El impacto del cambio climático en la construcción catalana: adaptarse o pagar sus consecuencias
Los cierres de PVC anticorrosión - ventanas de PVC - y las soluciones de rehabilitación energética se convierten en necesidades imprescindibles para la eficiencia de los hogares, sobre todo en casos de reforma de viviendas antiguas.
En verano de 2025 tensó de nuevo las ciudades mediterráneas, sobre todo las grandes urbes del litoral, como Barcelona, Tarragona y la Costa Brava. La ola de calor de este agosto, una de las más largas e intensas de las últimas décadas, duró más de once días y dejó temperaturas de hasta 43,8° en municipios como Vinebre o Benissanet.
El calor diurno fue ahogado, al igual que las noches, que se mantuvieron por encima de los 25° en buena parte del litoral, lo que impidió un descanso de calidad, especialmente a las personas que viven en viviendas menos preparadas para el calor.
Los cambios climáticos obligan a adaptarse y, en este contexto, los cierres de PVC anticorrosión - ventanas de PVC - y las soluciones de rehabilitación energética se convierten en necesidades imprescindibles para la eficiencia de los hogares, sobre todo en casos de reforma de viviendas antiguas.
¿Qué ocurre cuando las olas de calor se combinan con incendios?
Según el Servicio Meteorológico de Cataluña, la ola de calor de agosto de 2025 destacó por su persistencia y por el aumento de las temperaturas registradas en la costa. Sin embargo, aún con valores por encima de los 40° en varios municipios, podría haber sido peor.
El organismo calcula que la llegada del humo de los incendios del oeste de la Península redujo la irradiancia solar en más de un 30%, lo que frenó el ascenso de las temperaturas en el momento crítico del episodio.
Pese a este "escudo solar" generado por el humo, la ola de calor fue tan intensa que no evitó que diez estaciones meteorológicas registraran máximas históricas.
En estas condiciones, las viviendas mal aisladas actúan como trampas de calor, ya que las altas temperaturas exteriores penetran con facilidad, mientras que el aire acondicionado incrementa la demanda eléctrica y, con ella, las emisiones de gases de efecto invernadero. El círculo sólo puede romperse con medidas de rehabilitación energética.
¿Cuáles son los elementos centrales de un modelo de construcción pensado para el calor?
El futuro de la edificación en el Mediterráneo pasa por la construcción adaptativa, es decir, diseñar y rehabilitar las viviendas para que estén preparadas para afrontar escenarios de calor extremo, lluvias intensas y variaciones bruscas de temperatura.
En obras de rehabilitación, esto implica desde el cambio de fachadas por materiales aislantes y sostenibles hasta la incorporación de persianas y mosquiteras que mejoren el confort y la seguridad.
Mientras tanto, en obra nueva se añaden otras ideas que mejoran el confort térmico, como los sistemas de ventilación cruzada que reducen la dependencia de aparatos eléctricos o la integración de energías renovables en los edificios.
Cierres, la puerta de entrada del calor
Uno de los problemas más graves en viviendas antiguas en Cataluña es la falta de aislamiento térmico y acústico, sobre todo en construcciones anteriores a los años 80, que no disponen de cierres que impidan la fuga de energía.
Por eso, el esfuerzo hoy se concentra en sustituir las viejas carpinterías de madera o aluminio por cerramientos de PVC anticorrosión, ya que este material reduce la transferencia de calor en verano y evita pérdidas en invierno.
Gracias al avance del sector, la resistencia de los cierres con doble o triple vidrio integrado los convierte en una inversión rentable, ya que requiere poco mantenimiento y genera ahorros en las facturas de la luz y el gas.
Normativas europeas y ayudas públicas
Este tipo de reformas o medidas en obra nueva mejoran la calidad de vida en el hogar y están alineadas con las políticas públicas de apoyo al ahorro energético. Por ejemplo, a través del bono social térmico 2024 se destinaron más de 30 millones de euros a familias vulnerables, que sirvieron para afrontar gastos energéticos y fomentar mejoras en la eficiencia.
Al mismo tiempo, los Certificados de Ahorro Energético (CAE) reconocen de forma formal la reducción del consumo derivada de estas reformas, lo que permite incentivar que tanto particulares como empresas apuesten por la renovación de cierres.
La rehabilitación energética es cada vez más necesaria en un contexto con más fenómenos meteorológicos extremos, como los vividos en la última ola de calor.
Una herramienta infrautilizada
Sin embargo, desde el Clúster de la Energía Eficiente de Cataluña advierten que estas herramientas todavía están infrautilizadas. Para que se conviertan en motores de cambio real es necesario simplificar trámites, fomentar la digitalización de procesos y, sobre todo, acercar la información a ciudadanos y pymes.
Por ejemplo, muchas personas aún desconocen que cambiar unas ventanas antiguas por cierres de PVC puede ser una actuación certificable y subvencionable, y que ellas mismas podrían ser candidatas a la ayuda.
El 'ola de calor de agosto de 2025 es una llamada de atención. No es suficiente acostumbrarse al calor, hacerse muchas duchas al día o marcharse a un código postal más fresco durante el verano, sino que es imprescindible invertir en medidas que protejan la salud, reduzcan el consumo energético y preparen las ciudades catalanas para los retos del clima mediterráneo del futuro.
La rehabilitación energética y los cierres eficientes ganan protagonismo como respuesta necesaria ante un Mediterráneo cada vez más cálido.