Casa Blanca

El legado de Trump para el pueblo estadounidense: una sala de baile de 180 millones de euros

El presidente estadounidense anuncia la construcción de una gran sala de baile que, a su juicio, lleva 150 años reivindicando

BarcelonaSe hace difícil imaginar cómo podrá beneficiarse de ello un médico de Ohio o el trabajador de una gasolinera de Arkansas, pero Donald Trump tiene claro que lo está haciendo para toda la nación estadounidense. Es parte del legado que les deja: una sala de baile de más de 180 millones de euros. "Durante 150 años, presidentes, administraciones y personal de la Casa Blanca han reivindicado un espacio más amplio dentro de la Casa Blanca que permita acoger a muchos más invitados de los que son posibles actualmente. El presidente Donald J. Trump ha expresado su compromiso de poner fin a esta limitación histórica, con la voluntad de dejar un legado útil para futuras administraciones y para el pueblo justificar el gasto que implicará construir una enorme y suntuosa sala de baile.

Hacer una sala de baile puede parecer algo muy doméstico pero en el caso de la Casa Blanca es todo mucho más complejo. "En las últimas semanas, el presidente Donald J. Trump ha mantenido varias reuniones con miembros del personal de la Casa Blanca, del Servicio de Parques Nacionales, de la Oficina Militar de la Casa Blanca y del Servicio Secreto de Estados Unidos para tratar cuestiones de diseño y planificación", asegura la Casa Blanca. La sala será "muy elegante", tendrá 8360 metros cuadrados, y una capacidad para 650 personas sentadas. Las obras empezarán en septiembre y la previsión es que estén terminadas antes de que acabe la presidencia de Trump.

Cargando
No hay anuncios

Banderas gigantescas

La estancia se construirá en el ala hasta ahora ocupada tradicionalmente por la primera dama, la esposa presidencial, y el personal de su oficina. Los funcionarios que trabajan serán trasladados a otras instalaciones mientras se lleven a cabo las obras. Ningún presidente, durante las últimas décadas, se ha preocupado tanto por dejar huella en la Casa Blanca. Seis meses después de ganar las elecciones, Trump ya hizo cambios importantes, como colocar a dos grandes astas en los jardines norte y sur, con sus inmensas banderas, que son visibles, incluso para los pasajeros que aterrizan en el aeropuerto nacional Ronald Reagan de Washington. Trump dictó personalmente el diseño de las astas –de acero galvanizado, forma cónica y cuerdas interiores– y supervisó su instalación en junio.