África

Namibia sacrificará elefantes para comérselos ante la sequía

El plan del país africano incluye sacrificar a 83 elefantes y 300 cebras, entre otras especies, para alimentar a la población y reducir los encuentros peligrosos con la fauna

Amelia Nierenberg / The New York Times
y Amelia Nierenberg / The New York Times

LondresNamibia, en el sur de África, planea sacrificar a cientos de sus animales más majestuosos para alimentar a parte de los 1,4 millones de personas –casi la mitad del país– que sufren una crisis de hambre por culpa de la peor sequía que ha habido en un siglo. El plan, que prevé que el país mate 723 animales salvajes –entre ellos 83 elefantes– para alimentar a la población, es “necesario” y “conforme con el mandato constitucional, según el cual nuestros recursos naturales se utilizan en beneficio de los ciudadanos namibios”, dijo el ministerio de Medio Ambiente, Silvicultura y Turismo del país en un comunicado de prensa.

Esta estrategia no es inédita. "La extracción sostenible y bien gestionada de poblaciones sanas de animales salvajes puede ser una fuente de alimentos valiosa para las comunidades", escribió en un correo electrónico Rose Mwebaza, directora de la oficina del Programa de Naciones Unidas por en el Medio Ambiente en África.

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Gran parte del sur de África sufre por la sequía, que afecta a más de 30 millones de personas de toda la región, según dijo en junio el Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Las sequías son comunes en el sur de África, y la región ha experimentado varias en la última década, incluyendo de 2018 a 2021, según Benjamin Suarato, portavoz de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional, en un correo electrónico. Pero ésta ha sido especialmente devastadora y generalizada en toda la región, según Juliane Zeidler, directora nacional del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) en Namibia. "No hay comida para la gente ni para los animales", aseguró Zeidler. Esto se debe, en parte, al Niño, un patrón climático natural que suele asociarse con un clima más cálido y seco en algunas partes del mundo. Regresó el pasado año y “ha provocado una sequía sin precedentes, en la que algunas partes de la región han recibido menos de la mitad de las precipitaciones anuales”, dijo Suarato.

A medida que la sequía seca los cultivos básicos y mata al ganado de la región, Namibia mira más allá de la agricultura y busca alimento en los animales salvajes. Además de elefantes, el país planea sacrificar 300 cebras, 30 hipopótamos, 50 impales, 60 búfalos, 100 ñus azules y 100 élandos (un tipo de antílope). No los matarían sólo por la carne. Namibia también intenta minimizar los encuentros peligrosos con humanos, que, según dijo, se espera que aumenten durante la sequía, ya que animales y humanos buscan agua y vegetación. Según Zeidler, normalmente, los animales migran en caso de grave sequía. "Pero a medida que la sequía se extiende a todo el país –dijo–, el espacio para migrar es limitado".

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Competir por los pocos recursos

La situación es calamitosa. La semana pasada, un portavoz de Naciones Unidas dijo que el 84% de los recursos alimenticios de Namibia "ya se han agotado". La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que anunció el mes pasado una ayuda humanitaria adicional de 4,9 millones de dólares, dijo que de julio a septiembre existe el “pico de escasez de la temporada, cuando faltan más alimentos”.

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Que Namibia recurra a la caza salvaje no es nuevo. Los habitantes de la región comen algunos de los animales incluidos en la lista de sacrificios del ministerio de Medio Ambiente, como la cebra, el ñu azul y el impala, según un reciente informe del gobierno namibio sobre la industria de la carne de caza del país . Comer carne de caza es habitual en todo el mundo, según Mwebaza, y el consumo sostenible de carne de caza está permitido por el Convenio sobre la Diversidad Biológica. "Siempre que la captura de estos animales se lleve a cabo con métodos sostenibles y con base científica, que tengan en cuenta el bienestar de los animales y estén de acuerdo con la legislación y los compromisos nacionales e internacionales, no debería haber motivo de preocupación", escribió Mwebaza.

Ya se han sacrificado al menos 157 animales que, según el ministerio, han generado unas 63 toneladas de carne. Las autoridades namibias también esperan mitigar el efecto de la sequía en la fauna salvaje, afirmando que la caza se centrará en lugares donde los animales estén agotando los recursos hídricos y de pastoreo. Los elefantes, que pueden medir más de 4 metros y pesar más de 5,8 toneladas, consumen una cantidad considerable de estos recursos. Según Zeidler, pueden comer de media unos 136 kilogramos de vegetación al día.

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La sequía extrema mató al menos a 160 elefantes en el mayor parque nacional de Zimbabue en enero y 300 elefantes en Botsuana el año pasado, según Reuters. WWF de Namibia trabaja para recaudar fondos que permitan suministrar agua a los elefantes y otras especies de varios parques nacionales.

Una gran reserva de conservación que abarca Namibia y otros cuatro países del sur de África incluye la mayor población mundial de elefantes africanos de sabana, que están en peligro de extinción y cuya población se ha reducido además de la mitad en las últimas tres generaciones. Pero en esta reserva, en los últimos años, la población de elefantes se mantenía por lo general estable, con más de 227.000 elefantes, según un estudio del 2022.

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Pero ahora, con la grave sequía, estas poblaciones están amenazadas y, de en ocasiones, se acercan a las civilizaciones humanas. "A veces, uno se convierte en víctima de su propio éxito", dijo Zeidler. "En años y situaciones de dureza, es algo más difícil lidiar, entonces, con estos conflictos entre humanos y fauna salvaje".