Política

Así está cambiando Perpiñán después de 5 años de gobierno de la extrema derecha

Tras una primera etapa moderada, Reagrupament Nacional comienza a introducir cambios "sutiles", apuntan los expertos

PerpiñánLa llegada de Reagrupament Nacional (RN) al poder en el Ayuntamiento de Perpiñán en 2020 despertó expectación por ver cómo el partido de extrema derecha gobernaría una ciudad de más de 100.000 habitantes y, además, capital de departamento, dos características que hacen que Perpiñán sea única en el Estado francés. Una ciudad test, como la definió algún medio francés, aunque ya estaba el ejemplo de Besiers –de unos 80.000 habitantes–, donde RN llegó al gobierno de la ciudad en el 2014 y sigue tras imponerse también a las elecciones municipales del 2020.

En la recta final del de 2026 tras una transformación "sutil" de la ciudad, apuntan los expertos consultados por el ARA. En estos cinco años, el alcalde de RN, Louis Aliot, se ha convertido en uno de los grandes representantes de RN en el extranjero: como vicepresidente de la formación de extrema derecha, acudió al funeral de la activista ultra estadounidense Charlie Kirk y es también el interlocutor habitual con Israel.

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En 2020 Aliot ganó en la segunda vuelta al anterior alcalde, Jean-Marc Pujol, de Els Republicans, con poco más del 53% de los votos. Desde el primer momento, la victoria de RN en el Ayuntamiento de Perpiñán levantó los recelos de una parte de la población, incluso con protestas ante el Ayuntamiento, pero en el inicio del cambio de etapa no se apreciaron cambios demasiado significativos respecto al anterior equipo de gobierno. "Hasta ahora, RN ha tenido un mandato mínimamente moderado porque le debe servir de escaparate de cara a las próximas municipales. Además, ya llevaba décadas con la derecha republicana el juego en la extrema derecha, por lo que cuando llega Aliot no se ven grandes diferencias", dice Gautier Sabrià, sociólogo especializado en la extrema.

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Racismo

"En una primera etapa del mandato, mediáticamente, cara a la galería no ha habido ninguna posición extremadamente polémica. Han pasado la etapa de desdiabolización, de normalizarse en las instituciones, y poco a poco se van mostrando más cómo son, pero de manera muy sutil y sibilina", opina Pablo Bonat, profesor de secundaria y miembro del Casal de Perpiñán. Bonat recuerda que el pasado mes de julio el Ayuntamiento vetó que SOS Méditerranée, una organización marítima humanitaria que rescata como personas racismo pudieran tener paradas en el festival Ida y Vuelta, que organiza la Casa Musicale, un tótem del tejido cultural de Perpiñán.

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El pasado 28 de agosto, en la rueda de prensa de presentación del festival Visa pour l'Image –en la que el genocidio de Gaza estuvo muy presente–, Aliot anunció que en el Ayuntamiento estaría la exposición Israel: las masacres del 7 de octubre de 2023 con el subtítulo El antisemitismo no es una opinión, es un delito. Organizada por el Ayuntamiento y por el Col·lectiu 7 de octubre, en el que se interpretó como una contraprogramación en el festival de fotoperiodismo, el autor de las fotos, el fotoperiodista israelí Maël Benoliel, lamentó que se le dijo que sería una exposición colectiva y al final hubo sólo fotos suyas. Benoliel dijo al diario El Independiente que se sentía "engañado" por una manipulación política y porque hubo errores en algunos pies de foto, en los que se señalaba como víctimas de Hamás a víctimas palestinas por la intervención del ejército israelí. Pero la desavenencia entre el festival de fotoperiodismo y el Ayuntamiento viene ya del año pasado, cuando Aliot se negó a entregar el Visa de Oro al fotógrafo palestino Loay Ayyou, la primera vez en más treinta ediciones que el alcalde de Perpiñán no entregaba este galardón.

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Revisionismo

En enero del pasado año, Olivier Gandou publicó el libro Perpignan sueldos mandato RN: bilan 2020-2023 ("Perpiñán bajo el mandato de RN: balance 2020-2023") en el que el autor recopila las acciones del equipo de gobierno durante la primera mitad del mandato. A su juicio, "hay dos discursos que están normalizando la ideología de extrema derecha: el ámbito de la religión, que se combina con la irracionalidad; y otro aspecto es la nostalgia de la Argelia francesa, que supone apoyar a terroristas de la OAS (Organización del Ejército Secreto, por sus siglas en francés). En este sentido, Pere Manzanares, de la asociación Arrels, dice que "Aliot tiene el mismo punto de vista que su predecesor en el cargo sobre la guerra de Argelia. Tienen una visión sobre esa guerra totalmente falsa y retrógrada, incluso totalmente revisionista". Jean-Marc Pujol, el anterior alcalde, nació en Argelia francesa y siempre ha sido un defensor de los pied noirs, pero el alcalde que había antes, Jean-Paul Alduy, fue quien abrió en la antigua prisión de Perpiñán un memorial sobre la Argelia francesa donde hoy se encuentra el actual Círculo Algérianiste de Perpiñán.

