Europa exigirá el transporte refrigerado de las importaciones de naranjas tal como reclamaban los agricultores valencianos

Además de impedir la llegada de plagas, la norma también facilitará la equiparación de los costes de producción

Ara
y Ara

ValenciaLa Unión Europea ha aprobado este miércoles exigir el transporte refrigerado, conocido como tratamiento en frío, para las naranjas importadas de países como Suráfrica o Zimbabue. Se trata de una medida largamente pedida por el sector agrícola valenciano que el gobierno español elevó ahora hace unos meses a los órganos comunitarios y que estaba previsto que se aprobara la semana pasada. A última hora el debate se pospuso por la oposición de algunos estados como Países Bajos y Alemania, que temen el efecto de la nueva reglamentación en el sector de la importación y el comercio.

En concreto, la nueva reglamentación ha sido acordada por el comité permanente de alimentos, piensos para animales y plantas, que en una reunión extraordinaria ha votado a favor de reforzar las medidas de control de las importaciones de naranjas, pimientos, melocotones y granadas. No se incluyen las mandarinas ni los pomelos. El principal objetivo del tratamiento en frío es impedir la llegada de plagas como la falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta). Además, la norma igualará los costes de producción de los labradores europeos y los de otros continentes, dado que en muchos países hace años que exigen el tratamiento en frío para importar fruta.

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La medida todavía tiene que ser adoptada formalmente por la Comisión Europea y entrará en vigor tres días después de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea. Además, el acuerdo prevé un periodo de transición que afectará a la campaña actual.

El pacto prevé dos fórmulas para importar naranjas. Una alternativa es la que defiende la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) y que marca un viaje en barco de dieciséis días, en el que la fruta se mantenga entre -1 y 0 °C. Esta temperatura asegura la muerte de los huevos de la falsa polilla y se evita, pues, que llegue a Europa. La otra opción, más laxa, es un viaje de veinte días en el que la fruta se mantenga a una temperatura de entre -1 y 2 °C, tal como reclamaban los exportadores sudafricanos.

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El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación español, Luis Planas, ha manifestado este miércoles la satisfacción por un acuerdo que ha calificado de "gran adelanto para los productores de la Unión Europea". También lo ha hecho la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, que ha valorado el pacto como "un paso trascendental para el sector citrícola". Mollà ha añadido que, con su decisión, la Comisión Europea "recupera la razón y el criterio técnico frente a una decisión que atentaba contra los derechos y la seguridad alimentaria de todo el continente". 

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El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado, ha afirmado que era un paso "muy importante, pero no el que necesitábamos" por el hecho de que no se han incluido ni los pomelos ni las mandarinas y, además, permite transportar la fruta a temperaturas de hasta 2 grados centígrados. También lo cree Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradors i Ramaders, que ha subrayado que "no es el tratamiento de frío más estandarizado internacionalmente, pero es, sin duda, un primer paso importante".

Finalmente, el jefe del Consell, Ximo Puig, ha defendido que se ha empezado "a romper una barrera que durante muchos años habían construido los importadores del centro de Europa". "Ahora tenemos que continuar avanzando porque todavía hay otros productos que no están sometidos a estos tratamientos", ha dicho Puig en referencia a los pomelos y las mandarinas.

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