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Voluntarios con discapacidad acompañan a personas mayores gracias a la entidad Respirávila, impulsada por la Fundación "la Caixa"

'Yo también hago voluntariado', seleccionado en la Convocatoria de Proyectos Sociales Castilla y León 2024, ayuda a reconocer a las personas discapacitadas como ciudadanos de pleno derecho y capacidad de asistir a otras personas

Redacció
05/12/2025

Cada 15 días, Adrián y Daniel, dos jóvenes con discapacidad intelectual, acuden como voluntarios a una residencia de Ávila para pasar la tarde con Luisa y Luciano, dos personas mayores, solteras y sin familia cercana. Lo hacen gracias al acompañamiento de Respirávila ya su proyecto Yo también hago voluntariado, seleccionado en la Convocatoria de Proyectos Sociales Castilla y León 2024 de la Fundación "la Caixa". Coincidiendo con el Día Internacional de las Personas con discapacidad, su historia nos invita a cambiar la mirada: pasar de ver a las personas con discapacidad como simples receptoras de ayuda a reconocerlas como ciudadanos con pleno derecho y capacidad de asistir a otras personas.

Los cuatro se encuentran un miércoles de cada dos en el mismo punto, la residencia de ancianos de la capital avilesa, que depende de la Junta de Castilla y León. Adrián Casado y Daniel García trabajan como voluntarios y su labor consiste en acompañar a Luisa y Luciano. Y también hacer que pasen un buen rato. Hasta aquí es una historia que se repite en muchos pueblos y ciudades. Lo que la distingue de las demás es que Adrián y Daniel son personas con discapacidad intelectual.

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"Siempre vemos a las personas con discapacidad intelectual como receptoras de ayuda y no como personas que pueden ayudar. Por eso, lo más importante de este proyecto es el cambio de mirada", explica Elena Unquiles Cobos, coordinadora en Respirávila.

Este proyecto cuenta con la colaboración de las Convocatorias de Proyectos Sociales de la Fundación "la Caixa", que desde que se iniciaron en 1999 han impulsado más de 23.500 proyectos en todo el país con los que han llegado a más de 10 millones de personas destinatarias. El proyecto está activo hace tres años y lo forman 16 voluntarios, además del equipo técnico de la asociación y cinco asistentes personales que atienden las necesidades individuales de los voluntarios y les ayudan a realizar una tarea que promueve su autonomía y potencia sus capacidades.

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Con el lema "Todas las personas tenemos algo valioso que aportar", los voluntarios, con edades de entre 18 y 40 años, no sólo acompañan a personas mayores que sufren situaciones de soledad, sino que también hacen su voluntariado en protectoras de animales, bancos de alimentos, mercados benéficos.

Bienestar para ambas partes

"El beneficio es mutuo, los voluntarios combaten la soledad de las personas mayores porque el día que acuden a la residencia es una tarde diferente dentro de sus rutinas. Pero la soledad no afecta sólo a las personas mayores, hay muchas personas con discapacidad intelectual para las que estas actividades son también el mejor antídoto contra su propia soledad. qué recursos existen, no saben cómo acceder a ellos y este voluntariado les da otras oportunidades", comenta Elena.