Una serie con personajes que hablan catalán y otras recomendaciones

La semana que acaba, con Jordi Bes Lozano

Apuntes sobre qué hemos visto, sentido, degustado y, en definitiva, vivido en los últimos 7 días.

Me he evadido en el Vall de Sant Daniel de Girona donde la vida da la impresión que discurre pausadamente. El Barri Vell suele ser lo más visitado de la ciudad, pero también hay rincones donde reencontrarse con la naturaleza, como las rutas a pie que parten del valle. Una lleva hasta el monte del castillo de Sant Miquel, desde donde se disfruta de buenas vistas.

Me he refrescado con una infusión deliciosa en frío que prepara un amigo con hierba luisa fresca. Hervid agua y haced infusionar hojas de hierba luisa, alguna de menta y limón al gusto. Guardadla en la nevera y, una vez fría, añadid cubitos. Resulta adictiva.

He jugado al Jenga, un juego de mesa que en casa sacamos de vez en cuando después de cenar para desconectar sin pantallas. Consiste en construir una torre con bloques y en cada turno hay que retirar uno y colocarlo en lo alto evitando que la torre se caiga. Me gusta tocar las piezas de madera, pensar en estrategias y focalizar toda la atención.

He probado con buena compañía el restaurante Feral, abierto recientemente en la calle Rabassa, 37 –donde estaba la Gatamala–, del barrio de Gràcia de Barcelona. Tiene platos que hacen viajar a Galicia, pero no solo: comimos navajas, pulpo y biquinis, uno de porchetta y uno de calabacín. De beber, una copa de albariño.

No he podido parar de pensar en... Primo Levi y su libro Si esto es un hombre (Ediciones 62). Químico de profesión, Levi testimonió su deportación en 1944 a Auschwitz. “La historia de los campos de exterminio tendría que ser entendida por todo el mundo como una siniestra señal de peligro”, avisa. El testigo de Levi no puede caer nunca en el olvido y menos con el auge de la extrema derecha, que pronto se podría visibilizar en las elecciones italianas.

La semana que empieza, con Maria Labró Vila

Algunas de las cosas que esperamos no perdernos los próximos 7 días.

Observaré las transformaciones del Poblenou de Barcelona a través de la obra de Neus Martín Royo. La exposición La memoria pictórica del Poblenou, que se inaugura este septiembre, se divide en cuatro espacios diferentes: la Torre de les Aigües de Busot, el edificio Oliva Artés, la Fundación Palo Alto y el Centro Cívico Can Felipa. Una muestra singular que combina la representación pictórica del barrio con la documentación fotográfica y textual del Archivo Histórico del Poblenou.

Descubriré Antifascistas. Así se combatió a la extrema derecha española desde los años 90 (Capitán Swing), del periodista especializado en extrema derecha y movimientos sociales Miquel Ramos. Un ensayo político imprescindible que ha llegado en catalán esta semana a las librerías.

Despediré a El Petit de Cal Eril en uno de los conciertos de final de gira que se celebran del 8 al 11 de septiembre en Guissona, el pueblo que los ha visto crecer. Después de un largo periodo de actividad frenética –con la publicación de cuatro álbumes– el grupo se coge unas merecidas vacaciones. Mientras tanto continuaremos entonando sus letras cargadas de magia y que parece que los de la Segarra han seguido al pie de la letra: “Con todas las cosas que te hacen sentir libre, con tan solo estas vale la pena vivir”.

Reservaré un asiento para ir a ver La trena, la nueva producción de La Perla 29, que se podrá ver a partir del 13 de septiembre en el Teatro Goya. Espero que esta adaptación teatral del éxito editorial de Laetitia Colombani me conmueva igual que lo hizo la novela, editada en catalán por Salamandra. Cristina Genebat, Marta Marco, Clara Segura y Carlota Olcina son las encargadas de llevar a escena la historia de las mujeres protagonistas, que rechazan lo que el destino les tiene reservado.

Encenderé la tele para volver a engancharme a Como si fos ahir. La serie de sobremesa de TV3 vuelve mañana después de la parada estival y sabremos si Andreu (Marc Cartes) ha decidido volver a casa o dejar atrás a su familia. A pesar de que alguna de las tramas es bastante incoherente, la ficción cuenta con unas interpretaciones excelentes. Quizás en Netflix y en HBO tienen más presupuesto, pero les faltan personajes que hablen en catalán. Una marca de la casa que TV3 ha sabido mantener con éxito desde el año 1994 con Poblenou.