La segunda huelga general contra Meloni paraliza a Italia
Los sindicatos protestan contra unos presupuestos austeros y diseñados para hacer frente al déficit
RomaMédicos, profesores, estudiantes y trabajadores de todos los sectores han parado este viernes en Italia durante ocho horas en la segunda huelga general en un año convocada por los principales sindicatos del país para protestar contra los presupuestos generales que el gobierno de Giorgia Meloni tiene previsto aprobar en el Parlamento durante las próximas semanas.
Medio millón de personas, según los sindicatos, han participado en las manifestaciones, que han tenido lugar en 43 ciudades, entre ellas Roma, Milán, Bolonia o Turín. En esta última, la policía ha tenido que intervenir después de que un grupo de estudiantes quemara fotos de Meloni y del ministro de Transportes, Matteo Salvini. La movilización fue convocada por dos de los principales sindicatos del país, CGIL y UIL, para exigir cambios en la ley de presupuestos, considerada "insuficiente" para hacer frente a la pérdida de poder adquisitivo de los italianos a causa de la inflación. "Es una huelga contra unos presupuestos que recortan la salud pública y las escuelas, que han incumplido sus promesas sobre las pensiones, que no invierten en el futuro", ha denunciado Elly Schlein, líder del progresista Partido Democrático, en la multitudinaria manifestación en Roma.
El secretario general de CGIL, Maurizio Landini, que sólo unos días antes había hecho un llamamiento a la "revuelta social" y había provocado un enfrentamiento directo con el gobierno de Meloni, ha asegurado que la alta participación (del 70% , según los sindicatos) demostraba que “la mayoría de ciudadanos está pidiendo que se cambien leyes nefastas y que el trabajo y la dignidad de las personas vuelvan a estar en el centro”. Landini ha asegurado, además, que las protestas no se dirigían sólo al gobierno, sino también "a los empresarios, que estos años han obtenido ganancias como nunca".
El papel de la banca
En octubre, el consejo de ministros dio luz verde a un proyecto de ley presupuestaria que busca reducir la elevada deuda y el déficit fiscal con medidas por valor de 30.000 millones de euros y que incluye un recorte del 5% de las gastos de los ministerios y potencia la inversión en el sector de la defensa. Aunque en un principio el gobierno aseguró que parte de este plan estaría financiado con unos 3.500 millones de euros provenientes de los bancos, más tarde tuvo que reconocer que la “contribución” de las entidades financieras será en realidad un avance de los impuestos a los que tendrán que hacer frente en los próximos tres años.
Los terceros presupuestos de Meloni, que tendrán que ser aprobados por el Parlamento italiano antes de que acabe este 2024, no incluyen nuevos impuestos, pero tampoco partidas extras para la educación o la sanidad, dos sectores especialmente castigados después de años de recortes. A esta última el ejecutivo destinará algo menos de 900 millones, lo que se traduce en un aumento del salario neto de los médicos de 17 euros, que será de 7 euros para los enfermeros. No incluyen, sin embargo, medidas para reducir las listas de espera o favorecer la contratación de nuevo personal, como exigen los sindicatos médicos, que denuncian que muchos profesionales están obligados a realizar turnos dobles “para ofrecer los niveles mínimos de atención esencial ”.
