El G-20 de la pugna entre China e India: guía para entender la cumbre

BarcelonaLos jefes de estado y de gobierno que llegaron este viernes a la India se encontrarán flamantes carreteras nuevas, majestuosas instalaciones de arte y largas vallas de cemento con mensajes de bienvenida de colores llamativos. Narendra Modi está decidido a que la cumbre del G-20 sea un éxito y a conseguir que sus invitados se lleven una imagen de la India como una superpotencia mundial. Lo que no verán los líderes de las principales potencias económicas del mundo serán los suburbios de chabolas que se esconden detrás de esas vallas o los que han desaparecido bajo los bulldozers enviados por las autoridades indias.

Entre abril y julio se han llevado a cabo al menos 49 demoliciones en barrios de chabolas alrededor de Nueva Delhi, como el que en mayo echó al suelo el Janta Camp, un suburbio pobre a tan sólo 500 metros del espacio donde tendrá lugar la cumbre del G-20. Son cifras del gobierno indio, que las desvincula de la cumbre y asegura que se trata de desmantelamientos de colonias ilegales. Pero algunos de los residentes expulsados vivían allí desde hace más de 13 años, y tanto ellos como las organizaciones humanitarias ven un objetivo claro: embellecer la ciudad escondiendo la pobreza extrema de la India ante los ojos de los invitados ilustres. El defensor de los derechos humanos Harsh Mander ha cifrado en cerca de 300.000 "las personas que han sido desplazadas por la fuerza de sus hogares".

El que ya es el país más poblado del mundo, después de superar a China hace apenas unos meses, acoge por primera vez una cumbre del G-20 y el gobierno del populista Modi pretende sacar todo el rédito político posible. Pero el contexto internacional no se lo pone fácil. La guerra de Ucrania mantiene todavía divididos a los miembros del club y puede ser el gran escollo en el acuerdo final. Y el encuentro arranca con dos grandes ausencias, el del presidente ruso, Vladimir Putin, con una orden de detención por crímenes de guerra para el Tribunal Penal internacional (tampoco ha asistido a los últimos dos encuentros), y el del presidente de China , Xi Jinping.

La ausencia de Xi Jinping

El gobierno indio ha querido quitar hierro a la ausencia de Xi Jinping y remarca que "no es algo inusual" (el presidente chino ya faltó en el 2021 en la cumbre de Roma). El gobierno chino no ha dado una explicación oficial y se ha limitado a decir que asistirá el primer ministro, Li Qiang, en su lugar. "Una de las razones por las que se cree que China no va es porque en su nuevo mapa oficial, publicado la semana pasada, Pekín incluye como propios dos territorios en la frontera con la India" que están en disputa desde desde hace mucho tiempo, explica el especialista en Asia de la Universidad Blanquerna Irene Martínez.

Las relaciones entre las dos potencias emergentes han sido muy tensas desde que en 2020 un enfrentamiento en estas regiones disputa en el Himalaya acabaron con la muerte de 20 soldados indios. Pero el nuevo mapa de China también se autoasigna todas las islas en disputa en el mar del Sur de China, lo que ha indignado a otros estados presentes en el encuentro, como Indonesia, y muchos de los que asistieron esta semana a la cumbre de la asociación de países del sudeste asiático ASEAN. "A Xi Jinping no le gustaría que pudiera verse en alguna foto cómo se queda aislado o cómo alguien se le enfrenta y prefiere no ir", dice Martínez. Pero sobre todo se trata de "no darle a Modi ese éxito" como amfitrión de un club, el G-20, que China "ya no ve como una prioridad". Descarta que la ausencia responda a ningún tipo de solidaridad con Putin.

Unión Africana, un triunfo para Modi

Uno de los acuerdos que debe salir de la cumbre es la invitación a la Unión Africana a ser miembro del G-20, al mismo nivel que ahora la Unión Europea. Es una propuesta de Modi que precisamente se inscribe en su voluntad de erigirse en líder del llamado Sur Global. Por eso Martínez lo interpreta como "un gol" que el líder indio le marca a Xi Jinping. Este movimiento es una nueva muestra de la importancia que tanto India como China dan a su capacidad de influencia en el continente africano.

La UA era ya una de las organizaciones multilaterales regionales asociadas al G-20, que actualmente engloba el 85% del PIB mundial y el 60% de la población mundial. Ahora, la India plantea convertirla en el 21º miembro del G-20 y varios medios internacionales dan por hecho que el acuerdo está cerrado y que se aprobará antes de que acabe la cumbre el domingo.

La guerra de Ucrania, elemento de división

La cumbre debe acabar con una declaración final conjunta de todos los miembros del G-20, donde todavía hay varios escollos. Uno de los más importantes es el lenguaje que hace referencia a la guerra de Ucrania. Algunos países, como Francia, han hecho una prioridad a que la declaración incluya una condena a la invasión rusa de Ucrania. Pero ni Rusia, representada en India por su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, ni la propia China, aceptarán una declaración que incluya esa condena.

"India no tiene ningún interés en salir de ese papel ambivalente que ha jugado hasta ahora y probablemente optará por una solución como la del comunicado de Bali (la cumbre del G-20 del año pasado), que hace alusión sólo a la preocupación por el balance humanitario de la guerra, sin entrar en cuestiones políticas", apunta el analista sobre Asia del Cidob Inés Arco. Al fin y al cabo, añade la experta, ésta es una posición que también le distingue como portavoz de los países del Sur Global que ven éste como un conflicto ajeno que les está afectando económicamente.

Dificultades de acuerdo en lucha climática

Sin embargo, otro de los escollos en la declaración final es la referencia a los combustibles fósiles. Del G-20 debería salir un llamamiento contundente de cara a la próxima cumbre contra el cambio climático de la ONU, la COP28, que se celebra en Dubai en diciembre. Pero la presión de algunos participantes, como Arabia Saudí, ha aguado mucho los llamamientos a abandonar los combustibles fósiles que salían en los borradores que se han filtrado hasta ahora.

India también ha defendido siempre su derecho a desarrollarse económicamente sin renunciar a las mismas fuentes de energía que han hecho ricos a los países occidentales. Modi insistirá, eso sí, en reclamar a los países ricos que cumplan sus promesas de financiación climática, que deberían permitir la transición energética y la adaptación climática a los países pobres.

Reforma financiera y otras cuestiones

Por lo general, la agenda que ha marcado el anfitrión Modi para esta cumbre va mucho en la línea de defender los intereses del Sur Global, con la ayuda humanitaria y los problemas de seguridad alimentaria como temas destacados. Otro de los puntos clave a debatir es la reforma del sistema financiero global, en especial el Banco Mundial, con la cuestión de la deuda de los países en vías de desarrollo sobre la mesa. También se debatirán medidas para regular las criptomonedas.