En Girona, tiempo de flores (silvestres) y buenas malas hierbas
El Ayuntamiento de Girona reivindica los beneficios de dejar crecer de forma natural las plantas, flores y hierbas mediterráneas en las zonas verdes de la ciudad
GeronaEsta primavera, paseando por las calles y plazas de Girona, es fácil darse cuenta de que en parques y zonas ajardinadas crecen hierbas y plantas frondosas, algunas de más de un metro de altura, formando oasis urbanos de vegetación silvestre muy exuberantes con flores de todos colores. Son espacios que hasta ahora el Ayuntamiento, tal y como ocurre en la mayoría de grandes ciudades, habitualmente segaba en cuanto la hierba sobrepasaba un palmo de altura, dando por hecho que las llamadas malas hierbas hacen feo y molestan a la vista. Pero en el mandato actual, la concejalía de Acción Climática ha aprobado una prueba piloto para dejar crecer de forma natural toda esta vegetación para reivindicar su valor estético y ecológico para la ciudad. Siempre, claro, que no moleste ni entorpezca la movilidad de los ciudadanos.
Son gramíneas, cugulas, fabáceas, dientes de león, flores de mostaza, margaritas blancas, amapolas (o quiquiriquico) y todo tipo de herbáceas autóctonas muy resilientes en el clima mediterráneo: algunas germinadas a conciencia con mucha frecuencia, abriéndose paso entre los pavimentos, los muros, los márgenes de las aceras, en los alcorques de los árboles y, sobre todo, en las extensiones verdes de los parques y jardines.
En la capital gerundense, la vegetación es especialmente ufana, por ejemplo, en la explanada frente a la Biblioteca Carles Rahola, junto a la calle Emili Grahit, convertida estas semanas en un prado florido de color amarillo y verde que rodea las aceras y sobrepasa la altura de los peatones. También en el Parque Central, detrás de la estación de tren, donde en los rectángulos verdes forman herbazales de flores amarillas, blancas, rojas y lilosas, que incluso algunos vecinos, de vez en cuando, arrancan para hacerse un pequeño ramo.
Beneficios en la polinización, el drenaje y el efecto isla de calor
Más allá de hacer valer el papel ornamental de estas plantas silvestres en un entorno urbano, el Ayuntamiento de Girona ha apostado por esta iniciativa por sus beneficios ambientales, haciendo caso a las recomendaciones de los técnicos y expertos municipales: "Favorecen la biodiversidad y la polinización, porque las abejas o las mariposas se acercan a las situaciones de lluvia. También mejoran las flores. prevenir inundaciones y, en verano, contribuyen a reducir el efecto manzana de calor, porque rebajan la temperatura del suelo, al igual que las zonas arboladas que hacen sombra", explica Sergi Cot, concejal de Acción Climática. Los estudios del consistorio también avalan la cobertura vegetal del suelo porque ayuda a retener la humedad, fija el nitrógeno y crea una simbiosis con las bacterias que mejora la calidad fértil del suelo. Para dar a conocer la riqueza de estas hierbas silvestres que pueblan la ciudad, el Ayuntamiento ha elaborado un catálogo para identificarlas y, en los próximos meses, después de los estudios de esta prueba piloto, prevé recoger aún más beneficios.
Al tratarse de un proyecto pionero, también ha habido lugares donde la aplicación no ha sido del todo positiva y el método ensayo-error ha obligado a echarse atrás, como en una zona verde de Domeny cerca del río, donde la vegetación crecía demasiado descontrolada y ha sido necesario volver a optar por segarla. Y sobre la inquietud de algunos vecinos con mascotas, que temían que esta vegetación frondosa ocasionara problemas de pulgas o garrapatas a los perros que se restregaran, el Ayuntamiento responde que los animales deben ir correctamente atados tal y como marca la normativa y no pueden correr sin correa por estas zonas verdes del centro de la ciudad.
No hay buenas y malas hierbas, todas tienen un papel en el ecosistema
La iniciativa de renaturalización del espacio urbano se ha aprobado en el marco del proyecto GiroNat, que une la administración gerundense con diferentes entidades expertas en materia ambiental, con el objetivo de favorecer la transformación verde de la ciudad con diferentes líneas de actuación. La Asociación de Naturalistas de Girona (ANG) forma parte y valora muy positivamente la medida: "Todas estas plantas hasta ahora las considerábamos malas hierbas porque no sabíamos ver su uso, pero eso no quiere decir que no sean útiles, cada una tiene un papel dentro del ecosistema, las mirábamos desde un punto de vista muy antropocéntrico, pero no tienen un papel de vista muy antropocéntrico" Pau Ortega, técnico de conservación de la biodiversidad de la ANG.
Para esta entidad ecologista, valorar las plantas silvestres es la forma de ser más coherente con la famosa exposición anual de Tiempo de Flores, más allá del eslogan y la atracción turística: "Hasta ahora había un cierto punto de hipocresía, porque hacíamos decoraciones florales pero sin aprovechar la oportunidad de las plantas silvestres igualmente bonitas que podríamos dejar crecer. En alguna ocasión incluso se segaba el cauce del Onyar para preparar espacios que después se preparaban espacios.
Finalmente, en esta misma línea de atención a la vegetación de la ciudad, la próxima semana el Ayuntamiento pondrá a disposición de la ciudadanía una página web donde, además de explicar todas estas actuaciones de renaturalización de los parques, también se harán públicos los criterios de poda y tala de los árboles de la ciudad.