reig Capital, family office de la familia Reig, no confirma esta noticia. “El hotel no está en venta”, afirma con rotundidad el primer ejecutivo de la compañía, Gilles Dregi. Pero intermediarios del mercado e inversores consultados mantienen que el Hotel Mandarin se vende. Fuentes próximas al hotel sueltan esta frase: “Todos los hoteles de Barcelona están en venta”.

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Un informe reciente de Exceltur lo explica: el número de turistas extranjeros que van a hoteles de cuatro y cinco estrellas ha caído más del 80% en el último año en España y Barcelona lidera la caída de facturación hotelera con un descalabro del 86%. En el Mandarin, según fuentes del hotel, el 85% de los visitantes eran extranjeros.

Ni el establecimiento ni los locales que dependen de él, entre los cuales está el restaurante Blanc by Carme Ruscalleda, han podido reabrir sus puertas desde que el hotel se vio forzado a cerrar en marzo del año pasado. Era un hotel que empleaba a cerca de 200 trabajadores y, por lo tanto, con una importante carga de costes. Ahora mismo la mayoría de su plantilla está en ERTE y pendiente de que el turismo internacional vuelva, pero este escenario todavía parece lejano y voces del hotel no ocultan su pesimismo a corto plazo: “Abrir un lugar así es más difícil que abrir un hotel de 15 personas”.

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De CaixaBank a Farallon

Fuentes del sector apuntan a que el Mandarin ya no llegó sobrado al estallido del covid. El establecimiento no obtuvo beneficios operativos hasta el 2015, después de haber abierto en 2009. En los últimos resultados existentes en el Registro Mercantil, en 2017, la sociedad de Reig que gestiona el hotel ganaba un millón de euros.

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En los últimos cuatro años, el Hotel Mandarin ha tenido tres directores: en 2017 Jorge Monje sustituyó a Greg Liddell y este 2020 Jean Philippe Moser accedió al cargo. Este cambio respondió a una novedad en la situación financiera de Reig Capital: el family office mantenía una deuda con CaixaBank cercana a los 450 millones, pero con el estallido de la pandemia la entidad financiera traspasó el pasivo al fondo californiano Farallon por unos 200 millones, según fuentes del sector. Es este cambio el que explica la llegada de Moser. Diferentes voces explican que hay un choque entre Farallon y Reig, porque los primeros quieren la venta y los segundos se resisten.

Un sector en crisis

Otro establecimiento que puede cambiar de manos es el Juan Carlos I, propiedad de Barcelona Project’s y explotado por la canadiense Fairmont. Fuentes del sector aseguran que el emblemático establecimiento está en venta por un precio simbólico, a cambio de que el comprador se quede una deuda que roza los 80 millones. El hotel sigue cerrado, y Accor no confirma que esté en el mercado.

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La situación del Mandarin y el Juan Carlos I es un reflejo de lo que vive el sector y afecta a otros establecimientos. A finales de agosto el director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, avanzaba al ARA que muchos establecimientos podían cambiar de manos, porque había inversores buscando sus oportunidades. “Nos llaman a la puerta para preguntar si hay hoteles disponibles”.

Los últimos datos del Gremio de Hoteles indican que, después de las restricciones de la segunda oleada, solo hay abiertos 107 establecimientos: tres de cada cuatro están cerrados. Los que abren tienen una ocupación de entre el 10% y el 15%. Algunos ya no han podido aguantar más. Es el caso del Hotel Nobu -el antiguo Torre Catalunya-, que antes de Navidad se vendió a la gestora de fondo ASG por un precio de unos 80 millones. El hotel era del grupo Selenta, propiedad del presidente del Gremio de Hoteles, Jordi Mestre.

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Pero el fenómeno es general. Barceló se vendió en diciembre el Hotel Formentor de Mallorca por 165 millones, y ayer mismo trascendió que Archer Hotel Capital ha cerrado la compra de la Hotel Madrid Edition por 205 millones de euros.