Del Primavera Sound al Sónar, con tiempo para ver a 'Better call Saul'

La semana que acaba, con Thaïs Gutiérrez

Apuntes sobre qué hemos visto, escuchado, degustado y, en definitiva, vivido en los últimos 7 días.

He disfrutado mucho con la nueva temporada de Better call Saul. El regreso de este antihéroe supone más protagonismo para los personajes secundarios y para las tramas que corren paralelas a la principal. Los paisajes de Nuevo México, las luchas entre cárteles y los trapicheos del protagonista siguen valiendo mucho la pena.

He empezado a leer Reescrituras de la masculinidad. Hombres y feminismo, de Josep M. Armengol (Alianza). El libro analiza el concepto de masculinidad, bucea en sus orígenes y su impacto, y propone cambiarlo y renovarlo para acompañar la nueva ola feminista.

No he podido parar de pensar en los conciertos que voy disfrutar durante mi visita, el jueves, al Primavera Sound. Fue todo un viaje en el tiempo a nivel musical que fue de los Gorillaz –con Damon Albarn entregadísimo ante un público que seguramente no lo recuerda de Blur– hasta Dua Lipa y su energía, hit tras hit, haciendo bailar a los miles de fans que llenaron toda la explanada, o Bad Gyal actuando de diva local y arrasando entre los más jóvenes.

He celebrado la publicación en catalán de dos títulos imprescindibles de Judith Keer, escritora de literatura infantil y juvenil que acompañó varias generaciones. L'Altra Tribu acaba de publicar uno de los libros preferidos de mi infancia: De quan Hitler va robar el conill rosa y Sota les bombes.

He vuelto a cenar a uno de mis japoneses preferidos, el Kibuka de la calle Verdi. Con una carta sencilla y con precios muy correctos, mantienen una propuesta gastronómica muy interesante. Al mediodía también hacen un menú que vale la pena probar.

La semana que empieza, con Jordi Garrigós

Algunas de las cosas que esperamos no perdernos los próximos 7 días.

Bailaré en una nueva edición del Sónar, el decano de los macrofestivales de Barcelona, que esta semana vuelve con cierta normalidad después de dos años de parada. El Sónar es un acontecimiento lleno de virtudes, empezando por la magnitud, siempre cómodo, y acabando por un cartel que no defrauda. The Chemical Brothers, Nathy Peluso, Arca, C. Tangana o The Blaze son algunos de los más conocidos, pero siempre suena algún beato para mover las caderas.

Escucharé muchas veces uno de los regresos más esperados de la música local, el de Junco y Diamante, dúo que forman dos de las personalidades más brillantes del Baix Llobregat: Joe Crepúsculo y David Rodríguez. Siguiendo con el reto de hacer una canción para cada comarca catalana, avanzan El tinto de verano con aires al recordado Georgie Dann, dedicada al Garraf, y Dame tabaco, que cubre la cuota de Andorra. Ironía y genialidad de dos músicos que van un paso por delante.

Estrenaré bañador visitando mi piscina preferida de Barcelona, la del club de tenis Vall Parc, en la carretera de la Arrabassada. No solo es una piscina muy grande con precios asumibles, también guarda una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.

Comeré en el Jardinet del Teatre, el restaurante del Teatro de Sarrià. Nunca dirías que en su terraza se harían platos tan originales y a un precio excelente. Un gazpacho de manzana ácida delicioso, un canelón de pato con peras o unas bravas exquisitas. Con una amplia oferta para vegetarianos y carne suficiente para satisfacer paladares carnívoros (sus carrilleras son magníficas), la propuesta de los nuevos responsables del espacio, Adrià Almuni y Marc Katari, ha resultado ser ganadora.

Leeré Hijo de esta tierra, que se ha traducido al castellano muchos años después de que se convirtiera en una de las primeras aproximaciones al racismo sistémico norteamericano a llegar al gran público. Publicado en 1940 y escrito por Richard Wright, explica la vida de Bigger Thomas, un joven afroamericano de Chicago que mata accidentalmente a una mujer blanca joven. A partir de aquí se desencadenan una serie de acontecimientos que marcarán su vida para siempre.