Los salarios reales vuelven a crecer, pero mucho menos en los países ricos
La Organización Internacional del Trabajo alerta de la recuperación de los sueldos a dos velocidades después de la crisis de precios
BarcelonaLos salarios reales son el indicador que muestra cuál es la evolución de los sueldos teniendo en cuenta el efecto de la inflación. Es decir, el verdadero poder adquisitivo que tiene un trabajador en caso de que los precios suban o bajen. En 2022 la crisis del coste de la vida disminuyó los salarios reales a escala mundial (-0,9%), pero elInforme Mundial sobre Salarios publicado este jueves por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) avisa de que durante el 2023, que se cerró con un incremento del 1,8%, esta tendencia empezó a revertirse.
Esta recuperación, sin embargo, se está produciendo a dos velocidades. "Persiste una marcada diferencia en el crecimiento de los salarios reales entre las economías avanzadas y emergentes del G20", destaca el organismo. Mientras que los más ricos de este selecto club de países registraron un descenso de los salarios reales durante dos años seguidos (del -2,8% en 2022 y del -0,5% en 2023), las economías emergentes del G20 mantuvieron un crecimiento positivo el 1,8% y del 6% en ambos ejercicios. Ahora, este año los sueldos reales también han empezado a crecer en los países ricos.
De momento la OIT sólo tiene datos preliminares de la evolución de los salarios reales de los dos primeros trimestres de 2024, e indican un incremento del 2,7%, la mayor subida en más de quince años. En este caso, el crecimiento en las economías avanzadas del G20 volvió a ser positivo y los salarios reales aumentaron un 0,9%, mientras que en los países emergentes las remuneraciones repuntaron un 5,9%.
En muchos entornos empresariales a menudo se dice, cuando se intenta negociar aumentos de sueldo, que si están estancados es porque la productividad de sus negocios también lo está. Pero el informe de la OIT también remarca que durante el período de 1999 a 2024 la productividad laboral de los países con mayores ingresos aumentó de forma más rápida que los salarios reales. En concreto, el primer indicador creció un 29% mientras que los sueldos sólo lo hicieron un 15%. El organismo matiza que la mayor parte de esta divergencia entre ambos indicadores fue entre 1999 y 2006 y que después ambos han evolucionado en paralelo, con desviaciones puntuales como la crisis financiera o la de la cóvid-19 .
Medidas contra la crisis de precios
En un momento en que los trabajadores de todo el mundo han perdido poder adquisitivo, la OIT destaca que en 2022 y 2023 más países de lo habitual ajustaron el nivel de su salario mínimo, "lo que indica que las políticas de salario mínimo respondieron por lo general a la presión inflacionista". Aún así, el ente remarca que en la mayoría de los casos con estas medidas no fue suficiente para compensar el aumento del coste de vida.
Sus datos indican que cerca del 60% de una muestra de 160 estados ajustaron los sueldos mínimos, pero en sólo uno de cada cuatro países esto supuso un aumento del valor real de estos salarios. "Aunque en el 55% de los países de la muestra los salarios reales aumentaron en términos reales en 2023, en la mayoría de los casos los incrementos no fueron de una cantidad suficiente para compensar los descensos de los dos años interiores", apunta el 'OIT. En este sentido, el organismo defiende que "ajustar el salario mínimo con el fin de proteger el poder adquisitivo de los trabajadores con niveles salariales bajos, sin perder de vista los factores económicos, debe seguir siendo un objetivo prioritario". "Los niveles existentes de desigualdad salarial siguen siendo inaceptablemente altos", reivindica el informe de la OIT.
Justamente, esta semana el gobierno español ha celebrado la primera reunión con la comisión de expertos para fijar el nuevo salario mínimo interprofesional (SMI) para 2025, que el ministerio de Trabajo quiere elevar al menos tanto como ha crecido la inflación (un 2,8% entre enero y noviembre), hasta situarlo sobre los 1.166 euros.