Casa Blanca

Trump transforma el Rose Garden de la Casa Blanca con piedra blanca y sombrillas amarillas

La remodelación elimina el césped y recuerda el estilo de la propiedad que el presidente estadounidense tiene en Mar-a-Lago

BarcelonaEl Rose Garden de la Casa Blanca ya no es ese espacio verde que Jackie Kennedy proyectó en los años sesenta. Tras meses de obras, el presidente Donald Trump ha completado una renovación polémica que ha convertido el césped en un patio de piedra blanca, con sombrillas rayadas en amarillo y blanco que recuerdan a los de Mar-a-Lago, su propiedad de Florida.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha mostrado el nuevo espacio a los periodistas mientras sonaban, por los altavoces, canciones elegidas por el propio Trump, comoEn whiter shade of pale, de Procol Harum. Según la revistaPeople, el presidente estadounidense aprovechaba para "probar el nuevo sistema de sonido" y preparar lo que él mismo ha descrito como "el mejor evento en la historia de la Casa Blanca".

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Las imágenes del jardín remodelado, publicadas esta semana, han sido virales en las redes sociales. Las sombrillas, idénticas a las de Mar-a-Lago, han sido motivo de comentarios y comparaciones con terrazas de restaurantes. Ante las preguntas de los periodistas, Leavitt ha reconocido que "son literalmente las sombrillas de Mar-a-Lago", para después matizar que, en realidad, se han comprado al mismo proveedor, pero que no son los de Florida.

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Trump, por su parte, asegura que la reforma responde a una necesidad práctica. "Cuando teníamos una rueda de prensa, te hundías en el barro", declaró el 3 de agosto, según recogeUSA Today. "Era césped y siempre estaba mojado. Si llovía, tardaba cuatro o cinco días en secarse y no podíamos utilizar el jardín para el objetivo previsto". El nuevo pavimento, dice, es "una piedra blanca, del mismo color que la Casa Blanca" y reflejará el calor para evitar temperaturas extremas.

La transformación actual representa el cambio más radical del Rose Garden desde 1961, cuando Jackie Kennedy, con la diseñadora Rachel Bunny Mellon, ideó el diseño que se convirtió en icónico: un gran prado central rodeado de rosales y árboles que se convirtió en el escenario de recepciones, discursos y ruedas de prensa.

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No es la primera vez que la familia Trump rediseña ese jardín. En 2020, Melania Trump ya lideró una reforma criticada por eliminar los manzanos y añadir un paseo de piedra caliza alrededor del jardín. Ahora, con la desaparición definitiva del césped y la incorporación de elementos que evocan el estilo de Mar-a-Lago, el Rose Garden se acerca más a un patio privado que a un jardín histórico de la Casa Blanca.

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Según USA Today, no se ha hecho público el coste del proyecto, financiado por el Trust for the National Mall -el socio sin ánimo de lucro del National Park Service (NPS)-, aunque esta organización ha invertido más de 75 millones de dólares en restauraciones desde 2007. Trump ha añadido que recibe "críticas muy buenas" y que el espacio está listo. Melania Trump, según la portavoz, "está satisfecha" con el resultado. "Los rosales siguen ahí", dice Leavitt, quien confirma que el espacio mantiene el nombre original.

La polémica del Rose Garden llega en un año de cambios cosméticos a la Casa Blanca. Trump ha redecorado el Despacho Oval con bordados dorados y ha anunciado un proyecto para construir un gran salón de baile que costará 200 millones de dólares y que empezará a levantarse en septiembre, financiado —según dice— con dinero privado y aportaciones propias.