Palacio de la música

Una Navidad musical en catalán: el videopodcast del Palau en 'Sala de Ensayo' para estas fiestas

'La Nochebuena' de Lamote de Grignon sirve de hilo conductor de una charla entre David Caraben y Joan Magrané

Redacció
25/12/2025

Sala de Ensayo, el videopodcast de música y pensamiento del Palau de la Música Catalana, nos trae para estas Navidades un espacio de reflexión sobre cómo vivimos las fiestas a través de la música. El capítulo Una Navidad musical en catalán, con David Carabén (Mishima) y Joan Magrané, habla de los rituales que repetimos, de qué cantamos, qué hemos dejado de cantar y qué nos identifica como país.

Si en buena parte de Europa, la Navidad es sinónimo de escuchar el Mesías de Haendel o el Oratorio de Navidad de Bach, en Cataluña también tenemos música propia. El episodio toma La Nochebuena de Lamote de Grignon, una obra catalana poco conocida por los catalanes, como punto de partida para hablar de tradición, laicidad, conciertos y formas de celebrar. Un diálogo abierto sobre cómo vivimos –y podemos reivindicar– ese momento del año.

Cargando
No hay anuncios

"La Nochebuena es una de las últimas recuperaciones que se han realizado de nuestro patrimonio. Es una obra de finales del XIX, principios del XX, y existe toda esta cosa wagneriana, que es fantástica. Es poco conocida, sí, pero esto nos ocurre no sólo con esta obra. Todo lo que es nuestro nos parece siempre que es menos que los de fuera", describe muy bien Joan Magrané.

El oratorio de Joan Lamote de Grignon, una composición a reivindicar, se pudo disfrutar en el Palau este diciembre con las voces de la soprano Elionor Martínez, el barítono Ferran Albrich y la participación del Casas y Amigó. La programación especial ha llevado un año más al Palau veintiocho conciertos especiales para todos los públicos, porque si algo no se entiende es una Navidad sin música. Es decir, la música a menudo te obliga a ir un poco más allá de las palabras y de la forma que tenemos de comunicarnos de forma cotidiana", asegura David Carabén. Es como pasar a otra dimensión o, como en palabras de Joan Magrané, "te sitúa un poco fuera de ti mismo, y entras en esta colectividad de lo más conocido con nosotros cercano".

Cargando
No hay anuncios

Los villancicos

Los encuentros de Navidad tienen música, pero Carabén confiesa que "no hago de disc-jockey". "Yo ya doy suficiente la brasa, así que me apunto a lo que la gente escucha". En cambio, Magrané es de los que ponen banda sonora y recomienda la música de viola de gamba del barroco francés que "suena a la mesa parada". ¿Y villancicos? Ninguno de los dos se consideran fans. Para David Carabén es, incluso, un género "antipático" porque va en contra de la época en la que ocurre ahora. Sin embargo, sería bueno que se recuperara esta tradición, perdida por Joan Magrané, porque "la gran tradición coral catalana, así como amateur, ha sido muy importante y es algo que se aguanta ahora un poco por los pelos".

Cargando
No hay anuncios

Quizá se trate de timidez, pero, como subraya, "tenemos el Canto de los Pájaros que acostumbramos a cantar para despedir a alguien y la gente no sabe que es un villancico". A diferencia de la música pop como generadora de modas, la tradicional, apunta Carabén, es un ritual. "Es una especie de lugar de encuentro, un ágora, una plaza pública en la que nos encontrábamos antes, y allí nos reconocíamos unos a? Y, claro, se echa de menos".

La cultura cristiana de los Villancicos está desapareciendo en las escuelas y, por tanto, la transmisión está comprometida. "Para mí es tristísimo. Existe una especie de acomplejamiento extraño por el auge del islamismo. Europa está reaccionando y espero que lo haga deprisa. Debemos desacomplejarnos y reivindicarnos como sociedad de tradición cristiana", dice Magrané. Como apunta Carabén, "esto probablemente es algo muy generacional. Nuestros padres exigieron el laicismo y nosotros ahora lo encontramos un poco absurdo".

Cargando
No hay anuncios

El concierto de Fin de Año

La tradición marca también la celebración del Concierto de Navidad. El más famoso es el de la Filarmónica de Viena. "Es divertido porque está la cosa esta de los directores, a ver qué va a hacer, qué va a pasar, pero la palmada es horrorosa, aunque está bien. Se permite un día al año", dice Magrané. "También es la forma de rematar las resacas de todos", remata Carabén.

Cargando
No hay anuncios

Entre broma y broma, la reivindicación no es otra que hacer de la cita, también en el Palau, una celebración para disfrutar festivamente. "Mi padre hizo una comparación, creo que con el Liceu, hablando del silencio en el Camp Nou. El carácter del catalán es ser muy crítico siempre", dice David Carabén. Como con el Palau. "Y si vas un poco por Europa, en las salas de concierto el ruido se multiplica por ciento. Hay gente que va a un concierto como si fuera al Barça. No se trata sólo de identificarte con la música, sino también de vivirla", remarca Magrané.