Gay azul, urogallo, hueso pardo… descubre seis animales que hay que proteger en Cataluña
El Plan de Conservación de la Biodiversidad de Endesa impulsa proyectos para mejorar los ecosistemas y preservar la riqueza natural
Alt Empordà
Plumas negras con reflejos verdosos y púrpuras. La cabeza, pelada y rojiza. El pico, que es muy alargado y ligeramente curvado, también es rojizo. El ibis ermitaño es un pájaro con aspecto muy característico, pero que no es sencillo de observar. De hecho, desapareció por completo de Catalunya y el resto de territorios mediterráneos hace más de 300 años. Sin embargo, en 1990, numerosos planes de recuperación fueron reintroduciéndolo en Europa: hoy se calcula que hay 2.000 ejemplares.
En los Humedales del Empordà, la Fundación Alive y el Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica están trabajando para reintroducirlos en el medio natural. El próximo año, se podrán liberar los primeros ejemplares. El objetivo es claro: hacer del Empordà un espacio viable y autosostenible para estas aves.
Para facilitarlo, Endesa ha invertido cerca de 100.000 euros en reducir el riesgo de calambre que suponen 40 torres eléctricas de Catalunya para estos pájaros. Concretamente, se han protegido los cables con un envoltorio de tres metros de largo, más largos de lo habitual, ya que vuelan en grupo y descansan sobre los hilos.
Cataluña y Aragón
Viven de noche, se desplazan en silencio y son prácticamente invisibles. Pero ¿sabías que algunas especies de murciélagos recorren cientos de kilómetros cada año para migrar? Ahora, por primera vez, se podrá seguir su rastro. El proyecto Migrabat, impulsado por el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña con el apoyo de Endesa, trabaja para marcar y monitorear murciélagos amenazados como el nóctulo gigante, el medio y el pequeño. Se trata de tres especies que viven entre Cataluña y Aragón y tienen comportamientos migratorios que varían según el sexo.
Los técnicos centran sus esfuerzos en hembras de nóctulo, ya que son ellas las que realizan largas migraciones, mientras los machos suelen quedarse en zonas cercanas. Para su seguimiento, se utilizan emisores de nueva generación, capaces de recoger datos durante más de treinta días seguidos. Estas tecnologías, proporcionadas por el Instituto Max Planck, permitirán entender mejor las rutas migratorias y las necesidades ecológicas de estas especies en toda Europa.
El objetivo final es doble: mejorar las estrategias de conservación de un grupo animal muy desconocido y contribuir a crear el primer mapa europeo de migraciones de quirópteros, un hito científico clave para protegerlos frente a la amenaza de la desaparición.
Pirineo
El urogallo es una de las especies más emblemáticas –y más amenazadas– del Pirineo catalán. De hecho, es extremadamente sensible a la acción humana, a la degradación de su hábitat y debe sobrevivir en medio de una superpoblación de ciervos que le juega en su contra. Por eso, desde 2011, Endesa colabora con entidades como Paisajes Vivos en un conjunto de acciones para mejorar las condiciones de vida de este ave forestal tan única.
Este 2025, se han plantado 1.700 arbustos autóctonos en un espacio protegido del Catllaràs para garantizarle alimento y refugio. La zona ha estado cerrada para evitar el acceso de los ciervos, que con su presencia masiva arrasan el sotobosque.
El proyecto también ha incluido la adaptación de líneas eléctricas, la señalización de cerrados ganaderos para evitar colisiones, y la delimitación de zonas críticas para regular el paso humano. También se han analizado muestras genéticas para censar a las poblaciones y entender mejor su movilidad entre las comarcas del Berguedà y el Ripollès.
Ahora bien, para que todo acabe de salir redondo, existe una pieza fundamental: la sensibilización. En este sentido, en 2024 se distribuyeron 25.000 manteles de papel informativos en refugios y restaurantes de la zona para dar a conocer el urogallo y la importancia de preservar su hábitat.
Alt Empordà y Osona
Con las plumas de un azul intenso, el arrendajo azul es una de las aves más espectaculares y, a la vez, más vulnerables del país. Cada primavera llega a Catalunya para reproducirse, pero la pérdida de cavidades naturales donde nidificar ha limitado mucho su expansión. El proyecto Coracias, activo desde 2017 y con el apoyo de Endesa, ha permitido instalar cajas nido en torres eléctricas del Parque Natural de los Aiguamolls del Empordà y del Montgrí. En 2024 se han registrado 151 piojos nacidos y un 62% de ocupación de nidos, con un 72% de éxito reproductor.
Las cajas, colocadas a entre tres y cuatro metros de altura y orientadas al norte, ofrecen refugio tanto al arrendajo azul como a otras especies en regresión, como el cernícalo pequeño o el cordero. Algunas incluyen cámaras o emisores GPS para su seguimiento. La iniciativa se ha extendido a Osona, donde en 2025 se han instalado nuevas cajas en Manlleu y en el Lluçanès. Después de décadas de ausencia, el arrendajo azul ha nidificado con éxito: han nacido nueve piojos. El objetivo es consolidar una población reproductora estable en Cataluña.
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Prepirineo
Desaparecido de los Pirineos en el siglo XIX, el buitre negro ha vuelto a establecerse gracias a un proyecto de reintroducción con apoyo de Endesa. En 2024, la colonia de la Reserva Nacional de Caza de Boumort alcanzó los 66 ejemplares, con 19 parejas reproductoras y 9 piojos volados. Seis de estos piojos se han marcado con GPS para seguir sus movimientos.
Además del seguimiento vía satélite, una red de Puntos de Alimentación Suplementaria (PAS) gestionada por Trenca y Endesa garantiza carroña para buitres y otras aves necrófagas como el quebrantahuesos o el milano real. En 2024 se distribuyeron 15.435 kg de carroña, evitando emisiones de hasta 4.208 kg de CO₂.
El objetivo es consolidar la colonia en el Prepirineo y conectarla con las poblaciones de Europa y el resto de la Península para mejorar su diversidad genética. Con este proyecto, el buitre negro vuelve a jugar su papel clave como sanitario del bosque, fundamental para el buen funcionamiento de los ecosistemas.
Pallars Sobirà
El hueso pardo es una especie vulnerable a escala mundial y en peligro de extinción en el Estado. Sin embargo, en los Pirineos su situación ha ido mejorando: en el 2024 han nacido 10 nuevos cachorros en Catalunya, la cifra más alta desde el inicio del proyecto de reintroducción, y ya se cuentan 96 en todo el Pirineo, 47 de ellos en territorio catalán.
Desde 2016, Endesa colabora con la Fundación Oso Pardo para mejorar el hábitat de la especie y facilitar su alimentación. La última acción ha sido la plantación de 7.000 árboles frutales –como gazas, cerezos y manzanos– en el Pallars Sobirà, que se suman a los 9.150 plantados entre 2018 y 2019. Distribuidos en 17 bosques, estos árboles absorben 16 tejidos y estratégicos. 30 años.
Los frutales, provenientes de variedades autóctonas criadas en Tremp, contribuyen a mantener los huesos alejados de zonas humanas y favorecer la biodiversidad. Todo ello forma parte del programa Bosque Endesa Pirineus, que busca consolidar una red de espacios de conservación y garantizar la supervivencia de esta especie icónica.