¿Por qué Elon Musk nunca critica a China?
Por el recinto de Diaoyutai, construido en un jardín imperial de la dinastía Qing, han pasado nombres como Richard Nixon, Margaret Thatcher, Boris Yeltsin y Vladimir Putin. El año pasado, sin embargo, quien fue recibido por Li Qiang, primer ministro de China, fue Elon Musk. El empresario fue elogiado por los líderes del Partido, por la prensa oficial y por sus fans en las redes sociales chinas. Musk era todo sonrisas y buenas palabras hacia China.
No era ninguna novedad: en los últimos años, el millonario ha felicitado el Partido Comunista de China por su centenario, ha elogiado el modelo de desarrollo del país y ha dicho que Taiwán debería seguir el modelo de Hong Kong e integrarse de facto en China.
Le Qiang y Elon Musk son viejos conocidos. Cuando era secretario del Partido Comunista en Shanghai, Le fue quien atrajo la Tesla de Musk para construir una megafábrica en Shanghai ofreciéndole condiciones extremadamente favorables y subsidios del gobierno Ahora mismo, Tesla produce más de la mitad de sus automóviles en China. La apertura de la megafábrica en el 2019, en un momento de tensiones entre Estados Unidos y China, fue un punto muy positivo en el currículo de Li Qiang. Pocos años después, sería nombrado mano derecha de Xi Jinping y primer ministro.
Para Tesla, China ahora representa 35% de sus ventas mundiales. Tener acceso al mercado chino es esencial para cualquier empresa automovilística que quiera ser relevante en la economía global actual. En un mercado con mucha competencia local –Tesla sólo representa al 6% de los vehículos eléctricos que se venden en China–, llevarse bien con las autoridades políticas es esencial.
La relación de Musk con China se define tanto por lo que dice como por lo que calla. Musk dedica cientos de tuits a las redes a criticar la "censura" o las leyes "contra la libertad de expresión" que, a su juicio, la UE o el Reino Unido estarían implementando. A pesar de su cruzada como "absolutista de la libertad de expresión", sin embargo, Musk nunca ha criticado a China por el hecho de que bloquee las redes sociales occidentales, incluyendo X. De hecho, es probable que Musk no haya criticado nunca China públicamente: los sus mensajes unánimemente elogiosos sobre el país van a menudo acompañados de adjetivos como "espectacular" o "increíble". cumpla dócilmente con políticas restrictivas con la libertad de expresión es habitual: lo ha hecho por silenciar voces críticas en países como Turquía o la India.
Quien no se fía de Musk son los taiwaneses: la isla está desarrollando su propio sistema de satélites alternativo en el Starlink de Musk. Las autoridades taiwanesas no quieren, como les ha ocurrido a los ucranianos, que una infraestructura crítica en caso de conflicto dependa de los cambios de ánimo o intereses de Musk. En todo este contexto, el gran interrogante del futuro próximo es: ¿cómo se conjugará la sinofilia muskiana con el garrote de aranceles contra Pekín que está preparando Donald Trump?