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"Perpiñán es uno de los dos o tres ayuntamientos de Francia que cada 19 de marzo [fecha de la independencia de Argelia] pone las banderas a medio palo y con un crespón negro en señal de luto por la pérdida de la Argelia francesa. Esto en Perpiñán se hace desde hace años, no es algo de lo que ahora es algo. el FLN (Frente de Liberación Nacional argelina, por sus siglas en francés)", dice Bonat.

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Catolicismo y catalanidad

El otro elemento que destaca Gandou es un retorno hacia las tradiciones más católicas: se han llegado a realizar procesiones en san Galderic, patrón de los campesinos, para invocar la lluvia con participación de cargos electos del Ayuntamiento en estos últimos años de sequía. "Tenemos a un teniente de alcalde responsable del agua para organizar una ceremonia pública para invocar la lluvia", dice Gandou. "Lo increíble es que al día siguiente, después de esta misa, llovió en Perpiñán. El segundo año que la hicieron ya no tuvo éxito y no llovió", apunta Sabrià. "Vivimos en un estado laico y, en teoría, la religión no tiene espacio en las instituciones, pero lo que hace Aliot es un juego muy hábil: vincular religión e identidad catalana –añade Sabrià–. Tuvo un juicio porque en Navidad pone un pesebre a la entrada del ayuntamiento. Eso, por ley, en el estado francés está prohibido, porque no puedes poner un símbolo. como un elemento religioso sino como elemento de la tradición catalana. creche –que es como se dice en francés– sino de pesebre, en catalán". Ahora, para evitar problemas con la justicia, el año pasado el pesebre ya se puso fuera del Ayuntamiento.

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"Han sobrepasado las leyes del estado francés en cuanto a la separación de las religiones con las instituciones. Juegan con los límites de la ley, ponen el pesebre fuera del Ayuntamiento pero para verlo hay que entrar dentro. En esto han ido más allá que el gobierno anterior de la ciudad, también de derechas, pero más cuidadoso con estas cosas", añade Bonat.

Menos tejido asociativo

El pasado sábado, como todos los sábados después del 7 de octubre del 2023, hubo una concentración en Perpiñán en contra del genocidio en Gaza. Participan diversas asociaciones y entidades, entre ellas la Union Juive Française pour la Paix (Unión Judía Francesa por la Paz). Sonia Marzo, hija de madre judía francesa y de padre republicano de Badalona que tuvo que marcharse después de la guerra de 1936, es una habitual. Ella nació cuando llevaba cuatro años proclamándose el estado de Israel. "En casa hemos estado antisionistas y en contra de Israel desde siempre, empezando por la madre", explica, junto a su hermano Christophe. "Los he visto en acción en las escuelas e institutos y es muy impresionante porque ellos trabajan con tres patas: el antiracismo, los migrantes y Palestina. Claro, para muchos jóvenes, un judío es igual en Israel, y lo que hacen ellos es sacar las coordenadas religiosas del conflicto político, que al final es una cuestión colonial", explica la cuestión colonial.

Otro aspecto que se critica en los últimos meses en el Ayuntamiento son las imposiciones a las asociaciones, los recortes e incluso las retiradas de subvenciones, en algunos casos. "Como parte del mundo asociativo, me consta que las asociaciones que no colaboran o rechazan que se las asocie al Ayuntamiento, al año siguiente les cortan las subvenciones. Y eso no ha pasado ni una ni dos ni tres veces, lo que pasa es que hay asociaciones que dependen de las subvenciones y por miedo a perder lo que todavía reciben tampoco declaran la guerra. Bonat. En este sentido, varias entidades y asociaciones de Catalunya Nord han declinado participar en este reportaje para dar su opinión. Olivier Gandou no ha querido facilitar a este diario ninguna descripción profesional ni su imagen por miedo a represalias personales y laborales. "Son tiempos difíciles para resumir y para generalizar en Perpiñán", concluye un periodista norcatalán.