Argentina

Las Madres de Plaza de Mayo se alzan contra Milei

El presidente electo y su vicepresidenta tienen un discurso negacionista de la dictadura militar

Berta Reventós Meseguer
y Berta Reventós Meseguer

Buenos AiresLa Plaza de Mayo hierve un jueves caluroso por la tarde en plena primavera austral. Las Madres de Plaza de Mayo se preparan para su ronda semanal: desde el 30 de abril de 1977, cada jueves caminan alrededor de la plaza para pedir que les devuelvan sus hijos e hijas desaparecidos por la última dictadura civil y militar argentina (1976-1983). La de esta semana es la número 2.380 y algo distinta a la habitual: acompañan a las Madres a cientos de personas que rechazan el discurso negacionista que el presidente y la vicepresidenta electos, Javier Milei y Victoria Villarruel, sostienen sobre los siete años más oscuros de la historia reciente del país. Una dictadura sangrienta que, gracias a la presión popular ya la orden del presidente Raúl Alfonsín, acabó con un juicio en 1985 y condenas a cadena perpetua para el dictador, Jorge Rafael Videla, y los principales mandos militares. Un proceso judicial que convirtió a Argentina en bandera universal de la lucha por los derechos humanos y por la memoria, la verdad y la justicia con el lema “Nunca más”.

En 1989 asumía la presidencia el peronista Carlos Saúl Menem, quien en nombre de una “pacificación y reconciliación nacional” indultó a exjerarcas del régimen militar, incluido el propio Videla, a pesar del rechazo explícito de los organismos de derechos humanos y la Unión Cívica Radical (UCR), el principal partido opositor. Los indultos consagraron la llamada teoría de los dos demonios, que equiparaba los crímenes contra la humanidad del terrorismo de estado con los crímenes de organizaciones armadas en los años 70, principalmente los Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Las críticas no se detuvieron durante el gobierno menemista, hasta que en 1998 se iniciaron las investigaciones por la apropiación de bebés durante la dictadura y Videla y otras ex jerarcas militares volvieron a ser detenidos. El dictador falleció en 2013 en prisión.

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Menem, "el mejor presidente" de Argentina

Según Javier Milei, Menem fue "el mejor presidente de la historia" de Argentina. Si bien el ultraderechista hace referencia sobre todo cuando habla de economía, se refleja y le reivindica –incluso se dice que imita las patillas–, reactiva también un discurso relativizador de la dictadura. Milei promueve la teoría de los dos demonios, que habla de "excesos" y de "guerra", y cuestiona que 30.000 detenidos fueran "desaparecidos" por la junta militar. Pero quien lleva la voz cantante de esa versión de la historia es la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel. Hija, sobrina y limpia de militares, ha participado durante más de veinte años en organizaciones civiles que reivindican la “memoria completa” y su nombre aparece en varios documentos que confirman una estrecha relación con altos cargos de la dictadura, entre ellos el mismo Videla, a quien visitó varias veces en prisión. Villarruel ha llegado a decir en una entrevista que “todo lo que hayan oído los últimos cuarenta años de la República Argentina sobre su pasado es falso [...], ha sido construido por la izquierda, las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas y todos aquellos que formaron parte de los Montoneros y el ERP”.

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Horacio, de 75 años, se manifiesta con las Madres: “A mi hermano se lo llevaron de su casa con su mujer”, explica al ARA: “Él, por suerte, se hizo matar en la puerta de casa, pero a ella se la llevaron viva y nunca volvió a aparecer”. Teresa, de 63, recuerda con asco cómo los militares “se dedicaron a torturar y a violar, ya esperar a que nacieran los hijos de las compañeras embarazadas, para matarlas después echándolas al mar desde aviones y quedarse con los bebés y traficar en ellos”. Con lágrimas en los ojos, pero con la voz firme, Horacio concluye: “Cuando esta gente dice que hubo una guerra, lo dicen por ignorancia o porque simplemente son unos hijos de puta”.

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En la plaza también hay gente joven. Daniela y sus amigas tienen 21 años y, aunque no vivieron la dictadura, han hablado mucho de ello en casa y en la escuela: “Debemos organizarnos políticamente, no compartimos nada del gobierno que vendrá, empezando por el negacionismo y terminando por las privatizaciones: no creemos que así se construya un país mejor”. Una de ellas se emociona cuando habla de las Madres: “No podemos rendirnos; ellas lo pasaron mucho peor y tienen una carga personal enorme en todo esto, así que la tristeza no puede derrumbarnos”. Aunque quedan pocas, de las originales, parece que la voz de las Madres continuará en la plaza reclamando memoria, verdad y justicia: "Vienen años difíciles, pero nuestra lucha siempre ha sido dura", dice al ARA Carmen Arias, referente de la organización: "Seguiremos luchando como siempre hemos hecho". Y recuerda las palabras que solía repetir su compañera Hebe de Bonafini, líder histórica muerta hace un año: “La única lucha que se pierde es la que se abandona”.