Moda

Tintín, Kardashian y Jenna Ortega: las camisetas de fútbol salen del campo

Las equipaciones de las selecciones nacionales abandonan el césped para conquistar el asfalto, tendencia que se ha acelerado a raíz de la Eurocopa 2024

BarcelonaCualquier periodista espabilado podía intuir por dónde irían los disparos durante la presentación del equipamiento de la selección de fútbol de Bélgica que se hizo esta primavera en el Museo Hergé de Lovaina. Una ilustración en gran formato de Tintín y una réplica del famoso cohete rojiblanco ya daban pistas suficientes. Pero es que el chico encargado de lucir el segundo equipamiento para la Eurocopa 2024 –camiseta azul con el cuello blanco y pantalón marrón– parecía un sosia del intrépido reportero. Y más aún cuando ponía rodeado de los dobles del capitán Haddock, Bianca Castafiore, Silvestre Tornasol y Dupond y Dupont. Solo faltaba su inseparable Milú. Esta teatral mise-en-scène para presentar el nuevo equipamiento europeo de los diablos rojos también es sintomática: las camisetas de fútbol son la puerta de entrada a un negocio que mueve muchos millones tanto dentro como fuera del campo. Y Adidas lo sabe tan bien que no le ha importado volver a repetir la jugada: el segundo equipamiento belga para la UEFA Euro 2016 rendía homenaje al ciclismo –un deporte nacional– y el de la Copa del Mundo FIFA 2022 a los fuegos artificiales de Tomorrowland , un mítico festival de música electrónica. ¿Cómo no tenían que guiñarle un ojo a Tintín y seguir impulsando la venta de camisetas haciendo vibrar el orgullo patrio?

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Donde empezó todo

Aunque el romance entre la moda y el deporte viene de lejos, la futbolmanía de estos últimos años se ha ido cociendo a fuego lento. Poco se imaginaban los primeros jugadores de fútbol que su equipamiento primigenio –la camisola de manga larga con tres botones o un cordel para cerrar el cuello, los pantalones por debajo de la rodilla donde se ataban los calcetines y las botas de cuero– acabaría inspirando millones de personas de todo el mundo. Así se jugaba en Inglaterra de 1860, pero con el cambio de siglo la indumentaria fue incorporando tímidamente el color, las rayas, los escudos de los clubs e incluso el número que identificaba a cada jugador. Y, por el camino, se iba recortando el largo del pantalón. Sin embargo, el gran cambio empezó en la década de los sesenta y los setenta gracias al tejido técnico, a unos diseños más cómodos y prácticos –la introducción del cuello en punta permitió eliminar los botones– ya los avances de la serigrafía. Una suma de factores que hizo que a partir de los años ochenta y noventa, las grandes marcas de ropa deportiva –Adidas, Nike, Puma, Hummel, Diadora, Kappa, Asics...– empezaran a fijarse en los clubs. Y desde entonces esa unión –tan comercial como en términos de estilo– no ha dejado de retroalimentarse y expandirse hasta convertir la camiseta de fútbol en un objeto de deseo. Hay muchos ejemplos, pero uno de los más paradigmáticos de esta unión de moda y deporte son los equipamientos que Y-3 (la marca del japonés Yohji Yamamoto bajo el cobijo de Adidas) diseña para el Real Madrid.

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Los tesoros 'vintage'

¿Busca una camiseta del Barça de finales de los años ochenta? ¿Tiene curiosidad por saber cómo era la de los Serpientes de Cancún de la temporada 1997/98? ¿Y la de Eto'o con la selección de Camerún de 2006? ¿Sois unos mitómanos y le gustaría regalársele una de Maradona, Beckham o Cantona? Todo esto es posible gracias a tres amigos británicos que han canalizado su obsesión por el fútbol a través de Culto Kits, una tienda online donde se pueden comprar, o simplemente mirar, verdaderos tesoros textiles que llevan de cabeza a los fanáticos del fútbol, ​​pero también a los de la moda.

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En casi una década de existencia, se han convertido en un templo de piezas únicas y exclusivas, pero también han sabido leer la tendencia retro. Por eso producen colecciones limitadas como la '98 Dreamers Collection, inspirándose en las camisetas de las selecciones de Inglaterra, Francia y Brasil durante la Copa del Mundo de 1998. Más allá de estos homenajes nostálgicos, lo que sigue haciendo furor son las piezas vintage como la camiseta del AS Roma de la temporada 1997/98 que llevaba la empresaria y influencer Kim Kardashian el año pasado durante un paseo por Los Ángeles. Aquella imagen cazada por los paparazzi hizo explotar a los buscadores de internet: 2,3 millones de búsquedas en sólo dos días que desde el club italiano le agradecieron con un tuit viral de tres palabras: Mamma mia, Kim! Una prueba más de cómo la cultura del fútbol se ha ido infiltrando piano piano dentro de las tendencias mainstream.

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Carne de diseñadores

Más allá de los eventos deportivos, las camisetas de fútbol han encontrado su espacio. Encajan como un guante en los esquemas delathleisure, una tendencia en la que se entrecruza la ropa casual con la deportiva. Algo que no han dejado escapar gigantes deportivos como Adidas, que el año pasado lanzó Sportswear, una submarca pensada para el día a día, más allá de si se practica algún deporte o no. Tampoco fue casual la elección de la joven actriz estadounidense Jenna Ortega como embajadora.

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Y menos aún que en una de las imágenes promocionales la protagonista de Wednesday luciera una camiseta de rayas negras y violetas, todo un guiño al auge mundial del fútbol femenino. Aparte, muchas marcas de lujo también se han apropiado de la épica de este deporte de masas. Basta con ver las cotizadas visiones de la camiseta de fútbol de Acne Studios o las de Balenciaga según Demna Gvsalia. También ha inspirado a creadores independientes como Brain&Beast, que en el 2017 presentó en el 080 Barcelona Fashion una fusión de las camisetas de Messi y de Cristiano Ronaldo. Todos estos inputs han ido calando dentro del imaginario colectivo y por eso ya es habitual verlas por todas partes: en la calle, en los festivales de música (dentro y fuera del escenario), en las redes sociales... Llevar una camiseta de fútbol –seas famoso o anónimo– también es una declaración de intenciones. Quien las lleva sabe que son muy versátiles, que ayudan a perfilar un estilo propio y que, además, suelen ser favorecedoras. Así que... ¿por qué renunciar a ello?

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Las segundas camisetas siempre dicen cosas

Para la Eurocopa 2024, la selección belga de fútbol no ha sido la única en darle un plus en el segundo equipamiento, que suele ser el más utilizado para reivindicaciones y homenajes. También de la mano de Adidas, la selección alemana ha escogido para su camiseta un diseño retro en rosa y púrpura –tan vibrante como polémico– que quiere mostrar la diversidad del país. Más discreta ha sido la elección española e italiana: la primera con un discretísimo clavel rojo a la altura del cuello y, la segunda, con un diseño tricolor inspirado en la bandera nacional. Las selecciones vestidas por Nike también han aprovechado para decir la suya: la de los Países Bajos rinde homenaje al movimiento artístico De Stijl, la selección capitaneada por Cristiano Ronaldo presume de los típicos azulejos portugueses, y la francesa luce un elegante estampado de raya diplomática con ecos ochanteros. Ahora bien, la ganadora emocional es la selección de Dinamarca. Hummel les ha diseñado una camiseta –tanto para el primero como para el segundo equipamiento– en cuyo interior están impresos los nombres de los 1.535 clubs de fútbol del país.