El espejismo del ascensor social en España
Las mujeres y las provincias del sur son las menos favorecidas de cara a lograr una mejora socioeconómica
MADRID"Si no llegas al objetivo que te has marcado, es porque no te has esforzado lo suficiente". Si bien este mensaje sobrevuela constantemente la sociedad, en particular el colectivo de jóvenes, lo cierto es que detrás se esconde una realidad más cruda: la de la falta de igualdad de oportunidades. En concreto, en España es 24 veces más fácil acabar entre el top 1% –es decir, entre el 1% de población que tiene más renta– si se proviene de una familia del percentil más alto que si se proviene del umbral más bajo, es decir, de una familia con pocos ingresos.
Esta es una de las conclusiones del investigador de la Paris School of Economics y miembro del think tank Future Policy Lab Javier Soria en el informe El ascensor social en España, publicado recientemente por Esade EcPol. El estudio se centra en la movilidad intergeneracional de la renta; es decir, pone el foco en el nivel de ingresos al cual llegan los hijos en función de la renta de sus padres. Cuando un país registra una alta movilidad intergeneracional quiere decir que el éxito económico de una persona depende menos del estatus socioeconómico de la familia: lo que popularmente se resumiría como un "buen funcionamiento del ascensor social", apunta el documento.
"En España, nacer en una familia con pocos ingresos condiciona las oportunidades de educación y desarrollo mucho más que en otros países europeos", asume el mismo gobierno español en el informe España 2050. El engranaje del llamado ascensor social no funciona bien. Si bien el Estado se sitúa en una posición intermedia, es decir, entre países como Australia o Suiza, donde hay una alta movilidad intergeneracional, y Estados Unidos o Italia, donde los ingresos de los padres influyen “en gran medida” sobre los ingresos de los hijos, especialmente entre los niveles más altos de la distribución de la renta (cómo se puede ver en el primer gráfico). Como ejemplo, los hijos de familias con unos ingresos más altos acaban con una renta media 20.000 euros superior que la de los hijos de una familia media (del percentil 50).
"Digamos que el ascensor social está estropeado, pero en una democracia no tendría que haber un ascensor social", añade el sociólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid César Rendueles, que prefiere hablar de "movilidad horizontal de la sociedad". Él es una de las muchas voces que ha puesto en el punto de mira la lógica de la meritocracia; es decir, que los éxitos de una persona son exclusivamente fruto de sus propios méritos, dejando de lado las dimensiones económicas o sociales. A ojos de una parte de la sociedad la meritocracia tiene que ser el esqueleto de la movilidad intergeneracional, una idea con la cual Rendueles es crítico. "Al final acaba justificando la desigualdad, y no el fomento de la igualdad", apunta el sociólogo. "Todos queremos que nos opere el mejor cirujano, pero esto no tiene que ver con la meritocracia, sino con el hecho que sea justo y conveniente que las personas con talento lo puedan desarrollar independientemente de su origen", sostiene.
Brecha de género y territorial
La movilidad intergeneracional, sin embargo, no solo está influenciada por los ingresos de las familias, sino que se agrava en función de si se es mujer u hombre –las primeras salen más castigadas– o si la persona ha crecido en un lugar u otro de España. En el primero de los casos, las mujeres registran una movilidad intergeneracional peor que la de los hombres. Por ejemplo, en aquellas familias con unos ingresos medios, las chicas acaban al percentil 46, mientras que los chicos en el percentil 52. En cuanto a los hogares más pobres, en el caso de los hijos un 15% llegan al quintil más rico, mientras que en el caso de las mujeres solo son un 10%, según se desprende del informe.
La investigación apunta que, si bien es cierto que en las últimas décadas ha mejorado el acceso en la educación, los adelantos no se han trasladado del todo al mercado laboral. "Ha habido un progreso importante", apunta la economista y profesora de la Universitat de Barcelona (UB) Judit Vall, que pone de ejemplo los cambios en los permisos de maternidad y paternidad, "pero todavía hay muchos vicios y discriminaciones", añade.
En cuanto a la brecha territorial, hay una clara diferencia entre las provincias del norte y del sur de España, tal como se observa en el mapa adjunto. Mientras que en Catalunya la movilidad intergeneracional llega al nivel de los países escandinavos, en Andalucía o las Canarias se sitúa a umbrales similares a los del sur de Estados Unidos. Por ejemplo, la provincia donde los hijos de las familias pobres consiguen ascender más alto es Barcelona, donde de media llegan al percentil 53, que equivale a una renta de 20.556 euros. Esto supone una diferencia de 6.000 euros con Cádiz. "La educación pública, la cohesión social o la segregación son algunos de los factores que explican estas diferencias, apunta Soria, si bien anticipa que es difícil sacar conclusiones generales fruto de la diversidad de los territorios. Vall también apunta a tener en cuenta las diferencias en la composición sectorial y empresarial de los territorios y pone de ejemplo Barcelona, donde se ha captado más inversión alrededor de la tecnología, un sector altamente calificado.
En este sentido, el informe señala que hay zonas que se han convertido en "áreas de oportunidad", es decir que ofrecen más igualdad de oportunidades, mientras que otras se caracterizan por ser zonas de "desigualdad persistente", un hecho que ha llevado a muchos jóvenes a migrar dentro del Estado. "El punto es que no se siga favoreciendo solo la movilidad territorial, sino que Cádiz pueda tener niveles como los de Barcelona", añade Soria.
Vall y Rendueles coinciden en el papel "primordial" del sector público "a la hora de distribuir la riqueza" pero también "de permitir la mezcla de personas de diferentes orígenes". En concreto, para Vall uno de los elementos que ayudan más a esta igualación de las condiciones u oportunidades profesionales es el sistema educativo". "España cuenta con una extensa red pública de calidad en todos los niveles, pero falta el tramo de los 0 a los 3 años, que es crucial", dice. A su vez, Rendueles apunta que "es imposible poner en funcionamiento un proyecto igualitarista sin reformas fiscales".
Con todo, Soria recuerda que se han quedado cifras por el camino. "Una limitación es la falta de datos", asume el investigador en una conversación con el ARA. En concreto, no aparecen aquellas personas que no hacen la declaración de la renta y que, por lo tanto, están en las capas más bajas de la sociedad. "En todo caso, sabemos que como mínimo tenemos esto [este nivel de movilidad intergeneracional en España], pero si añadiéramos más datos seguramente la situación sería peor", apunta Soria.