Joan Cavallé: "La mitad de clientes que se marcharon en 2017 de Caja de Ingenieros ya han vuelto"
Director general de Caja de Ingenieros
BarcelonaJoan Cavallé es el director general de Caja de Ingenieros, la cooperativa de crédito que en 2017 mantuvo en Catalunya su sede cuando la gran banca la llevó a otros lugares de España. Cavallé recuerda aquellos momentos como una disrupción en la que la entidad experimentó un gran crecimiento de socios. Ahora la situación se ha apaciguado y lo que preocupa es el nuevo paradigma económico, con una inflación desbocada y los tipos de interés al alza.
¿Tiene sentido el cooperativismo en la economía?
— Más que nunca. Cada vez hablamos más del propósito de las empresas, que va más allá de generar una cuenta de resultados, de qué se aporta a la sociedad. Creo que el cooperativismo encarna la forma más moderna que una empresa puede adoptar.
¿Habrá un proceso de consolidación de cooperativas?
— Hay muchas voces del sector que hablan de tendencia a la consolidación, que también puede ser que sea no solo vertical, sino también horizontal, que es el concepto de la economía de plataforma. Es la forma que los grupos cooperativos puedan alcanzar diferentes ámbitos de necesidad de la sociedad.
El 2021 fue un año de buenos resultados, pero con un frenazo en la captación de socios. ¿Se quiere seguir con el crecimiento?
— Nosotros mantenemos un crecimiento de altas de socios que estaría en la línea de años anteriores a los que habíamos tenido antes de esta disrupción, básicamente por el tema del año 2017. También habíamos hecho en 2019 y 2020, antes de la pandemia, un cierto alto en el crecimiento de socios porque uno de los elementos nuestros no es solo cuántos socios tenemos, sino la calidad de servicio que podemos dar. Habíamos tenido una entrada tan relevante que el servicio que prestábamos, de personalización, se había deteriorado. Planteamos esta primera campaña de comunicación dirigida a la sociedad explicando quiénes somos y qué hacemos.
Mantener la sede en Catalunya llevó a este crecimiento, pero ¿los ha frenado en el resto del Estado?
— En el año 2017 tuvo unos impactos enormes de entradas y salidas. En el primer momento tuvimos ciertas salidas de socios, de fuera de Catalunya principalmente. Muchos de estos socios, yo diría que cerca de la mitad de los que se marcharon, han vuelto. Porque bien es verdad que la Caja de Ingenieros se formula como una entidad abierta a todo el mundo, que presta un servicio. Nosotros hacemos finanzas, hacemos economía de proximidad, damos el máximo valor posible a la relación que tenemos con los socios. En Catalunya crecemos más, es evidente, tenemos más despliegue, marca más reconocida. España es muy grande y solo estamos en determinadas plazas.
Han empezado a cobrar comisiones, ni que sean pequeñas, a los clientes. ¿Esto se puede revertir con la subida de tipos que devuelve en negocio bancario?
— En definitiva, las comisiones son los ingresos por la prestación de servicios. En los últimos años sí que ha habido un cambio, cobramos más comisiones de las que cobrábamos, pero es porque prestamos servicios. Otra cosa son las comisiones de cuenta corriente, que en Caja de Ingenieros tenemos unas condiciones de vinculación mínimas que llamamos vinculación cooperativa. Hemos incorporado comisiones, que son supercompetitivas, pero también hemos reforzado servicios.
En octubre de 2019 se hizo una ampliación de capital. ¿Hará falta más?
— Como entidad que está creciendo se tiene que financiar una parte con recursos de capital. También vemos una evolución muy clara de los bancos centrales, que están aumentando los requerimientos de capital de las entidades bancarias. Un 75% o 80% de la cuenta de resultados se capitaliza dentro de la entidad, generamos un crecimiento orgánico de capital. No hay ninguna decisión tomada, pero es evidente que estamos reforzando al máximo esta generación de capital, fundamentalmente orgánica, y, si hace falta, con los socios, que tenemos lista de espera, porque ningún socio en la historia ha perdido dinero en aportaciones de capital en Caja de Ingenieros.
¿Cómo afectarán las previsibles subidas de tipos de este año?
— Las expectativas de todos han cambiado. Nadie preveía que los tipos subirían a esta velocidad o que tendríamos una inflación como la que estamos viendo. Se ha acabado la época de los tipos de interés negativos. Esto es una muy buena noticia global. Porque se recupera que el crédito tenga un cierto regreso. En general las familias y las empresas no tienen globalmente una carga financiera que no se pueda asumir. La carga financiera fundamentalmente es en los estados, en las cuentas públicas. Esto de una manera u otra nos afectará a todos. Por otro lado, los ahorrativos recuperan instrumentos para poder tener sus ahorros con una cierta rentabilidad. Volvemos a una cierta ortodoxia. Quizás habrá un año o dos de una cierta inestabilidad. En el medio o largo plazo tenemos claro que los tipos pueden estar entre el 2 y el 3%, si realmente nos creemos que la inflación puede ser de entorno al 2% en el conjunto de la Unión Europea.
¿Cómo acabará en 2022 la entidad?
— Es un escenario de estrés. Las entidades este año nos mediremos más por la ratio de capital que por los resultados. Es un año de transición y de gestión de riesgo. Esto tiene un impacto en la cuenta de resultados y también de las reservas y provisiones. La cuenta de resultados evidentemente saldrá positivo, pero en un escenario inestable, el enfoque es la ratio de solvencia. Nosotros tenemos un objetivo de estar por encima del 15,5%, tres puntos por encima de la media española y en los niveles de la banca europea.