Choque entre Sumar y el PSOE por la tributación del salario mínimo

Madrid / BarcelonaNunca antes una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) había generado un choque entre los dos socios del gobierno de coalición, PSOE y Sumar, como el vivido en las últimas horas. Pero lo que ha desatado el rifirrafe no ha sido el incremento del SMI del 2025 –50 euros al mes, hasta los 1.184 euros brutos–, sino la decisión del ministerio de Hacienda (PSOE), bajo la batuta de María Jesús Montero, de no adaptar el mínimo exento en el IRPF a la subida del salario. La medida implica que por primera vez una parte de las personas que cobran el salario tengan que tributar por el IRPF, algo que la ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, se ha apresurado a censurar: "He sabido la decisión [de Hacienda] por los medios de comunicación y no se ha deliberado [en el consejo de ministros]", ha declarado.

De este modo, la titular de Trabajo ha querido dejar claro que la decisión ha sido tomada de forma unilateral por el PSOE. De hecho, incluso ha amenazado con revocar la medida a través de una iniciativa en el Congreso de los Diputados –Sumar ha anunciado que presentará una proposición de ley en la cámara baja española para corregir Hacienda y Díaz la ha defendido–. La tensión en la mesa del consejo de ministros, donde Díaz se ha sentado junto a la portavoz del gobierno español, Pilar Alegría (PSOE), ha sido evidente, pese a que esta última ha querido sacar hierro y ha remarcado que "el tema del día" era la subida del SMI.

"Claro que hay que hacer pedagogía fiscal en España, pero la cuestión no es si es necesario subir o bajar impuestos, sino quién debe pagarlos. Desde mi espacio político, Sumar, creemos que aquí es donde hay que poner el foco", ha insistido Díaz. De hecho, la ministra de Trabajo incluso ha recriminado que "acabe de hacerse un regalo fiscal a los rentistas", en referencia a la decisión del ministerio de Vivienda (PSOE) de aprobar exenciones del 100% en el IRPF a los propietarios que bajen los alquileres. En cambio, desde el ministerio de Hacienda creen que abrir este precedente ayuda a realizar "pedagogía fiscal". "Lo importante es garantizar que el sueldo que reciben los trabajadores que cobran el SMI se sitúe en torno al 60% del salario medio y eso, actualmente, se cumple. Lo que no pueden hacer las fuerzas progresistas y de izquierdas es estigmatizar los impuestos", apuntan fuentes de la cartera que pilota María Jesús Montero.

Sin embargo, habrá que ver hasta dónde llega el conflicto. Como Sumar, Podemos ha presentado una proposición de ley para revocar la decisión de Hacienda, EH Bildu también se opone, añadiendo iniciativas del PP en la misma línea. Una mayoría parlamentaria podría tumbar los planes de Montero y planea la duda si la vicepresidenta primera podría eventualmente vetar esta reforma para que el SMI quede exento de tributación alegando que provocaría una reducción de los ingresos presupuestarios.

2,4 millones de trabajadores beneficiados

El aumento de 50 euros aprobado este martes deja al SMI en 1.184 euros brutos al mes en 14 pagas, es decir, 16.576 euros brutos al año. Beneficiará a unos 2,4 millones de trabajadores, sobre todo del sector de la hostelería, el comercio y la agricultura, y será retroactivo: tendrá efectos desde el 1 de enero del 2025. Con esta nueva subida, el salario mínimo en España ha aumentado más de un 60% desde el 2018, cuando se situaba en 735,9 euros brutos. Hasta ahora, con cada aumento del salario mínimo Hacienda había incrementado el mínimo exento en el IRPF por lo que los trabajadores que lo perciben no debían tributarlo. Este 2025 esto no ocurrirá, por lo que se mantiene el mínimo exento aprobado en 2024: 15.876 euros al año.

Hay que tener en cuenta que la tributación no afectará a todos los beneficiarios de la subida del SMI, sino a unos 500.000 trabajadores –solteros y sin hijos–, según cálculos de la comisión de expertos del SMI. "Este impuesto se adapta a las circunstancias personales de cada contribuyente", recuerda José María Durán, profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona. "El grueso de los trabajadores que ganan el SMI continuarán sin retenciones por el IRPF", reiteran desde Hacienda. Por ejemplo, un contribuyente con una pareja y un hijo menor de tres años no tendrá retención alguna.

Los trabajadores que sí lo notarán en la nómina mensual se verán afectados por los tramos más bajos del IRPF, por los que Hacienda les retendrá una parte del sueldo –de cara a la declaración de la renta del año 2026, entrará en juego la parte autonómica del IRPF–. Desde el Registro de Economistas de Asesores Fiscales estimaron que de media un trabajador soltero y sin hijos que cobre el salario mínimo tendrá una retención de unos 300 euros anuales, con lo que la subida del SMI (700 euros brutos al año) se quedaría en 400 euros netos. Sin embargo, como puede verse en el gráfico, las retenciones cambian ligeramente dependiendo de la comunidad autónoma, que es la encargada de fijar una parte del IRPF. Desde el ministerio de Hacienda no han realizado cálculos de recaudación.

Debate abierto

Algunos expertos consultados constatan que si se ha abierto este debate es por el incremento del salario mínimo en los últimos años y su aproximación al sueldo más frecuente. "Cuando un trabajador paga IRPF es porque tiene mayor capacidad económica y lo que gana no sólo va destinado a la subsistencia. La clave de este impuesto es que se adapta. No tributas por todo el sueldo, sino por una parte", recuerda Durán.

"Desde el punto de vista agregado de los ingresos [en las arcas públicas], el impacto es pequeño, pero es importante en términos [de ingresos] netos para quien percibe el SMI, porque ya no sería el 60% del salario medio", apunta Jorge Uxó, profesor de economía aplicada de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Fruto de ello, plantea que al igual que la subida del SMI ha sido progresiva con el tiempo, la tributación por el IRPF por parte de estos perceptores también podría haber sido escalonada. "Quizá el debate no debe ser o todo o nada", apunta.

Para el catedrático de economía aplicada de la UB Raúl Ramos, el SMI y la fiscalidad deben ir alineados y deben encajarse de manera progresiva. En este sentido, considera que "tiene más sentido" que finalmente se haya valorado la opción de que los salarios más bajos también empiecen a tributar por el IRPF. "No debería ocurrir que alguien que paga impuestos acabe peor que quien está por debajo del mínimo exento", comenta el experto. También insiste en la necesidad de actualizar los tramos del IRPF para contener el impacto de la inflación y evitar que las rentas más bajas acaben pagando más.

Finalmente, académicos como Uxó recuerdan que también hay que poner el foco en la pedagogía fiscal sobre las rentas altas. "Hay reformas pendientes como la tributación de las rentas del capital", recuerda el economista. Una tesis que también defendió el ministerio de Trabajo.

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