Mujer

"Las mujeres con pareja tienen menos de dos horas al día para sí mismas"

La investigadora Laura Sagnier denuncia que el tiempo de más que las mujeres con parejas heterosexuales dedican a las tareas domésticas no las permite avanzar profesionalmente

Este viernes se conmemora el Día Internacional de las Tareas Domésticas, una jornada que quiere visibilizar la existente desigualdad entre hombres y mujeres de parejas heterosexuales en este campo. Los datos hablan por sí solos: según el último estudio del Instituto Europeo para la Igualdad de Género, el 70% de las horas dedicadas al trabajo doméstico no remunerada recae en las mujeres. Demostrar que esta diferencia tan remarcable explica la falta de oportunidades femeninas en el ámbito profesional es el objetivo que se ha fijado la investigadora y activista proigualdad Laura Sagnier, que ha puesto nombre a un fenómeno que se intuía: la desigualdad en parejas heterosexuales del Estado español y Portugal empieza en casa y es aquí donde hay que combatirla, en la génesis.

"Las mujeres solemos cargar una losa en la espalda, que son las tareas domésticas y de crianza, que nos privan de tener las mismas oportunidades que los hombres", explica Sagnier, que ha ideado el concepto losa de hormigón (#losadehormigon) para definir este fenómeno. En otras palabras: una causa de que las mujeres heterosexuales que viven en pareja no consigan la igualdad en todas las ramas de la vida, especialmente la profesional, es la sobrecarga de trabajo que hacen en casa respecto a los hombres. Con la legitimidad que le dan sus estudios y publicaciones, Sagnier sugiere este concepto que el ilustrador Javi Royo ha materializado en una viñeta que muestra cómo los hombres no entienden que las mujeres no llegan a todo. Según la experta, "lo tienen más fácil, puesto que mientras que las mujeres tienen el doble o el triple de tiempo ocupado en tareas domésticas, ellos lo tienen de tiempo libre. De aquí que el hombre llegue mucho más fresco al trabajo y le sea más fácil tener oportunidades".

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Esta losa de hormigón provoca varias repercusiones en las mujeres más allá del entorno laboral: menos rato para dedicar al autocuidado, menos tiempo de ocio y con amistades y la imposibilidad de tener aficiones que repercutan en su estabilidad física y emocional. Además, a nivel de pareja, el ámbito afectivosexual también se resiente, puesto que es muy difícil encontrar tiempo.

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Para las mujeres de su alrededor

Los estudios de Sagnier empezaron a partir de un episodio de burnout. Llegó un punto en el que necesitaba parar, parar del trabajo y encontrarse. Esto pasó en un momento de éxito, siendo directora de la prestigiosa compañía de marketing PRM. De un día para el otro comenzó una etapa de dos años en la que se dedicó a dos actividades que le apetecían: apuntarse a la escuela de escritura del Ateneo Barcelonès y hacer un estudio sobre la situación de las mujeres del estado español con las herramientas que tantas veces había usado en su empresa.

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Con la intención de que fuera útil para todas las mujeres de suyo alrededor –hijas, germanas, sobrinas y ella misma–, Sagnier sufragó los gastos del estudio, que se adentraba en todos los ámbitos de la vida de las mujeres. Quería captar la fotografía exacta de la situación. "No entraba en mis planes elaborar ninguna gran teoría", asegura. La investigación acabó convertida en un libro: Las mujeres hoy: Cómo sueño, qué piensan y cómo se sienten las mujeres (Deusto, 2018). También publicaría Más cansadas que infelices (Paidós, 2018), explicación novelada de las conclusiones del estudio. A partir de estos dos libros y de muchas reflexiones, la autora se volvió activista: "Antes de hacer este estudio era de las que pensaba que las mujeres teníamos las mismas oportunidades que los hombres. Cuando vi los números abrí los ojos", explica.

Pero ¿qué son estos números? Su primera investigación, en 2015, concluyó que las mujeres estaban soportando entre el doble y el triple de cargas familiares que los hombres. Los datos eran significativos: soportaban el 67% de las tareas de la casa y el 68% del cuidado y educación de los hijos. "A escala práctica esto implica que las mujeres tienen menos de dos horas al día para ellas en el momento que trabajan, viven en pareja y tienen hijos. Durante el tiempo de crianza no tenemos ningún rato para nosotras mismas", explica la investigadora. En 2018 una fundación portuguesa le pidió este mismo estudio en su país, y las conclusiones fueron similares. Si en el Estado español las mujeres acumulaban gran parte de trabajo doméstico –el 70%–, en Portugal el dato aumentaba hasta el 75%. "Ver dos estudios con muestras tan grandes que tienen resultados tan similares, siendo de países diferentes y con tres años de diferencia, es extraño e impresionante", afirma el especialista. El año pasado volvió a Portugal, esta vez centrando el estudio en jóvenes heterosexuales en pareja de entre 15 y 34 años. Las mujeres todavía hacen el 62% de las tareas de la casa y el 70% del cuidado y educación de los hijos. "Si no nos concienciamos de que esta losa es un problema no solo para la mujer, sino para la sociedad en general, nadie hará nada por resolver y cambiar la situación", denuncia Sagnier.

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Un siglo y tres generaciones

Las estimaciones sobre el futuro apuntan a que no habrá un equilibrio entre hombre y mujer en parejas heterosexuales hasta dentro de dos o incluso tres generaciones. Este dato es alarmante, porque supondría casi un centenar de años para acabar con la desigualdad. Para la experta, hace falta "acelerar el proceso" en cuanto al reparto de tareas domésticas y de crianza: "Tenemos que cambiar el ritmo porque estamos en un siglo de solucionarlo. Hace falta que nos saltamos generaciones para poder acabar antes con la desigualdad", explica Sagnier. Un primer paso que propone sería dejar de hablar de termas como conciliación o corresponsabilidad para pasar a hacerlo de equidad en las relaciones de pareja.

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El objetivo final tendría que ser llegar a hacer hegemónico el modelo de pareja equitativa, en el que las tareas se equilibran. Esto implica que la balanza entre las diversas ramas de la vida de cada persona, las diversas unidades de tiempos (trabajo de la casa, trabajo remunerado y atención de los hijos) esté al máximo de equilibrada posible. "Son las parejas las que tienen que decidir cómo lo hacen y esto implica llegar a acuerdos. El amor es necesario, pero no suficiente", remarca Sagnier, que apuesta por ir más allá: poder acordar cómo será la convivencia que se tiene y que se tendrá, en pareja.

Un termómetro para cada pareja

Para saber si una pareja es, o no, equitativa, Laura Sagnier ha creado el termómetro de la equidad. Esta herramienta permite tener una orientación para saber cuál es la situación en términos de reparto de tareas. El termómetro, que se puede realizar de manera gratuita desde la web de la investigadora y que se basa en la resolución de varias preguntas en formato test, ya lo han utilizado más de 2.600 parejas y hay varios especialistas trabajando en sus terapias. "Es un punto de partida para empezar a hablar con tu pareja a partir del resultado. Una vez hecho, se tienen que establecer las bases de una nueva convivencia", explica la investigadora, que celebra el buen recibimiento que ha tenido esta herramienta. Y asegura que será muy útil tanto para las parejas como para que ella pueda continuar desarrollando su trabajo.