El verano de mi vida

"Me sentía una persona incomprendida y necesitaba conocer a personas que pensaran y sintieran como yo"

Joan Deusa recuerda el viaje en el que grabó la película de la revista 'Poetry Spam' como su mejor verano

Barcelona"En la adolescencia estás solo con tus amigos y los poemas en el bolsillo que no enseñas a nadie... por tu bien". Joan Deusa, ganador de los Jocs Florals de Barcelona de este año con el poemario Ítaca arrasada, no atribuye su mejor recuerdo de verano a la infancia sino a la etapa adulta. Se remonta tan sólo cuatro años atrás, en el 2021, pero está seguro de que seguirá siendo su mejor verano cuando cumpla los cincuenta. Esta historia comienza cuando, junto con sus amigos, Juma Barratxina y Manu C. Girón, se montan en un Nissan del 94 y se lanzan a la carretera en una especie de roadmovie èpica pospandemia para grabar una película sobre las vidas de siete poetas, que sería el tercer volumen de su proyecto Revista Poetry Spam (y que ha podido verse este año en el festival Poesía y +). Así es como un gandiense, un matadeperense y un gaditano emprenden un viaje poético y geográfico por los países catalanes: de Gandía a Alfafara y hasta Valencia; y de Valencia a Valls, Hospitalet de Llobregat, San Juan de las Abadesas y, finalmente, Llucmajor, en Mallorca.

Pero recapitulemos: ¿por qué, con un presupuesto de mínimos gracias a un Verkami que apenas cubría el equipo técnico, Deusa y sus amigos se enzarzan (o como diría él, se convoían) para grabar poetas, la mayoría de los cuales no habían publicado nada –aunque ahora muchos de ellos son emergentes? "Si he seleccionado este verano como el más feliz quizás el motivo era sólo ese: ser felices", dice Deusa. Aquel niño de los poemas en el bolsillo encontró así el verano poético que quería: "Yo me sentía una persona incomprendida y necesitaba conocer a personas que pensaron y sintieron como yo". Los tres protagonistas construyeron una idílica relación. Con Barratxina, Deusa dice que son "un matrimonio perfecto", y Girón siempre explica que, pese a haber vivido en Barcelona, ese viaje hizo que captara realmente las dimensiones dialectales del catalán.

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En el viaje, hay un momento de clímax. El último día de rodaje un amigo poeta había organizado una fiesta en su casa en medio del campo mallorquín. acabado. Recuerde que en esos momentos yo era incontestablemente feliz". El poeta se reapropia del famoso eslogan mediterráneo y bromea: "No tengo la culpa de que Estrella Damm tomara esas imágenes.