Economía pública

Fitch mejora la calificación de la deuda de la Generalitat a niveles que le permitirían su emisión

La agencia eleva en dos peldaños la nota de los bonos del gobierno catalán hasta grado de inversión

BarcelonaNueve años después, Cataluña vuelve a estar en disposición de emitir deuda pública. Esta es la consecuencia más inmediata del cambio en la nota de la deuda pública catalana que ha hecho Fitch. Según ha anunciado este sábado el nuevo conseller de Economía, Jaume Giró, la agencia de calificación crediticia ha mejorado en dos peldaños la consideración de la deuda del gobierno catalán.

Fitch ha cambiado la calificación de los bonos públicos de BB a BBB-, con perspectiva estable, lo cual significa que la deuda catalana sale del grado especulativo, coloquialmente denominado bono basura, y vuelve a situarse, una década después, en grado de inversión, según ha recogido la agencia Efe. Este era uno de los requisitos necesarios para poder volver a emitir deuda a los mercados, lo cual figuraba como "uno de los objetivos que la Generalitat se ha fijado para esta legislatura", ha destacado Giró. El conseller ha celebrado que esta modificación al alza supone "un paso adelante significativo en la mejora de la confianza y en la normalización de las finanzas de la Generalitat", que recuperan así niveles del año 2012.

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Cambio de clima político

Las agencias crediticias son organismos que evalúan la capacidad de devolver las deudas de empresas y administraciones, y aportan una información clave para los potenciales inversores. En su informe, Fitch valora la capacidad de la Generalitat para avanzar en el reequilibrio de sus cuentas y destaca la diversificación de la economía catalana, con la industria como uno de los sectores tractores y con un papel importante, también, de las pymes y la empresa familiar. Además, la agencia remarca la existencia de un escenario político más propicio a la negociación entre los gobiernos español y catalán, según indica la conselleria.

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Economía ha apuntado que la mejora en la calificación de la deuda catalana llega después de las reuniones que directivos y técnicos de Fitch mantuvieron a finales de junio con el nuevo conseller Giró y su equipo.

La Generalitat acumulaba hasta septiembre de 2020 una deuda por valor de 78.279 millones de euros, de los cuales 62.376 millones correspondían a los diferentes mecanismos de liquidez habilitados en los últimos años por el Estado, que es de largo su principal acreedor.

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Un vía crucis de una década

La Generalitat abandonó los mercados de deuda y pasó a financiarse a través del fondo de liquidez autonómico (FLA) en 2012, bajo el mandato del conseller Andreu Mas-Colell, en plena crisis financiera y de deuda en Europa. En 2015, además, el gobierno español, entonces en manos del PP, incrementó todavía más la intervención de las finanzas de la Generalitat con el pretexto que las actuaciones del ejecutivo catalán con el Procés suponían "un riesgo para el interés general". 

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A un mes del referéndum del 2017, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aumentó todavía más el control sobre las finanzas catalanas, hasta el punto que no se podían aceptar pagos de la Generalitat si no iban acompañados de una autorización del ministerio de Hacienda. Este control, sin embargo, cayó con el final de la aplicación del artículo 155, a principios de 2018.

En 2019 la Generalitat abandonó el FLA al cumplir el objetivo de déficit marcado por el Estado, a pesar de que en 2020 volvió a incumplirlo de nuevo.