América Latina

Argentina vota masivamente en las elecciones más ajustadas en décadas

Alta participación en unas presidenciales que han despejado las dudas de transparencia

Berta Reventós Meseguer
y Berta Reventós Meseguer

Buenos AiresArgentina ha votado este domingo con nervios y expectación en las elecciones presidenciales más tensas y ajustadas de las últimas décadas. El ministro de Economía peronista, Sergio Massa, y el diputado ultraliberal y conservador, Javier Milei, han llevado a cabo una campaña larga y pesada para liderar en los próximos cuatro años en la Casa Rosada. Desde las ocho de la mañana del domingo, al abrir los colegios, la ciudadanía concurría a emitir su voto en unos comicios que han registrado una alta participación: a las dos de la tarde ya había votado el 45% del censo, unas cifras más altas que en la primera vuelta electoral de octubre y en las primarias de agosto. En Argentina, el voto es obligatorio entre los 18 y los 70 años.

“Gran parte de la gente de este país valoramos estos 40 años de democracia, por lo que vamos a votar con convicción”, decía Mateo, caminando hacia su centro de votación. A esas horas, una parte del electorado aún no tenía decidido su voto: “Lo decidiré en el momento, según lo que me diga el corazón”, decía Agustín. En Argentina, se vota dentro de una cabina individual llamada cuarto oscuro, para garantizar el carácter secreto del sufragio. Otros ciudadanos, como Mariana, han votado “por eliminación". "No me gusta ninguno de los dos, pero hay demasiado en juego y siento que no puedo votar en blanco”, asegura. El voto en Argentina es obligatorio, y aunque las sanciones administrativas por no hacerlo son leves, la mayoría de la gente tiene un gran sentido del deber de participar en los procesos electorales.

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Entre la ciudadanía había gran expectativa para ver el momento preciso en el que los dos candidatos, Sergio Massa y Javier Milei, depositaban su voto. El peronista lo hizo en Tigre, su municipio natal en la provincia de Buenos Aires, acompañado de su familia, y declaró: "Esta es una elección sumamente importante, porque representa la oportunidad de construir un camino de esperanza" . Minutos más tarde, Milei llegaba a su colegio en la capital, rodeado por una marea enorme de seguidores que entonaban: “¡Se siente, se siente, Milei presidente!” Al salir, el ultraderechista ha remarcado: "Hoy es el momento para que la gente se exprese en las urnas", implícitamente desmarcándose de las alertas de fraude que desde su espacio político se han escuchado en los últimos días: "Hemos hecho un trabajo enorme a pesar de la campaña sucia y del miedo”, según él, se habría llevado a cabo desde el oficialismo.

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La excandidata de la derecha, Patricia Bullrich, que ha hecho campaña por el libertario, ha declarado que desea "que Argentina tenga el cambio que merece" cuando ha salido de votar, y ha pedido a la Junta Electoral que dé por válidas las papeletas defectuosas que se habrían emitido en algunos colegios en todo el país.

La jornada electoral se ha desarrollado con normalidad con algunos incidentes aislados, en un radiante día de primavera austral. Pero los retos están servidos: el próximo presidente de Argentina afronta una complicada legislatura en todos los ámbitos: económicamente, el país registra un 140% de inflación interanual y un 40% de pobreza; en el ámbito social, la polarización ideológica es enorme y día a día se cristalizan posturas aparentemente irreconciliables entre la gente; y finalmente, la fractura se reflejará en las instituciones: en el Congreso de la Nación será necesaria una alta capacidad de negociación para sacar adelante las medidas que deberían hacer reflotar a Argentina de la profunda y compleja crisis que atraviesa.